Tenemos que hacer un esfuerzo por distanciarnos de lo que ocurre y poder así evaluarlo. Está claro que dicho distanciamiento es una actitud mental: no es que no tengamos que atender a las necesidades cotidianas, lo que tenemos que hacer, al realizarlas, es ensanchar nuestra mirada. Es significativa, a este respecto, la imagen del escalador que, evidentemente, mientras va subiendo por la pared de la montaña, procura —agarradero tras agarradero, hendidura tras hendidura— no descuidar nada de lo que hace falta para mantenerse y continuar en pared; sin embargo, de vez en cuando mira hacia arriba y hacia abajo, para ver hasta dónde conduce el camino, si éste es bueno, si el tiempo está cambiando, etcétera. Podemos hablar de una actitud de desapego contemplativo —que en ocasiones nos falta— que nos ayudaría a afrontar los problemas sin ansiedad, sin la prisa de hallar «inmediatamente» una salida.
Carlo María Martini, Diccionario Espiritual, PPC, Madrid, 1997
Fuente: Diccionario Espiritual