EKKLESIA

DicEc
 
En algunas lenguas occidentales la palabra utilizada para designar la Iglesia procede de la raí­z germánica kirika, derivada del griego, con la idea de «casa de Dios»; así­, por ejemplo, en inglés church, en alemán Kirche, en holandés kerk, etc. En otras lenguas procede del griego ekklésia, por lo general a través del latí­n ecclesia; así­ en francés église, en italiano chiesa, en español iglesia, en irlandés eaglais, etc. La cuestión más difí­cil es por qué las comunidades del Nuevo Testamento eligieron la palabra ekklésia. Algunos estudiosos afirman que ekklésia se eligió deliberadamente en oposición a synagógé judí­a (usada por la comunidad cristiana sólo en Sant 2,2); pero faltan datos para una decisión firme al respecto. En los LXX encontramos la expresión ekklésia tou theou (Iglesia de Dios) referida a la asamblea del pueblo en el Sinaí­ y en otras ocasiones religiosas. Parece probable que el uso de esta expresión influyera en su utilización por parte de los cristianos. Sea cual sea el trasfondo semí­tico de la palabra ekklésia (qehalá, kenishtha o `edá), la idea del Nuevo Testamento es originariamente la de un pueblo escatológico congregado por Jesús. Por otro lado, ekklésia se refirió en un primer momento a la comunidad local, y sólo más tarde, en los escritos deuteropaulinos dirigidos a los colosenses y a los efesios, se usó la palabra referida a la Iglesia universal. R. Bultmann ve por ello una evolución en varias etapas: los cristianos comienzan como una secta dentro del judaí­smo; ni siquiera la admisión de paganos altera fundamentalmente la continuidad con el pueblo del Antiguo Testamento; con el tiempo, la teologí­a del » >cuerpo de Cristo» introdujo la sensación de ser distintos; finalmente, el aplazamiento de la parusí­a dio lugar a la creación de estructuras y la Iglesia se convirtió en una institución de salvación. Los datos, sin embargo, obligan a un tratamiento más matizado de la cuestión.

La gran mayorí­a de las referencias de Pablo a la ekklésia se encuentran en el contexto de una asamblea particular en una casa (p. ej., Aquila y Prisca: ICor 16,19), ciudad (p. ej., Tesalónica: 1Tes 1,1) o región (p. ej., Gál 1,2.22). La qahal veterotestamentaria —la asamblea litúrgica de Israel (LXX, ekklésia)— y las asambleas sociales, polí­ticas y familiares de los griegos están ambas probablemente detrás de la elección de la palabra por parte de las comunidades cristianas. Pero ICor 1,2, la frase «todos los que invocan en cualquier lugar…», nos alerta frente a cualquier indicación de que en los textos primitivos ekklésia tiene un significado puramente restringido. Por otro lado, parece que el término «Iglesia de Dios» (lCor 15,9; Gál 1,13; Flp 3,6), aunque referido primariamente a la Iglesia de Jerusalén, tení­a ya connotaciones universalistas. De hecho, un estudio detenido de estos textos, junto con otros de lCor (1,1; 12,28; 14,34-35; 16,1.19), muestra que es muy improbable que el uso lato de la palabra ekklésia haya que buscarlo sólo en las cartas deuteropaulinas a los colosenses y a los efesios. Además, la expresión «llamados y consagrados» (Rom 1,6; 1Cor 1,2), que constituye casi un nombre, y el calificativo tou theou (de Dios), transcienden toda designación local. Por otro lado, tanto de los individuos (2Cor 5,17) como de las Iglesias (Iglesias de Judea: Gál 1,22; 1Tes 2,14) se dice que están «en Cristo». La fórmula en Christó «expresa la novedad de la realidad cristiana instaurada por la acción de Cristo, que ha tenido lugar en el pasado y sigue teniendo lugar en el Espí­ritu. La acción de Dios ha tenido lugar en Cristo; la comunidad cristiana vive ahora en Cristo por el poder de esa acción salví­fica y a semejanza de Cristo». Finalmente, la primitiva designación del seguimiento de Cristo como «el camino» (He 9,2; 19,2.23; 22,4; 24,14.22) parece implicar la conciencia de formar una comunidad que es realización del plan divino y que, por tanto, no puede estar restringida a un lugar. Otra palabra, >koinónia, parece, a la luz de Qumrán, tener también una significación universal semejante. En Efesios y Colosenses es claro que hay una visión universal de la Iglesia (por ejemplo en Col 1,18-24; 2,19; Ef 1,23; 5,22-27). La conclusión de R. E. Brown parece ponderada: «Al describir cómo los cristianos se vieron a sí­ mismos como Iglesia, se puede afirmar que se produce una progresión lógica desde la unidad original hasta la universalidad, pasando por la diversidad regional e ideológica». La cuestión en su conjunto ha de considerarse a la luz de las >eclesiologí­as neotestamentarias, que muestran los intereses particulares y los lí­mites de cada autor.

Christopher O´Donell – Salvador Pié-Ninot, Diccionario de Eclesiologí­a, San Pablo, Madrid 1987

Fuente: Diccionario de Eclesiología