CORRUPCION

Deu 32:5 c no es suya; de sus hijos es la mancha
Job 17:14 a la c he dicho: Mi padre eres tú
Psa 16:10 Seol, ni permitirás que tu santo vea c
Isa 38:17 a ti agradó librar mi vida del hoyo de c
Hos 9:9 llegaron hasta lo más bajo en su c, como
Act 2:27; 13:35


El vocablo hebreo shahat significa daño y destrucción (†œSe corrompió la tierra delante de Dios…. toda carne habí­a corrompido su camino† [Gen 6:11-12]). La idea apunta a un proceso en el cual una cosa se ha dañado y está a punto de destruirse por completo o de perder su sentido de ser (†œ…se corrompí­an más que sus padres, siguiendo a dioses ajenos para servirles† [Jue 2:19]). †œCiertamente la opresión hace entontecer al sabio, y las dádivas corrompen el corazón† [Ecl 7:7]).

Se relaciona la c. con la muerte (1Co 15:42). Cuando †¢Ezequí­as sanó de su enfermedad, dijo: †œ…mas a ti agradó librar mi vida del hoyo de corrupción† (Isa 38:17). En la †¢resurrección del Señor Jesús se cumplió lo que dice el Sal 16:10 (†œNo dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea c.† [Hch 2:27]).
el NT, el sustantivo phthora y el verbo phtheirö se traducen como c. y corromper, respectivamente. Los problemas ecológicos son demostración de que †œla creación misma† necesita ser †œlibertada de la esclavitud de c.† a la cual ha estado sujeta por el pecado del hombre (Rom 8:21). Los creyentes deben huir de la c. que hay en el mundo (2Pe 1:4).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

El profeta Amos dice que el sol se pone a mediodí­a a causa del tráfico ilí­cito del pueblo. La corrupción social oscurece la tierra, como en el momento de la muerte de Cristo. Esta corrupción contamina el aire y oscurece el sol en nuestra ciudad. ¡De cuántas situaciones tenemos que defendernos! ¡Cuántas formas hay que van mermando como parásitos el tejido social y a menudo engordan con su degradación! Tenemos el cáncer de la droga: pienso en la desolación que la presencia de un toxicomano causa en las familias, pienso en la lenta extinción de los sentimientos y de la vida que la droga produce en sus ví­ctimas. Y, con más indignación y dolor todaví­a, pienso en todos aquellos que trafican con la droga y sacan de ella pingües beneficios, superiores a los de cualquier gran empresa productiva, en todos aquellos que en ese inmenso y extendido mercado despachan, incitan, empujan con un cinismo increí­ble a las personas a entregarse a un modo de vida que ya no es humano. Resuena la palabra de Jesús: «Más les valdrí­a no haber nacido». ¡Qué vergüenza enterarnos de que esta actividad es una de las mayores actividades comerciales de nuestras regiones! Luego están los «padrinos de la pornografí­a» que sacan grandes ganancias de un sucio comercio, que especulan con la vulgaridad. ¿Y qué decir de esas formas de corrupción que constituyen el sindicato del crimen, para raptos o secuestros de personas, extorsiones, chantajes, y que, en ocasiones, se benefician también de una preocupante complicidad del silencio? No creamos que estamos indemnes de estos males que, como las pestes de antaño, tratan en principio de ocultarse y de hacer que se niegue su existencia. Finalmente, tenemos la corrupción de guante blanco, la que se insinúa en la gestión desaprensiva del dinero ajeno, en las incorrecciones administrativas de todo tipo, en la facilidad para el derroche de unos bienes que son de todos, en las distintas formas de corrupción polí­tica, de favoritismos o amiguí­simos, de reparto injusto de situaciones de privilegio, de omisión de importantes deberes cí­vicos.

Carlo Marí­a Martini, Diccionario Espiritual, PPC, Madrid, 1997

Fuente: Diccionario Espiritual

En el AT los sustantivos que se traducen por corrupción son principalmente mišḥaṯ, mošḥāṯ y mašḥîṯ: los tres significan una degeneración y decaimiento físico (Is. 52:14; Lv. 22:25; Dn. 10:8). También se traduce de esta manera la palabra šaḥaṯ aunque su significado es «lugar de corrupción, foso», el verbo šaḥaṯ indica el acto de corromper o de llegar a ser moralmente corrupto a través del pecado (Gn. 6:12; Ex. 32:7; Os. 9:9).

En el NT diafzora y fzora se traducen por «corrupción». El primero aparece seis veces (Hch. 2:27, 31; 13:34, 35, 36, 37) y consistentemente denota la descomposición o decaimiento del cuerpo. El otro término también tiene este significado (1 Co. 15:42, 50); pero además, significa la descomposición del mundo material y de la naturaleza (Ro. 8:21; Col. 2:22; 2 P. 2:12), la corrupción religiosa y moral (2 P. 1:4; 2:19), y destrucción escatológica (Gá. 6:8 donde fzora se contrasta con dsōē aiōnios «vida eterna»; 2 P. 2:12b). La palabra fzora misma no indica la naturaleza precisa o la duración de esta ruina escatológica.

BIBLIOGRAFÍA

Arndt; H. Windisch, Die Katholischen Briefe, HZNT; p. 95.

Walter W. Wessel

HZNT Handbuch zum Neuen Testament (Lietzmann)

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (130). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología

(gr. fthora, diafthora) en las vss. bíblicas, y especialmente en °vrv2, generalmente connota la transitoriedad del presente orden terreno. En Ro. 8.21 se usa en relación con la tendencia del universo material a cambiar y deteriorarse; contrástese con la herencia “incorruptible” (gr. afthartos) reservada para los creyentes (1 P. 1.4). En 1 Co. 15.42ss denota la tendencia del cuerpo “natural” (“animal”, °vrv2) a morir (* Muerte) y a disolverse; “corruptible” (gr. fthartos) es prácticamente equivalente a “mortal” (gr. thnētos), como “incorruptible” (gr. aftharsia), que es lo que se afirma del cuerpo “espiritual”, es sinónimo de “inmortalidad” (gr. athanasia). En Hch 2.27ss; 13.35ss “corrupcion” (en el sentido de descomposición) es trad. del gr. diafthora, citado del Sal. 16.10, LXX, para el šahaṯ del TM (°bj “ la fosa”), paralelo a Seol. Como “testimonio” mesiánico el Sal. 16.10 en la LXX se presta todavía mejor que el TM al caso de Jesús, cuyo cuerpo, al ser levantado de la muerte, “no vio corrupción” (Hch. 13.37). (* Infierno; * Escatología )

Bibliografía. F. Merkel, “Perder, Perderse”, °DTNT, t(t). III, pp. 336–339; W. W. Wessel, “Corrupción”, °DT, pp. 125.

E. F. Sutcliffe, The Old Testament and the Future Life, 1946, pp. 76–81; J. Jeremias, “Flesh and Blood cannot inherit the Kingdom of God”, NTS 1, 1955–56, pp. 155ss.

F.F.B.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico