EFESO (CONCILIO DE)

(431)
DicEc

Después de los concilios de >Nicea y >Constantinopla I, el problema cristológico residí­a principalmente en cómo expresar la integridad de la divinidad y la humanidad en el Hijo encarnado. La cristologí­a joánica de Alejandrí­a veí­a el misterio en términos de Palabra (Logos) y carne (sarx). La escuela antioquena consideraba más bien el modelo de Palabra y hombre (Logos anthropos). La primera corrí­a el peligro de fundir los dos elementos; la segunda tení­a la tentación de afirmar de manera equivalente dos Cristos. Nestorio (381-ca. 451), obispo de Constantinopla desde el año 428, veí­a la encarnación en términos de redención. Buscaba una posición intermedia en las afirmaciones acerca de Marí­a, siempre con una finalidad cristológica: proponí­a el término Christotokos (madre de Cristo) en lugar de Theotokos (madre de Dios) o anthrópotokos (madre del hombre). Se sentí­a por ello inclinado a ver en Cristo dos personas. Cirilo, obispo de Alejandrí­a desde el año 412, escribió una carta circular contra Nestorio y luego una segunda carta dirigida a él el año 430. Aquel mismo año Nestorio fue condenado por un sí­nodo en Roma y en Alejandrí­a.

El emperador Teodosio II convocó un concilio que habí­a de reunirse en Efeso en pentecostés. Cirilo empezó el concilio quince dí­as después, sin esperar a que llegaran ni los delegados de Roma ni los partidarios de Nestorio. Este concilio de Cirilo, que serí­a aceptado más tarde como concilio ecuménico, actuó del siguiente modo: decidió que la segunda carta de Cirilo a Nestorio, y no la respuesta de este, estaba en conformidad con Nicea; oyó la tercera carta de Cirilo a Nestorio, en la que se contení­an doce anatemas, aunque es dudoso si el concilio los aprobó en el sentido de que las proposiciones contrarias se proclamaban dogmas de fea; confirmó el credo de Nicea y prohibió la elaboración de nuevos credos (>Filioque); formuló una definición contra los mesalianos; redactó una carta circular en la que se informaba a los clérigos y los laicos de la condena de Juan de Antioquí­a; decretó la autonomí­a de la Iglesia de Chipre; aprobó seis cánones contra los partidarios de Nestorio y algunos otros herejes.

Juan de Antioquí­a y los obispos orientales, llegados más tarde, realizaron un concilio alternativo y trataron de excomulgar a Cirilo. Los legados romanos se unieron al concilio de Cirilo, cuyas actas fueron aprobadas por Sixto III el 432. Hasta el 433 no se reconciliaron Cirilo y Juan de Antioquí­a; el segundo hizo una profesión de fe aceptada por el primero. Hacia el 436 Nestorio fue enviado al exilio. La labor cristológica de Efeso habrí­a de ser completada por >Calcedonia el año 451.

Christopher O´Donell – Salvador Pié-Ninot, Diccionario de Eclesiologí­a, San Pablo, Madrid 1987

Fuente: Diccionario de Eclesiología