DAMASO. SAN

[924](304-384)
Papa desde el 366, de familia española, aunque nacido en Roma. Tuvo que desenvolverse en medio de disensiones y rencillas entre grupos romanos.

Hizo lo posible por mantener la paz y por dar base sólida a la doctrina cristiana mediante la aceptación por todos de una traducción fija de la Escritura Sagrada. Por eso ordenó al presbí­tero S. Jerónimo, erudito en lenguas orientales, que hiciera la traducción al latí­n de los mejores textos hebreos logrados en Oriente, y que serí­a la divulgada o vulgar (Vulgata) traducción latina de la Biblia.

La Vulgata se mantuvo como texto oficial de la Iglesia romana occidental hasta el siglo XX.

Poeta y gran devoto de los mártires, escribió diversos epitafios y epigramas para sus sepulcros. A él se atribuye el que se recitara al terminar todas las oraciones el «Gloria al Padre, al Hijo y al Espí­ritu Santo, como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos».

También edificó diversos templos en Roma, dio normas legales para variados episcopados como el de las Galias, impuso los documentos pontificios, cartas y decretos, «Decretales pontificias», como textos de mayor autoridad que las actas de los concilios. Trató de que todos reconocieran la supremací­a de la Sede de Roma, en atención a la cátedra de Pedro asentada en ella. Gracias a S. Dámaso, el Papado cobró importancia social y se aclaró su carácter primacial y jerárquico en la Iglesia.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa