CAZA, CAZADOR

En los relatos del período patriarcal vemos a los hebreos dedicados principalmente al cuidado de rebaños y a actividades agrícolas semisedentarias. Rara vez se dedicaban a la caza como pasatiempo, y sólo lo hacían, en general, cuando el hambre acuciaba o cuando los *animales salvajes que abundaban en Palestina en la antigüedad (Ex. 23.29) amenazaban la seguridad de las personas y sus rebaños (Jue. 14.5; 1 S. 17.34). Algunos, sin embargo, tenían una reconocida habilidad para la caza, entre los cuales se encontraban Ismael (Gn. 21.20) y Esaú (Gn. 25.27).

En cambio, los mesopotámicos y egipcios de la antigüedad dedicaban mucho más tiempo a la caza. Muchos monumentos y bajos relieves asirios representan escenas de caza, lo que indica una larga tradición en esta actividad deportiva, que puede incluso remontarse a la época de Nimrod, el poderoso cazador de la antigüedad (Gn. 10.8), que colonizó Asiria (Gn. 10.11). Mientras los mesopotámicos cazaban leones y otras bestias feroces, los egipcios preferían los típicos animales de caza deportiva y las aves de rapiña. Frecuentemente participaban en estas expediciones de caza perros y gatos.

Ocasionalmente la austera dieta de los hebreos en los tiempos antiguos se veía aliviada por manjares como la carne de la perdiz (cf. 1 S. 26.20), la gacela y el ciervo (Dt. 12.15). La provisión para la mesa de Salomón también incluía corzas (1 R. 4.23). Tal es la naturaleza general de las referencias del AT a la caza que se nombran pocos animales, y virtualmente nada se dice acerca de los métodos empleados o los avíos del cazador. En Hassuna, Irak, se desenterró el campamento de un cazador en el que había armas, tinajas de almacenamiento, y herramientas de ca. 5000 a.C. En las referencias bíblicas encontramos aljabas y arcos (Gn. 27.3), jabalinas (Job. 41.29), piedras para honda (1 S. 17.40), redes (Job 19.6), *lazos de cazador (Sal. 91.3), y fosos para animales de mayor tamaño tales como el oso (Ez. 19.8).

Si bien la caza no era una ocupación común en la antigua Palestina, sus procedimientos eran lo suficientemente familiares como para ser incorporados al lenguaje figurado (Job 18.10; Jer. 5.26). El NT emplea pocas metáforas relativas a la caza (Lc. 11.54; Ro. 11.9; Mt. 22.15, °ba).

Bibliografía. R. de Vaux, Historia antigua de Israel, 1975, t(t). I, pp. 51ss; M. Noth, El mundo del Antiguo Testamento, 1976, pp. 177–178.

E. W. Heaton, Everyday Life in Old Testament Times, 1956, pp. 112ss.

R.K.H.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico