Ciudad de origen griego fundada probablemente por colonos de Megara, que de esta manera conquistaron el acceso al mar Negro. Herodoto pone la fundación de Bizancio en el 668 a.C.
La ciudad dio hospedaje en el 324 a Licinio, en su huida de Constantino. Alcanzado por este último, fue derrotado por él precisamente en las cercanías de Bizancio (324). Para conmemorar la victoria de Dios y por inspiración divina -como declara Sozomeno (HE, 11, 3)-, Constantino decidió edificar en 1ugar de la vieja Bizancio una ciudad espléndida que habría de llevar su nombre, Constantinopla.
A esta decisión contribuyó además la precariedad en que se encontraba Europa occidental ante las incursiones cada vez más frecuentes de los pueblos germánicos. En seis años, del 324 al 330, la ciudad experimentó grandes cambios y mejoras. De la Iglesia de Constantinopla estamos bien informados, sobre todo a partir de su erección como capital del Imperio.
Entre las peripecias político-religiosas que sufrió Constantinopla recordemos al menos las más importantes. El concilio de Constantinopla convocado en el 381 por el emperador Teodosio 1 para los obispos del imperio oriental fue el segundo concilio ecuménico. A este sínodo asistieron Gregorio de Nacianzo, Gregorio de Nisa, Cirilo de Jemsalén, Diodoro de Tarso y otros obispos de relieve. Se convocó contra el grupo de los macedonianos, que apelaban al patriarca de Constantinopla, Macedonio (3411342-360), que había negado la divinidad del Espíritu Santo; el concilio se encargó precisamente de reafirmarla.
La verdad es que este concilio no era ecuménico, pero fue reconocido como tal después de la resonancia que tuvo a continuación. En él se estableció introducir en el Símbolo una fórmula ya preexistente sobre el Espíritu Santo. A la mención nicena: » (Creo) en el Espíritu Santo» se añadió: «que es Señor, vivificador, que procede del Padre, que con el Padre y el Hijo es juntamente adorado y glorificado, y – que habló por medio de los profetas».
En el 553 el emperador Justiniano pidió la convocatoria del Y concilio ecuménico, conocido como Constantinopolitano 11. Este sínodo, compuesto de 150 obispos, se inauguró en una sala contigua a la basílica de Santa Sofía; tuvo que tomar posiciones contra el origenismo y contra los dirigentes ya fallecidos de la escuela teológica antioquena, acusados de haber dado origen a la herejía de Nestorio.
Los llamados Tres capítulos que ha bía que condenar eran: 1) Teodoro de Mopsuestia: persona y escritos: 2) los escritos de Teodoreto de Ciro contra Cirilo; 3) la carta de Ibas de Edesa al obispo Mario de Seleucia en defensa de Teodoro de Mopsuestia. La intención de esta condenación, según el emperador Justiniano, era la de acercar a los monofisitas a la Iglesia del Imperio.
El papa Vigilio, obligado a venir a Constantinopla, procuró no tomar parte en los trabajos conciliares; en efecto, tanto él como algunos otros obispos veían en la condenación de los Tres capítulos una violación del 1V concilio ecuménico, el de Calcedonia. Al no lograr resistir las presiones imperiales, el papa Vigilio se plegó finalmente a los deseos de Justiniano y aprobó la condenación de los Tres capítulos (554) y la reprobación de Orígenes y del origenismo.
Después de más de cien años (680 681) tuvo lugar otro concilio también en Constantinopla; fue el VI ecuménico. Llamado Trulano por la sala con cúpula (trulla) del palacio imperial donde se celebraban las sesiones, fue convocado por el emperador Constantino 1V para resolver y condenar – tal como se hizo – el monotelismo y el monoergismo, afirmando por el contrario la existencia en Cristo de dos voluntades y de dos energías inseparables.
También hay que recordar el concilio considerado como VII ecuménico, convocado por el emperador iconoclasta Constantino Y en el año 754. En este sínodo intervinieron 338 obispos, pero estuvieron ausentes los delegados de Roma. El concilio condenó el culto a las imágenes, pero prohibió toda profanación y destrucción de los edificios sagrados – y no acogió las sugerencias del emperador de negar toda validez a la intercesión de los santos y de la Virgen.
Treinta años más tarde, en el 786, otro concilio convocado por la emperatriz Irene y el patriarca Tarasio intentó restablecer el culto a las imágenes, pero una irrupción de los soldados iconoclastas en la sala de reuniones hizo imposible su continuación. Estos pocos datos recogidos de la historia de la Iglesia ponen de manifiesto el lugar central que fue asumiendo Constantinopla en la historia del cristianismo.
L. Padovese
Bibl.: M. Simonetti – C, Kannengiesser. Constantinopla, en DPAC, 1, 478-488; G, Alberigo, Historia de los concilios ecuménicos, Sígueme, Salamanca 1993.
PACOMIO, Luciano [et al.], Diccionario Teológico Enciclopédico, Verbo Divino, Navarra, 1995
Fuente: Diccionario Teológico Enciclopédico
Constantinopla fue el nombre antiguo de la actual ciudad de Estambul, en Turquía. Se debe este nombre al emperador romano Constantino en el siglo IV. Fue capital del Imperio Bizantino (también llamada Bizancio) o Imperio Romano de Oriente durante siglos, desde 395 hasta su conquista por los turcos en 1453dc, cuando comienza la Edad Moderna.La antigua capital llamada Bizantium, o llamada de Constantinopla durante el imperio Bizantino es actualmente Estambul. Esta ciudad fue el centro más poderoso después del declive del imperio Romano. La ciudad fue considerada muy importante en el mundo por centenares de años con combates sangrientos por el poder y varias rebeliones. Inicialmente restringido dentro de los muros de Septimus Severus, la ciudad creció y se extiendió hasta los muros de Theodosius. Constantinopla como Roma antigua, fue una ciudad establecida en siete colinas.
Constantino
En el año 324 Constantino I el Grande vence al co-emperador romano Licinio (Flavio Valerio Licinio Liciniano 250-325), transformándose en el hombre más poderoso del Imperio Romano. En ese contexto decidió convertir a la ciudad de zoni en la capital del Imperio, comenzando trabajos para embellecer, recrear y proteger la ciudad. Para ello utilizó más de cuarenta mil trabajadores, mayoritariamente esclavos godos.Después de 6 años de trabajos, hacia el 11 de mayo de 330, y aún sin finalizar las obras (se terminaron en el 336) Constantino inauguró la ciudad mediante los ritos tradicionales, que duraron 40 días. La ciudad entonces contaba con unos 30.000 habitantes. Un siglo más tarde alcanzo los 500.000 siendo la ciudad más grande del mundo y, algunos autores, en determinados momentos de su historia, llegan a atribuirle 1.000.000. Renombrada como Nea Roma Constantinopolis (Nueva Roma de Constantino), aunque popularmente se la denominaba Constantinopla (en griego Κωνσταντινούπολη), fue reconstruida a semejanza de Roma, con catorce regiones, foro, capitolio y senado, y su territorio sería considerado suelo itálico (libre de impuestos). Al igual que la capital itálica, tenía siete colinas.
Constantino no destruyó los templos existentes, ya que no persiguió a los paganos, es más, construyó nuevos templos para paganos y , especialmente influido por estos últimos. Tal es así que durante su gobierno se abolió la crucifixión, las luchas entre gladiadores, se reguló el divorcio, dándose mayor protección legal a la mujer y se mantuvo una mayor austeridad sexual, según las costumbres que despues se convertirian en cristianas. Además construyó iglesias como la de Santa Sofía y Santa Irene y la iglesia-mausoleo ], donde fue enterrado el emperador. Constantino jamás se declaró religioso, solo lo llegó a ser en el lecho de muerte y bautizado por arriano, Eusebio de Nicomedia.
La nueva Roma fue embellecida a costa de otras ciudades del imperio, que fueron saqueadas en sus mejores obras, trasladadas a la nueva capital del imperio. En el foro se colocó una columna donde se emplazó una estatua de Apolo, a la que Constantino hizo quitar la cabeza para colocar una réplica de la suya. Se transladaron esculturas, columnas, mosaicos, obeliscos, desde Alejandría, Éfeso y sobre todo desde Atenas. Constantino no reparó en gasto, quería levantar una capital universal.
La ciudad contaba con un hipódromo, construido en tiempos de Septimio Severo (año 203ac), que podía albergar más de 50.000 personas y era la sede de las fiestas populares y de homenaje a los generales victoriosos del imperio. Sus tribunas también fueron testigo de tribunales donde se dirimían los casos más relevantes. Hoy en día, el hipódromo sólo es una plaza del centro de la ciudad (Estambul), donde se conservan los dos obeliscos que se encontraban en el centro de la pista, uno de ellos perteneciente al faraón egipcio Thutmose III.
También se dio gran importancia a la cultura. Constantino creó la primera universidad del mundo al fundar, en el 340ac, la Universidad de Constantinopla, aunque luego fuera reformada por el emperador Teodosio II en el [[425]ac]. En ella se enseñaba gramática, retórica, derecho, filosofía, matemática, astronomía y medicina; también gramática latina, gramática griega, retórica latina y retórica griega. La universidad constaba de grandes salones de conferencia, donde enseñaban sus 31 profesores.
Al morir Constantino, la fragmentación del Imperio Romano era un hecho. Sin embargo, esto no se produciría hasta la muerte de uno de sus sucesores: Teodosio, en el año 395,despues de cristo quien dividió en dos el Imperio y cedió el mando de la parte occidental, con sede en Roma, a su hijo Honorio; y la parte Oriental, con sede en Constantinopla, a su otro hijo Arcadio, dando comienzo al Imperio Bizantino que, a diferencia de la parte occidental cuya decadencia fue cada vez mayor, se mantuvo en pie hasta el año 1453.
En época del emperador Justiniano (527-565) se construyó el templo de Santa Sofía, donde sus arquitectos tuvieron que colocar una cúpula sobre un edificio rectangular. Tan complejo fue esto que la primera cúpula se derrumbó; la segunda es la que hoy se puede ver en el edificio. Justiniano también construyó la Iglesia de los santos Sergio y Baco, entre los años 527 y 536 después de cristo.
Durante el gobierno del emperador Heraclio (610-641) se creó la Academia Patriarcal de Teología, que luego fuera organizada también como universidad.
Fuente: Enciclopedia Católica