ESPEJOS

El lavacro del tabernáculo fue hecho fundiendo los espejos de bronce de las mujeres que †œvelaban a la puerta del tabernáculo de reunión† (Ex. 38:8). Los antiguos espejos fueron hechos de metal pulido y no fue sino hasta los tiempos posteriores romanos cuando el vidrio comenzó a usarse para hacer espejos.
Han sido encontrados espejos de bronce en el curso de las excavaciones en Palestina. Generalmente aparecen junto con las joyas y los artí­culos del vestuario femenino. Tales espejos son de forma circular, a menudo con un mango de madera o marfil. El lado no pulido del espejo era generalmente plano, pero una muestra helenista de Gezer tiene un racimo de uvas en relieve en el reverso.
Los espejos eran considerados como objetos altamente valiosos en la antigüedad. Son mencionados entre las listas de regalos que los reyes y prí­ncipes intercambiaban el uno con el otro. Un vasallo del faraón Akhenatón presentó al gobernador egipcio treinta y dos espejos de bronce pulido, un hecho mencionado en los documentos de *Amarna. El rey heteo, de igual manera, le dio también un espejo de plata.
Entre los lujos que vinieron a difundirse ampliamente durante los tiempos helénicos estaban los espejos. Ellos dejaron de ser posesión exclusiva de la realeza y de los ricos, llegando a ser una parte aceptada del accesorio de cada mujer. Pablo nos recuerda de la imperfecta reflexión de los espejos antiguos cuando dice: †œAhora vemos por espejo, oscuramente † (1 Co. 13:12).

Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico