DICHO PROVERBIAL

Por lo general se cree que el término hebreo que se traduce †œdicho proverbial† o †œexpresión proverbial† (ma·schál) se deriva de una raí­z que significa †œasemejarse† (Sl 49:12), y, de hecho, muchos dichos proverbiales utilizan semejanzas o comparaciones. Algunos eruditos relacionan la expresión †œdicho proverbial† con el verbo †œgobernar†, por lo que a veces se podrí­a considerar como un dicho de un gobernante o como una expresión de autoridad, que este impone debido a su sabidurí­a. Esto concuerda con el hecho de que el rey Salomón, que era conocido por su sabidurí­a, podí­a pronunciar 3.000 proverbios, y puso por escrito una buena parte de estos dichos proverbiales. (1Re 4:32.)
Los israelitas tení­an una serie de expresiones de uso popular o frecuente, expresiones que estaban llenas de significado debido a las circunstancias que las rodeaban. Estos dichos proverbiales solí­an declararse de manera concisa. (1Sa 10:12.) Sin embargo, no en todos ellos se expresaban puntos de vista apropiados, y hubo algunos en concreto que tuvieron la desaprobación de Jehová. (Eze 12:22, 23; 18:2, 3.)
Algunos dichos llegaron a ser expresiones comunes para ridiculizar o menospreciar a ciertas personas. (Hab 2:6.) En tales casos, incluso el objeto del desdén, tanto si era una persona como si era una cosa, recibí­a el calificativo de †œdicho proverbial†, de ahí­ que a los israelitas se les advirtiese que si no escuchaban a Jehová ni obedecí­an sus mandamientos, tanto ellos como el templo se convertirí­an en dicho proverbial entre las naciones. (Dt 28:15, 37; 1Re 9:7; 2Cr 7:20.) La actitud que se tení­a hacia una nación que llegaba a convertirse en dicho proverbial queda bien recogida en las siguientes expresiones bí­blicas respecto a lo que la propia nación de Israel llegarí­a a ser: oprobio, escarnio, mofa, humillación e invocación de mal. (Sl 44:13-15; Jer 24:9.) La persona que se convertí­a en dicho proverbial también llegaba a ser tema de tonadillas que cantaban los bebedores y estaba expuesta a que otros le escupieran en la cara. (Sl 69:11, 12; Job 17:6.) Es evidente que dicha persona caí­a muy bajo.
No todos los dichos proverbiales se condensaban en una o dos frases cortas y expresivas. En el capí­tulo 14 de Isaí­as se registra una de estas expresiones más extensas, en la que se representa de forma ví­vida y por medio de comparaciones los efectos desastrosos producidos por el orgullo del rey de Babilonia. Se ridiculiza con sarcasmo e ironí­a a aquel que pensaba de sí­ mismo que era †œel resplandeciente, hijo del alba†.
Cuando la semejanza o comparación de un dicho proverbial era algo oscura o extraña, también podí­a llamarse enigma. (Sl 78:2.) Y esto es lo que ocurre cuando Ezequiel asemejó bajo inspiración el proceder de Israel con relación a Babilonia y a Egipto con una vid que fue plantada por un águila y que más tarde extendió sus raí­ces de manera hambrienta hacia otra águila. (Eze 17:2-18.)
Algunas expresiones proverbiales eran poéticas, como es el caso de las de Job. (Job 27:1; 29:1.) Las ideas que expresó bajo inspiración no se escribieron en el estilo conciso y caracterí­stico de la mayorí­a de los proverbios, sino que se desarrollaron en poemas muy instructivos llenos de expresiones figurativas.
Dios también hizo que Balaam se expresase con dichos proverbiales, dichos que asimismo fueron registrados en forma de poesí­a. (Nú 23:7, 18; 24:3, 15, 20, 21, 23.) Lejos de expresar desprecio por Israel, Balaam los †œ[bendijo] hasta el lí­mite†, aunque profetizó un ay para otros pueblos. (Nú 23:11.) El aspecto proverbial en esta ocasión no se debe a que las expresiones del profeta llegaran a ser de uso popular, ni tampoco a que sus declaraciones fuesen expresiones concisas de sabidurí­a; más bien, reciben este nombre debido a la fuerza y gran significado de lo que se dijo, así­ como a la variedad de semejanzas o comparaciones de algunos de sus dichos.

Fuente: Diccionario de la Biblia