DETERMINAR, DETERMINADO

Como un término bíblico y teológico, el verbo horidsein se asocia particularmente con los decretos soberanos de Dios, por medio de los cuales él determina u ordena circunstancias o eventos de acuerdo con su voluntad y propósito. Aparece ocho veces en el NT. Los períodos de la historia humana así como los lazos humanos de su habitación están determinados por Dios (Hch. 17:26); así, también se habla de Dios como quien determina cierto día (Heb. 4:7), el camino de la cruz fue determinado para Cristo por Dios (Lc. 22:22), él fue entregado por el determinado (hōrismenē) consejo y conocimiento de Dios (Hch. 2:23; cf. Hch. 4:28) donde el uso del verbo prooridsein «determinar», en un contexto similar, confirma la conexión estrecha de nuestro verbo con la doctrina de la determinación; por su resurrección de los muertos, Jesús ha sido señalado por Dios como el Hijo de Dios (Ro. 1:4); y es aquel a quien Dios ha determinado ser el juez de los vivos y los muertos (Hch. 10:42; 17:31).

Tanto el AT como el NT desarrollan la doctrina que está señalada en estos términos; véase por ejemplo, Dt. 32:8; Job 14:5; Is. 19:17; Dn. 9:24; 11:36; Sof. 3:8.

Philip Edgcumbe Hughes

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (163). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología