La conocida afirmación del Credo Apostólico de que Jesús descendió al infierno se basa principalmente en dos referencias de Pedro, una de las cuales (1Pe 3:19) es más directa que la otra (1Pe 4:6) y se apoya en implicaciones tomadas de dos vv. más del NT (Act 2:27; Rom 10:7). El término también armoniza con el lenguaje de Pablo (Eph 4:9) y Juan (Rev 1:17-18). Las regiones más bajas eran conocidas como la habitación de los espíritus incorpóreos de los muertos, pero es posible que 1Pe 4:6 se refiera más bien a los ángeles caídos (comparar Jud 1:6).
Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano
Varias escrituras hablan del Señor Jesús en relación con el Hades. En Hch 2:27 donde dice: †œPorque no dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu Santo vea corrupción† se cita el Sal 16:8-11 También se lee en Rom 10:7 : †œ…o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos?†. Y en Efe 4:9 : †œY eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?†. Es posible que éstas y otras porciones sirvieran de base para que se incluyera en el llamado †œCredo Apostólico† y otros credos posteriores, la declaración de que Cristo †œdescendió a los infiernos†. En el texto latino se dice ad inferos, o sea, †œa los lugares inferiores† (de la tierra). Además, se nos habla en la Biblia de unos †œespíritus encarcelados† (1Pe 3:19), †œángeles que pecaron† y están en †œprisiones de oscuridad† (2Pe 2:4). Judas menciona a unos †œángeles … guardados bajo oscuridad, en prisiones eternas† (Jud 1:6-7. El apóstol Pedro dijo que el Señor Jesús fue †œen espíritu … y predicó a† esos espíritus después de su padecimiento (1Pe 3:18-19).
En la mente de los judíos de tiempos del NT estaba muy difundido el relato sobre la caída de los ángeles que aparece en el libro pseudoepigráfico llamado I Enoc, capítulos 6 al 10. Allí se habla de ángeles que tuvieron hijos con las hijas de los hombres, por lo que se llenó la tierra de violencia. Plantea que por causa de ellos fue enviado el diluvio y que arcángeles de Dios recibieron la misión de poner esos ángeles caídos en prisiones de oscuridad hasta el día del juicio final cuando †œserán enviados al abismo de fuego, al tormento, y serán encadenados en prisión eternamente†. De este libro mismo cita †¢Judas en su epístola. Y a esto se refiere el apóstol Pedro cuando habla de †œespíritus encarcelados† (1Pe 3:19), †œángeles que pecaron† y que están en †œprisiones de oscuridad† (2Pe 2:4).
han hecho muchos esfuerzos por buscar explicaciones que nieguen el d. al i., por lo misteriosos que parecen ser los pasajes donde se trata el tema y porque no se nos dice en qué consistía la predicación que se hizo allí. Algunos sugieren que fue una proclamación de la victoria del Señor en la cruz. Pero hasta el día de hoy no se ha sugerido una explicación aceptable que haga cambiar en el pensamiento de los creyentes la convicción sobre el sentido de las Escrituras antes mencionadas.
Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano
La frase, «descendió a los infiernos» no aparecía en la antigua forma romana del Credo de los Apóstoles, pero fueron incluidas en la forma que delineó Rufino cerca del año 400 d.C. Él las extrajo de la forma del credo de la iglesia de Aquileya, en Italia. Allí la expresión descendit ad inferna, aparece en el así llamado credo de Atanasio como descendit ad inferos: «el descendió a las partes bajas del mundo». Probablemente este ítem se agregó para combatir los puntos de vista docetistas en cuanto a la persona de Cristo.
Muchos escritores cristianos del segundo siglo enseñaban que Cristo fue al Hades después de su muerte. Pablo había afirmado que Cristo había descendido a las partes más bajas de la tierra como una contraparte de la ascensión (Ro. 10:6–8; Ef. 4:8–10). En una estrecha relación con esta enseñanza se encuentra la profecía del AT que se cita en Hch. 2:31 por parte de Pedro. La realidad de la humanidad de Cristo demandaba que él compartiera la perdición del hombre tanto en la muerte como en la vida.
Variados puntos de vista se han mantenido en relación con el descensus. La posición de la Iglesia Católica Romana es que Cristo descendió al limbus patrum para manifestar su glorioso poder y librar las almas de los justos que habían muerto y la manera de conducirlas al cielo. La Iglesia Oriental por su parte limita esta obra a los santos del AT que creían en el Mesías. La Fórmula de Concordia (luterana) afirma: «por esto debería ser suficiente para nosotros saber que Cristo descendió al infierno, que él destruyó el infierno para todos los creyentes, y que nosotros a través de él hemos sido arrebatados del poder de la muerte y Satanás, de la condenación eterna e incluso de las llamas del infierno». Calvino enseñaba que, en su experiencia Cristo, para el beneficio de los creyentes, «sufrió en su alma los terribles tormentos de una persona condenada e irremediablemente perdida». La era moderna ha sido testigo del surgimiento de la idea (basada mayormente en 1 P. 3:19) que la predicación de Cristo en el Hades abre la posibilidad de salvación después de la muerte de aquellos que no han tenido la oportunidad de escuchar el mensaje en su vida.
BIBLIOGRAFÍA
J.N.D. Kelly, Early Christian Creeds, pp. 378–383; F. Loofs en HERE; H.B. Swete, The Apostles’ Creed, pp. 56–63.
Everett F. Harrison
HERE Hastings’ Encyclopaedia of Religion and Ethics
Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (162). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.
Fuente: Diccionario de Teología