(Ex 20,22-23,19) (-> Pentateuco, Código de la Santidad). Aparece como una continuación del decálogo* y está incluido en la teofanía y pacto del Sinaí (Ex 19-24). Contiene diversas leyes de tipo social, criminal, económico y cultual que sirven para resolver los problemas todavía no muy complejos de una sociedad en gran parte agraria. Proviene de los tiempos de la monarquía, antes del exilio, entre el siglo VIII y VI a.C. Insiste en el cuidado por los más débiles y en la preocupación por la justicia. Incluye, entre otras normas, un nuevo decálogo* (Ex 22,17-30), con preceptos religiosos (22,17-19), sociales (22,20-26) y cultuales (22,2730), en el que se dice, entre otras cosas: «No oprimirás ni vejarás al forastero, porque forastero fuiste en Egipto. No explotarás a la viuda y al huérfano, porque si ellos gritan a mí yo los escucharé. Se encenderá mi ira y os haré morir a espada, y quedarán viudas vuestras mujeres y huérfanos vuestros hijos» (Ex 22,21-24). De esa forma apela a la memoria de la historia israelita: forasteros o gerim fueron antaño los que ahora forman el pueblo de la alianza; por eso no pueden olvidar su origen y oprimir a los que a su lado carecen de seguridad o patria. Este recuerdo del origen social israelita (¡fuisteis gerl) funda toda su moral y la sustenta sobre la solidaridad con los oprimidos: Dios tuvo piedad de los hebreos marginados en Egipto; ahora, los descendientes de los hebreos deben comportarse como Dios, apiadándose de los forasteros.
Cf. Introducción a los códigos legales del Pentateuco en J. L. Sicre, Introducción al Antiguo Testamento, Verbo Divino, Estella 1992.
PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007
Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra