DISCIPULOS DE CRISTO

Véase CRISTIANA, IGLESIA.

Fuente: Diccionario de Religiones Denominaciones y Sectas

DicEc
 
La institución de los «Discí­pulos de Cristo», antes llamados la «Iglesia cristiana», puede atribuirse al predicador presbiteriano M. W. Stone hacia el año 1801, y más tarde a Thomas y Alexander Campbell, padre e hijo. Los seguidores de Stone y Campbell se unieron en 1832. Una de sus convicciones primeras fue la necesidad de la unidad de los cristianos como fundamento para la misión, el evangelismo y la renovación. Mantení­an una estricta eclesiologí­a neotestamentaria. Todaví­a hoy rechazan todos los credos. El acto central del culto es la celebración semanal de la cena del Señor. Practican el bautismo de los creyentes y se organizan al modo congregacional.

Los discí­pulos de Cristo tienen dos organismos internacionales: la Convención Mundial de Iglesias de Cristo, que es una inspiradora congregación de miembros que tiene lugar cada cuatro años, y el Consejo Consultivo Ecuménico de los Discí­pulos, que se ocupa de las relaciones oficiales entre las distintas Iglesias: nombra representantes para los encuentros ecuménicos y es un centro de información sobre las relaciones ecuménicas mundiales. En la actualidad están comprometidos en tres diálogos internacionales.

Ha habido encuentros con la Iglesia católica desde 1977, principalmente en relación con la búsqueda de la verdad y, en particular, con el ecumenismo espiritual (>Ecumenismo y espiritualidad). La primera serie de discusiones se centró en «La apostolicidad y la catolicidad» (1977-1982); la segunda, a partir de 1983, en «La Iglesia como koinónia en Cristo». La metodologí­a usada en estos diálogos ha atraí­do la atención de otras Iglesias: no se trata de ponerse de acuerdo en determinadas afirmaciones, sino más bien de buscar lí­neas de convergencia.

Mantuvieron relaciones cordiales con la Iglesia ortodoxa rusa incluso durante la época de la Guerra Frí­a, iniciando el diálogo formal en 1987. Entre los temas tratados están: «Bautismo, eucaristí­a y ministerio», «Hacer la paz», «La renovación de la vida parroquial» y «El ministerio diaconal de la Iglesia en la sociedad».

El diálogo oficial con la Alianza Mundial de Iglesias Reformadas empezó en 1987 con la discusión sobre las raí­ces comunes, el bautismo y la comunión, el ministerio y los modelos de unidad.

Los discí­pulos de Cristo aportan al diálogo ecuménico un fuerte sentido sacramental. La Iglesia es al mismo tiempo la congregación local de los creyentes y el conjunto de todos los cristianos, que forman una única comunidad (koinónia).

Christopher O´Donell – Salvador Pié-Ninot, Diccionario de Eclesiologí­a, San Pablo, Madrid 1987

Fuente: Diccionario de Eclesiología