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Signo de pobreza y de austeridad de vida, usual en la Edad Media y que se renovó en el siglo XVI en diversas Ordenes antiguas que se reformaron según las prescripciones del Concilio de Trento. Así surgieron los Carmelitas descalzos, los Franciscanos descalzos y otros.
La descalcez material era emblema de la social, moral y espiritual. Por eso al llegar el siglo XX con sus exigencias de salud, higiene y cortesía, en muchos lugares antes, este signo fue sustituido por otros equivalentes.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa