CLERIGO

La palabra se deriva del griego klēros, «suerte», que puede señalar el método de escoger algo como se ve en Hechos 1:26 (cf. Hch. 1:17 donde klēros se traduce por «parte»). Ya en los tiempos de Jerónimo se indica que el término es ambiguo. Puede denotar a los escogidos como pertenencia especial del Señor, o a aquellos cuya suerte o porción es el Señor. En el NT la palabra no se usa para una clase restringida. Puede representar una parte o una herencia, y en 1 Pedro 5:3 se usa el plural indicando al pueblo de Dios como un todo. Pero en el tiempo de Tertuliano encontramos que el término se usa para referirse a una clase de ministros ordenados en la iglesia. Se aplicó a los obispos, sacerdotes y diáconos. Más tarde, la palabra amplió su significado incluyendo órdenes menores y algunas veces parece referirse a miembros de órdenes religiosas o incluso personas educadas. Luego, la palabra volvió a un uso primario y en la actualidad identifica a los miembros del ministerio de la iglesia (sin distinción denominacional) para diferenciarlos de los laicos.

Leon Morris

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (109). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología