DIRECTIVIDAD PEDAGOGICA

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Se entiende por tal la tendencia pedagógica a marcar con autoridad caminos y a exigir procesos que conducen a resultados buenos. Y se llama «no directividad» a la preferencia por los estilos liberales en los que se deja a cada uno seguir su propio camino y se le señalan únicamente objetivos que deben ser conseguidos de forma libre.

En los terrenos de la formación religiosa, sobre todo con adultos y jóvenes, la no directividad se impone en cierto sentido, lo cual no quiere decir que haya libertad moral para aceptar o rechazar las doctrinas que uno quiera. Pero, cuando se trata de niños y preadolescentes, la no directividad es un mito de algunos estilos cercanos al anarquismo pedagógico y con frecuencia una pérdida de tiempos dejando que yerren para que aprendan de sus errores o que malgasten su libertad para que aprendan de sus fracasos a fuerza de repetirlos.

La idea de la nodirectividad viene de C. Rogers, quien transpasó su método psiquiátrico (expuesto es «Psicoterapia centrada en el cliente») al terreno de los pedagógico («Libertad y creatividad en educación», «Counseling y psicoterapia» y «El proceso de convertirse en persona: punto de visa de terapéutico»). Esa libertad para Rogers no es anarquí­a, sino autoorganización. En «Sentimientos y emociones» reclama la atención en la parte afectiva humana que tiene decisiva trascendencia para el hombre.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa