EL ANTIGUO EGIPTO

DEBIDO a que Israel mantuvo una dilatada relación con Egipto, la Biblia contiene numerosos detalles sobre esta nación. Jehová se sirvió de sucesos ocurridos en Egipto para ensalzar su nombre de manera maravillosa.
En Egipto se adoraba a muchos dioses. Se deificaba a algunos animales y a otros se les consagraba a ciertos dioses egipcios. No sorprende, por lo tanto, que Moisés dijese que si Israel ofrecí­a a Jehová sacrificios animales en Egipto, provocarí­a una reacción violenta del pueblo. (Ex 8:26.) También podemos entender por qué los israelitas utilizaron la estatua fundida de un becerro en lo que llamaron una †œfiesta a Jehovᆝ cuando su corazón se volvió a Egipto mientras se hallaban en el desierto. (Ex 32:1-5.)
Otra de las caracterí­sticas principales de la religión egipcia era la creencia en el más allá, creencia que se manifestaba en la costumbre de embalsamar a los muertos y edificar gigantescos sepulcros para honrarlos.
Aunque Moisés †œfue instruido en toda la sabidurí­a de los egipcios†, los mandamientos que registró sobre la adoración a Jehová no estaban corrompidos de ningún modo por la ideologí­a egipcia. (Hch 7:22.) Lo que escribió no era de origen humano, sino divino.

[Fotografí­a en la página 532]
Estatua de Amenhotep III; se encuentra cerca de Tebas, y alcanza una altura de 21 m. Estas estatuas se erigí­an, sin duda, para impresionar al pueblo

[Fotografí­a en la página 532]
Estela en la que se enumeran los proyectos de construcción de Tutankamon; tiempo después, sin embargo, el rey Horemheb alteró la inscripción para atribuirse el mérito a sí­ mismo. Tal falta de honradez no era infrecuente en los registros egipcios antiguos

[Fotografí­a en la página 532]
Trí­ada que muestra a Ramsés II entre el dios Amón y la diosa Mut. A Faraón se le consideraba un dios, la encarnación de Horus

[Fotografí­a en la página 532]
Faraón Taharka inclinándose ante Horus, de quien afirmaba ser una encarnación. La religión egipcia daba gran importancia a los animales

[Fotografí­as en la página 533]

Debajo: Las impresionantes columnas del templo de Luxor. Más abajo a la derecha: Avenida de esfinges que conduce al templo de Amón-Ra en Luxor

[Fotografí­a en la página 533]
La diosa del cielo Nut rodeada de los signos del zodiaco. La astrologí­a, procedente de Babilonia, llegó a formar parte de la religión de Egipto

[Fotografí­a en la página 533]
Fragmento del †œLibro de los Muertos† (debajo), hallado junto a una momia; contení­a encantamientos que el difunto debí­a recitar para que lo protegiesen y guiasen en el juicio del más allá

[Fotografí­a en la página 534]
Egipto dependí­a de un valle angosto y fértil que se extendí­a a lo largo del Nilo. (Esta zona fértil se ha pintado de color verde en el mapa de la página 531.) Al fondo puede apreciarse el brusco paso de la vegetación al desierto

[Fotografí­a en la página 534]
Un faraón montado en su carro. Los carros formaban parte del material bélico de Egipto, y hasta se vendí­an a otras naciones

[Fotografí­a en la página 534]
Seti I registró sus hazañas militares sobre los muros del templo de Amón-Ra, en Karnak; se ve a una figura agarrando del pelo a los prisioneros. Como serí­a de esperar, las victorias se registraban en los monumentos egipcios en términos grandilocuentes

[Mapa en la página 531]
(Véase la publicación para ver el texto completo)

Mar Grande
GOSEN
Zoan
Tahpanés

V. t. de Egipto
BAJO EGIPTO
On (Heliópolis)
Nof (Menfis)
SINAí

Rí­o Nilo
ALTO EGIPTO
No (Tebas)
Siene
ETIOPíA

Mar Rojo

Fuente: Diccionario de la Biblia