La casa (gr. oikia, lat. familia) de un aristócrata romano estaba formada por el personal de servicio, principalmente los esclavos, aunque también incluía probablemente a los que habían sido emancipados pero mantenían obligaciones de patrocinio por ser libertos de la persona que los patrocinaba. Sus deberes eran sumamente especializados, y cubrían todos los aspectos del servicio doméstico, de las responsabilidades profesionales (médicas, educacionales, etc.), y de colaboración en actividades comerciales, literarias, y de secretariado. En el caso de los Césares, su liderazgo político permanente hacía que su casa fuese equivalente al personal civil moderno, que aportaba los expertos en la mayoría de los campos estatales. Su origen servil, y las obligaciones de los Césares en Oriente, hacían que dicha servidumbre fuese mayormente griega y oriental en composición. Por consiguiente no es sorprendente encontrar que ella estuviese bien representada entre los creyentes en Roma (Fil. 4.22).
Bibliografía. C. Erdman, La epístola a los Filipenses, pp. 153–155; A. Wikenhauser, J. Schmidt, Introducción al Nuevo Testamento, 1978, pp. 744ss; J. Fitzmyer, “Carta a los Filipenses”, Comentario bíblico “San Jerónimo”, 1972, t(t). II, pp. 625–626.
J. B. Lightfoot, Philippians7, 1883, pp. 171–178; P. R. C. Weaver, Familia Caesaris, 1972.
E.A.J.
Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico