COLONIA

Colonia (gr. kolí‡ní­a). En tiempos del NT, un asentamiento de ciudadanos romanos en territorios sometidos, autorizados por el senado de Roma. Los colonizadores retení­an su ciudadaní­a romana con los privilegios relacionados con ello, y generalmente formaban la aristocracia del área donde viví­an. Desde tiempos de Augusto, las colonias se formaban asentando soldados veteranos (muchos de los cuales no eran ciudadanos) en localidades estratégicas y dándoles privilegios especiales, como la ciudadaní­a romana y una constitución para la ciudad similar a la de Roma. Por lo general, eran leales apoyos de la causa romana en paí­ses distantes. Filipos de Macedonia fue una de ellas (Act 16:12). Bib.: A. N. Sherwin-White, The Roman Citizenship [La ciudadaní­a romana] (Oxford, 1939); G. H. Stevenson, Roman Provincial Admistration [Administación provincial romana] (Oxford,1939).

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

(gr., kolonia, una transliteración del lat. colonus, agricultor). En la única ocasión que se encuentra la palabra en el NT, Act 16:12, Filipos se menciona como una colonia. Una colonia era un asentamiento de ciudadanos romanos, autorizado por el gobierno, en territorio conquistado. Los colonos eran generalmente soldados romanos retirados quienes se asentaban en lugares donde pudieran mantener a los enemigos del imperio bajo control. Eran la aristocracia de los pueblos provinciales donde viví­an. Tales colonias tení­an los derechos de las ciudades italianas: autogobierno municipal y exención de padrón e impuestos sobre la tierra.

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

kolonia (kolwniva, 2862), translitera el vocablo latino colonia. Las colonias romanas pertenecieron a tres perí­odos y clases: (a) aquellas de la Primera República antes del 100 a.C., y que eran simplemente centros de influencia romana en los territorios conquistados; (b) las colonias agrarias, puestas como lugares para acomodar la creciente población de Roma; (c) las colonias militares durante la época de las guerras civiles y del imperio, para el establecimiento de los soldados desmovilizados. Esta tercera clase fue establecida por el imperator, que designaba a un legado para que este ejerciera su autoridad. Es a esta clase que pertenecí­a Filipos, mencionada en Act 16:12 como una colonia romana. Eran las torres de vigí­a del estado romano, y estaban trazadas según el modelo de la misma Roma. Toda la organización de Filipos como tal fue obra de Augusto, quien, después de la batalla de Accio, el 31 a.C., dio a sus soldados tierras en Italia, transfiriendo a la mayor parte de sus habitantes a otras partes, incluyendo Filipos. Estas comunidades poseí­an los derechos y las libertades romanas, y de poseer la tierra bajo ley romana, así­ como la exención de impuestos y tributos. La mayor parte de las colonias romanas fueron establecidas en la costa.¶

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento

Corporación de ciudadanos romanos establecida en el extranjero, que disfrutaba de gobierno local propio. El objetivo era a veces estratégico, más a menudo la rehabilitación de veteranos o desocupados; probablemente nunca tenía el propósito de lograr la romanización económica o cultural del lugar. En oriente rara vez se establecían colonias, y de cualquier manera muchas veces estaban formadas por ciudadanos cuya lengua era el griego. Incluso se hizo práctica corriente el conceder la categoría de colonia por razones honoríficas a ciertas repúblicas griegas. Por consiguiente, el tímido romanismo evidenciado en Filipos (Hch. 16.12) probablemente constituía un caso excepcional, y de ninguna de las otras colonias mencionadas en el NT se indica esta particularidad (Corinto, Siracusa, Troas, Antioquía de Pisidia, Listra, Tolemaida y posiblemente Iconio), Sin embargo, ocupaba un lugar destacado en casi todos los estados extranjeros una asociación (conventus) de ciudadanos romanos residentes. Los “viajeros de Roma” (°vm) en Jerusalén (“romanos aquí residentes”, (°vrv2) (Hch. 2.10) constituyen un ejemplo de esto.

Bibliografía. A. Wikenhauser, J. Schmidt, Introducción al Nuevo Testamento, 1978; H. E. Dana, El mundo del Nuevo Testamento, s/f; E. Harrison, Introducción al Nuevo Testamento, 1980; H. Metzger, Las rutas de san Pablo en el oriente griego, 1962; G. Bornkamm, Pablo de Tarso, 1979; G. Báez-Camargo, Comentario arqueológico de la Biblia, 1979; J. Leipoldt, W. Grundmann, El mundo del Nuevo Testamento, 3 t(t). 1973–75.

A. H. M. Jones, The Greek City from Alexander to Justinian, 1940, pp. 61–84; A. N. Sherwin-White, The Roman Citizenship², 1973; B. Levick, Roman Colonies in Southern Asia Minor, 1967.

E.A.J.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico