EBED-MELEC

el etíope Jer 38:7-39:18


Ebed-melec (heb. ‘Ebed-melek, «siervo del rey»; cun. Abdimilki; también en inscripciones nab.). Eunuco etí­ope (cusita), al servicio del rey Sedecí­as, que obtuvo del rey permiso para rescatar a Jeremí­as de la cisterna en que habí­a sido echado para que muriera. Con la ayuda de otros 3 hombres, Ebed-melec sacó al profeta de la cisterna mediante cuerdas (Jer 38:7-13). Más tarde recibió un mensaje de Jeremí­as de que serí­a protegido en la inminente destrucción que caerí­a sobre Jerusalén (39: 15- 18).

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

(Sirviente del rey). †œHombre etí­ope, eunuco de la casa real† en tiempos del rey †¢Sedequí­as, que denunció a éste el abuso cometido contra Jeremí­as al ponerle en una cisterna en el patio de la cárcel y pidió misericordia para el varón de Dios. Recibió la orden de usar treinta hombres para ir a sacar al profeta, lo cual logró echando †œtrapos viejos y ropas raí­das y andrajosas† a la cisterna para que se las pusiera †œbajo los sobacos, debajo de las sogas† (Jer 38:7-13). Por esta obra de bien Dios prometió a E. por ví­a de Jeremí­as que no serí­a muerto cuando Jerusalén cayera en manos de los caldeos (Jer 39:15-18).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, BIOG HOMB HOAT

vet, «siervo de Melec» o «siervo del rey». Según Jer. 38:7-13, eunuco etí­ope del rey Sedecí­as (588 a.C.), con su intercesión ante el rey salvó al profeta Jeremí­as, quien le prometió que se salvarí­a en la venidera destrucción de Jerusalén (Jer. 39:15-18).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

(Siervo del Rey).
Eunuco etí­ope de la casa del rey Sedequí­as que demostró por su proceder que estaba en total acuerdo con la obra de Jeremí­as, el profeta de Jehová. Cuando los prí­ncipes de Judá acusaron falsamente a Jeremí­as de sedición, Sedequí­as entregó al profeta en sus manos. Entonces, estos prí­ncipes tomaron a Jeremí­as y le arrojaron en la cisterna cenagosa de Malkiya, en el Patio de la Guardia, para que muriese allí­ sin alimento. (Jer 38:4-6.) Valerosamente, Ebed-mélec se dirigió en público al rey, que estaba sentado en la Puerta de Benjamí­n, para presentar una petición a favor de Jeremí­as, a pesar de lo peligroso que podí­a ser debido al profundo odio que se tení­a a la figura del profeta y a su mensaje. Sedequí­as respondió de modo favorable. De modo que Ebed-mélec, por orden del rey, llevó 30 hombres a la cisterna y bajó sogas con trapos gastados y pedazos de tela para que Jeremí­as se los pusiese debajo de las axilas, con el fin de subirle de la cisterna. (Jer 38:7-13.) Es probable que Sedequí­as no mandase a Ebed-mélec tomar 30 hombres consigo porque todos fuesen necesarios para sacar a Jeremí­as de la cisterna, sino para que pudieran enfrentarse a cualquier posible interferencia de los prí­ncipes o los sacerdotes. Debido a este acto justo hacia su profeta, Jehová le aseguró a Ebed-mélec por medio de Jeremí­as, que no perecerí­a durante el sitio babilonio, sino que se le proveerí­a escape. (Jer 39:15-18; véase EUNUCO.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

(heb. eḇed-meleḵ, nombre común = “sirviente del rey”). Sirviente etíope de Sedequías que rescató a Jeremías de una cisterna (Jer. 38.7–13), por lo que se le perdonó la vida durante el saqueo de Jerusalén (Jer. 39.15–18).

D.J.W.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico