En el AT acontece, por diferentes razones, que las palabras de un libro se encuentran repetidas en otro. Pueden llamarse c., aunque no explican que se está citando y sin decir la fuente. Pero en el NT se utilizan expresiones atribuidas de manera específica a autores o libros del AT, a los libros †¢apócrifos, o a otras fuentes extrabíblicas. Casi siempre la c. está acompañada por fórmulas que indican que se está citando. Así, se dice: †œComo está escrito†, o †œescrito está†, o †œescrito en el profeta…†, o †œlo dicho por el Señor†, etcétera.
Al considerar estas c. neotestamentarias hay que tener en cuenta que los autores disponían de diversas versiones de las Escrituras del AT. Es cierto que mayormente usaban la †¢Septuaginta, pero hay ocasiones en que no es así. Treinta y una citas hechas por el evangelista Mateo no fueron tomadas de la Septuaginta.
algunas ocasiones, la diferencia de palabras entre la c. y el texto del AT se debe precisamente al uso que se hace de diferentes versiones. Mat 21:16 (†œDe la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza†) es una c. del Sal 8:2 (†œDe la boca de los niños y de los que maman fundaste la fortaleza†). Aquí Mateo usó la Septuaginta, la cual indica como †œalabanza† un término que en el texto masorético aparece como †œfortaleza† o †œgloria†. Otras veces las c. no son hechas de manera exacta, sino tomando la idea esencial del texto, cambiando a veces una que otra palabra, como el caso de Mat 21:5, que cita muy libremente a Zac 9:9. También hay que tener en cuenta que no siempre se disponía a mano del texto escrito, lo cual obligaba a realizar las c. de memoria.
autores del NT toman a veces ciertas palabras del AT y las aplican directamente a una circunstancia o persona del NT aparentemente sin poner atención al contexto de la porción original. Así, el texto de Ose 11:1 (†œCuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo†), que evidentemente se refiere en primer lugar a Israel, es tomado por Mateo y aplicado al caso del Señor Jesús (†œPara que se cumpliese lo que dijo el Señor:… De Egipto llamé a mi hijo† [Mat 2:15]).
literatura intertestamentaria y apócrifa, que incluye muchas obras pseudoepigráficas ( †¢Apócrifos y pseudoepigráficos del AT, Libros) muestra el desarrollo de ideas que estaban en la mente de las personas en los días anteriores al ministerio terrenal del Señor Jesús, incluyendo conceptos sobre la resurrección, el Mesías, y otras. En el NT hay también c. de esta literatura, algunas de ellas hechas de manera expresa. Judas, por ejemplo, cita del primer Libro de †¢Enoc (†œDe éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: †He aquí, vino el Señor…» [Jud 1:14]). La lucha que describe entre Miguel y el diablo por el cuerpo de Moisés (Jud 1:9) es algo tomado del libro apócrifo †œLa Asunción de Moisés†. Pablo toma de otro libro apócrifo los nombres de †œJanes y Jambres†, los magos egipcios (2Ti 3:8). La explicación que ofrece Pedro sobre lo que pasó a los †œespíritus encarcelados† (1Pe 3:18-20) está tomada directamente de los capítulos 6 y 10 del apócrifo primer Libro de Enoc.
, además de hacer referencias directas de los apócrifos del AT, usa en varias ocasiones c. de autores clásicos griegos. En Hch 17:28 cita a Epiménides (†œPorque en él vivimos, y nos movemos, y somos†) y a Aratos (†œComo algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos†). Epiménides fue un poeta cretense, autor de una legislación civil y religiosa para aquella isla (también citado en Tit 1:12). Las palabras de Aratos fueron tomadas de su obra †œPhaenomena†. Esos conceptos, además, fueron repetidos por otros autores griegos, entre ellos el estoico Cleanto, en su †œHimno a Zeus†.
Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano
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Alusiones a textos de los cuales señalan su localicación. En referencia a la Escritura sagrada, son alusiones a los textos de un libro sagrado que se usan en una exposición o en otros momentos.
Es bueno para una conveniente formación religiosa enseñar a manejar los libros de la Escritura, no sólo por cultura, sino para mejor comprensión bíblica.
En el Nuevo Testamento hay multitud de citas, casi 275, sobre todo de Profetas, aunque no se precisaba de dónde se tomaban. Es interesante recordar que el Nuevo Testamento se escribió en el griego común y que los autores usaron en casi todas sus citas los libros traducidos del hebreo al griego por los LXX, versión hecha en Alejandría en el siglo III a.C.
Y también es interesante recordar que el uso minucioso de la Escritura motivó el que en el siglo XI se dividieran los libros en capítulos y que en el XVI se numeraran las ideas en «versículos». Desde el XVI fue usual el citar la Biblia con abreviaturas. Por eso es conveniente enseñar a los alumnos y catequizandos a citar la Biblia de manera adecuada y a identificar y localizar las citas que se encuentran o se manejan en diversos libros religiosos.
(Ver Biblia 5.6.)
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa