ESPIRITU, ESPIRITUAL

(pneuma, pneumatikos)

De los 146 empleos de la palabra pneuma en el Corpus paulino, sólo algunas expresiones designan sin ambigüedad ai Espí­ritu de Dios. Sin embargo, no se puede deducir de este hecho que en todas las demás ocasiones se refiera al espí­ritu humano.

Hay algunas expresiones significativas. En algunos casos, pneuma tiene una connotación negativa, designando a un principio desordenado que anima al mundo: espí­ritu del mundo (1 Cor 2,12; Ef 2,2), con el que se pueden relacionar las expresiones espí­ritu de esclavo (Rom 8,15) y espí­ritu de torpeza (Rom 11,8). Otros giros antitéticos: ausente en el cuerpo, presente en el espí­ritu (1 Cor 5,3; Col 2,5), la letra y el espí­ritu (2 Cor 3,6; Rom 2,29) tienen su origen en el Antiguo Testamento e intentan traducir dos tipos de presencia o de relación con el mundo. La fórmula trilógica «espí­ritu, alma, cuerpo» en 1 Tes 5,23 darí­a la impresión de hacer del pneuma un elemento constitutivo del ser humano. Conviene señalar que ningún texto paulino pone a pneuma como equivalente de psiché (alma), a diferencia de soma (cuerpo), que puede ser sinónimo de sarx (carne).

¿Tiene pneuma una función psí­quica -en el sentido moderno de la palabra- (1 Cor 7,34; 2 Cor 2,13; Col 2,5), en paralelo con sarx y soma o con psyché (Flp 1,27)? ¿No es más bien una especie de disposición de orden afectivo para traducir el impulso que dirige al ser humano hacia su Creador y Señor (1 Cor 16,18; 2 Cor 11,4; Rom 12,11; Gal 6,1)? En lo más í­ntimo de su ser, el hombre, sensible a la acción del Espí­ritu, se deja transformar y su existencia terrena es asumida por el Espí­ritu de Dios (Gal 5,5.25), existencia que se convierte entonces en ofrenda espiritual (Rom 12,1) y que sustituye al culto antiguo. En este sentido, pneuma es aquel principio que tiene su origen en Dios y que orienta a todo el hombre hacia Dios, incluso su cuerpo y su carne (Gal 5,25). Designa la capacidad del hombre para acoger los dones de Dios: la frontera entre un pneuma que fuera solamente humano y el pneuma divino es difí­cil de captar.

La lí­nea de fondo del empleo paulino de pneuma es teológica, aunque no se puede negar una utilización más antropológica de los términos. Como si lo que se califica de pneumatikos (espiritual) no fuera de hecho más que los efectos del Espí­ritu de Dios que actúa en el mundo y en el hombre.

C. R.

AA. VV., Vocabulario de las epí­stolas paulinas, Verbo Divino, Navarra, 1996

Fuente: Vocabulario de las Epístolas Paulinas