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Es la técnica o forma docente que, ante la dificultad de la presencia física del catequizando, se orientan los aprendizajes, los sentimientos y las ideas en lejanía, o no presencia, para conseguir los objetivos y transmitir los conocimientos adecuados para la educación de la fe.
Los medios de hacer la transmisión de conocimientos y la tarea educadora puedes ser diversos: documentos escritos por correspondencia, comunicación por vía telefónica o mediante recursos audiovisuales, vínculos más o menos fáciles de tipo informático o internético.
La catequesis a distancia, como cualquier otra actividad sin presencia, puede tener sus ventajas; pero también existen los inconvenientes serios. Sobre todo en la educación de la fe, la comunicación vital o consentida es condición de autenticidad. Si en la instrucción un buen libro o un programa informático pueden ofrecer suficientes datos para sustituir al educador y para adquirir cultura e instrucción, en la verdadera educación la comunicación interpersonal es imprescindible. Acontece algo como con la amistad, el amor o la salud.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa