DISPERSION (DIASPORA)

Palabra que se usa para referirse a los israelitas que no viven en Israel, ya sea por razones voluntarias o por haber sido expulsados. Santiago dirigió su epí­stola †œa las doce tribus que están en la d.† (Stg 1:1). Aunque Pedro dice en la primera suya que escribe †œa los expatriados de la d. (gr. †diáspora») en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia» (1Pe 1:1), es probable que esté usando el término en otra forma, dirigiéndose a cristianos que viví­an en esos lugares terrenales como peregrinos, por ser ciudadanos del reino de los cielos.

Los judí­os en tiempos de Cristo hablaban de †œlos dispersos† (Jua 7:35). Entre las causas para la d. están: a) la caí­da de Samaria en el 722 a.C. en manos de Salmanasar. †œEl rey de Asiria llevó cautivo a Israel a Asiria† (2Re 18:11); y b) la caí­da de Jerusalén (primer †¢templo) en manos de Nabucodonosor. †œLos que escaparon de la espada fueron llevados cautivos a Babilonia† (2Cr 36:20).
potencias militares tení­an la costumbre de llevar cautiva parte de los vencidos, especialmente la clase más educada, los artesanos, etcétera. Pero existen registros que señalan que muchos judí­os fueron a vivir a otras partes de manera espontánea, ya fuera por razones comerciales o de otra í­ndole, desde mucho antes de la destrucción del primer †¢templo. Habí­a israelitas que viví­an en †¢Egipto y en †¢Damasco (Jer 44:1; 1Re 20:34). Pero ciertamente la emigración tras la destrucción del primer templo fue la de mayor impacto, pues la población de judí­os en Babilonia llegó a sumar un millón de personas.
experiencia de esta comunidad de la d. es importantí­sima para la formación de buena parte del AT. También se elaboró allí­ el †¢Talmud babilónico, que es la obra más importante para el judaí­smo después de la Biblia. Otros fueron a Egipto, como se narra en el libro de Jeremí­as, donde con el tiempo incluso llegaron a construir un templo. Fue muy famosa la comunidad judí­a de Alejandrí­a, donde se realizó la traducción de la Biblia al griego, llamada Septuaginta o versión de los Setenta. El Imperio Romano encontró ya una gran d. israelita, que aumentó con el desarrollo de la influencia romana. Incluso eso coincidió con una época en la cual los judí­os hací­an énfasis en el proselitismo. El libro de los Hchhos da testimonio de que por todas partes existí­an sinagogas. Por eso los primeros misioneros cristianos, Pablo y Bernabé, comenzaron a predicar aprovechando la presencia judí­a en las ciudades, visitando sus sinagogas, las cuales, como institución religiosa, eran precisamente hijas de la situación de la d., puesto que al no tener un templo donde adorar, los judí­os tuvieron que desarrollar la manera de reunirse y estudiar las Escrituras, mientras, al mismo tiempo, apoyaban a los que habí­an quedado en Israel. Incluso pagaban un impuesto para el †¢templo.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano