v. Reconocer
Lev 26:40 y confesarán su iniquidad, y .. sus padres
Num 5:7 aquella persona confesará el pecado que
2Sa 22:50; Psa 18:49 yo te confesaré entre las
Neh 9:2 confesaron sus pecados, y las iniquidades
Job 40:14 y yo también te confesaré que podrá
Psa 32:5 confesaré mis transgresiones a Jehová
Psa 38:18 por tanto, confesaré mi maldad, y me
Pro 28:13 el que los confiesa y se aparta alcanzará
Mat 3:6 eran bautizados .. confesando sus pecados
Mat 10:32; Luk 12:8 que me confiese .. le confesaré
Joh 1:20 confesó, y no negó, sino c: Yo no soy el
Joh 9:22 si alguno confesare que Jesús era el
Act 19:18 venían, confesando y dando cuenta de
Rom 10:9 si confesares con tu boca que Jesús es el
Rom 10:10 con la boca se confiesa para salvación
Rom 14:11 rodilla, y toda lengua confesará a Dios
Rom 15:9 te confesaré entre los gentiles, y cantaré
Phi 2:11 toda lengua confiese que Jesucristo es el
Jam 5:16 confesaos vuestras ofensas unos a otros
1Jo 1:9 si confesamos nuestros pecados, él es fiel
1Jo 2:23 el que confiesa al Hijo, tiene también al
1Jo 4:2 todo espíritu que confiesa que Jesucristo
1Jo 4:15 aquel que confiese que Jesús es el Hijo de
2Jo 1:7 no confiesan que Jesucristo ha venido en
Rev 3:5 confesaré su nombre delante de mi Padre
yadah (hd;y: , 3034) «confesar, alabar, agradecer». Esta raíz, que muchas veces la rvr traduce «confesar» o «confesión», a menudo tiene también la acepción de «alabar» o «dar gracias». A primera vista, estos significados no parecen tener ninguna relación. Pero, si ahondamos un poco más nos daremos cuenta de que estos significados se interpretan mutuamente. Los significados de yadah coinciden en parte con varios vocablos hebreos que significan «alabanza», como es el caso con halal (del cual proviene aleluya). A veces, los objetos de yadah son seres humanos, pero es mucho más común que el objeto sea Dios. El contexto suele ser la adoración pública en la que los adoradores afirman y renuevan su relación con Dios. El sujeto no es, en primera instancia, el individuo aislado, sino la congregación. Particularmente en los himnos y acciones de gracias de los Salmos es evidente que yadah es un recuento y consiguiente acción de gracias a Jehová por sus grandes obras de salvación. La afirmación o confesión de la inmerecida bondad de Dios dramatiza la indignidad del ser humano. De ahí que una confesión de pecado puede articularse con el mismo aliento que una confesión de fe o expresión de alabanza y gratitud. Esta confesión no es un catálogo moralista y autobiográfico de pecados cometidos (infracciones individuales de un código legal), sino más bien una confesión de la pecaminosidad fundamental en que toda la humanidad está sumergida, separándonos de un Dios santo. Aun por sus juicios, que despiertan en nosotros arrepentimiento, Dios debe ser alabado (p. ej. Psa 51:4). Así que nadie debe sorprenderse de encontrar alabanzas en contextos penitenciales y viceversa (1Ki 8:33 ; Neh 9:2 ; Dan 9:4 ). Si la alabanza inevitablemente trae consigo la confesión de pecado, lo contrario también es cierto. La palabra segura de perdón provoca la alabanza y acción de gracias del confesante. Estas expresiones brotan casi automáticamente del nuevo ser de la persona arrepentida. A menudo el objeto directo de yadah es el «nombre» de Jehová (p. ej., Psa 105:1; Isa 12:4; 1Ch 16:8). En un sentido, esta expresión sencillamente es sinónima de alabar a Jehová. Sin embargo, hay otro sentido en que ello introduce toda la dimensión de lo que el «nombre» evoca en el lenguaje bíblico. Nos hace recordar que una humanidad pecaminosa no puede aproximarse a un Dios santo. Únicamente lo podrá hacer por su «nombre», esto es su Palabra y reputación que es un anticipo de la encarnación. Dios se revela solo en su «nombre» y particularmente en el santuario que El ha escogido para «poner en él su nombre» (una frase que es muy frecuente, sobre todo en Deuteronomio). El panorama de yadah se extiende tanto vertical como horizontal; verticalmente hasta abarcar a toda la creación y extendiéndose horizontalmente en el tiempo hasta aquel día en que la adoración y la acción de gracias serán eternas (p. ej. Psa_29; 95.10; 96.7–9; 103.19–22).
Fuente: Diccionario Vine Antiguo Testamento