†¢Demonios.
Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano
La frase “espíritu(s) malo(s)” (ponēra) se encuentra sólo en 6 pasajes (Mateo, Lucas, Hechos). Hay 23 referencias a “espíritus inmundos” (akatharta) (en los evangelios, Hechos, Apocalipsis), y todos parecen ser casi iguales. Así en Lc. 11.24 “el espiritu inmundo” sale de un hombre, pero cuando regresa lo hace acompañado de “otros siete espíritus peores que él” (v. 26). Del mismo modo, “espíritus inmundos” y “demonios” son términos intercambiables, porque ambos se aplican al endemoniado gadareno (Lc. 8.27, 29).
Parece que estos seres eran considerados en más de un sentido. Podían causar incapacidad física (Mr. 1.23; 7.25). Más todavía, en la mayoría de las ocasiones en que se mencionan en el NT es en tales casos. Parecería que no se los relacionaba con ninguna cuestión moral, porque la persona así atormentada no era excluida de los lugares de culto, tales como la sinagoga. Parece que la idea era que el espíritu era malo (inmundo) en el sentido de que producía efectos funestos. Pero a la víctima no se la consideraba como particularmente mala o corrupta en ningún sentido. Sin embargo, el espíritu mismo no debía ser considerado en forma neutral. En todas partes debía ser resistido y vencido. A veces leemos que Jesús procedió personalmente de esta manera (Mr. 5.8; Lc. 6.18), otras veces que tal poder era delegado a sus seguidores (Mt. 10.1), o que ellos mismos lo ejercían (Hch. 5.16; 8.7). Aparentemente los espíritus forman parte de las fuerzas satánicas, y en consecuencia se consideran enemigos de Dios y de los hombres.
En algunos casos es evidente que los espíritus están relacionados con el mal moral. Esto sucede en el caso del “espíritu inmundo” que sale del hombre y regresa con otros peores que él (Mt. 12.43–45). El relato indica la imposibilidad de que el hombre logre una reforma moral expulsando a los demonios de su interior. Debe también operararse la entrada del Espíritu de Dios. Pero para el propósito que nos interesa aquí es suficiente observar que los espíritus son malos y pueden ocasionar daño. Se considera también que los espíritus inmundos “a manera de ranas” de Ap. 16.13 obran el mal, por cuanto reúnen las fuerzas de iniquidad para la gran batalla final.
Pasajes como los mencionados indican que desde el punto de vista bíblico la maldad no es algo puramente impersonal. Es capitaneada por Satanás y, de la misma manera en que existen poderes subalternos al servicio del bien, los ángeles, así también hay poderes subalternos al servicio del mal. Su aparición está relacionada mayormente con la encarnación (con un resurgimiento en los últimos días) dado que se oponen a la obra de Cristo. Véanse, además, * Satanás; * Posesión demoníaca.
Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico