Hombres que cambiaban una moneda por otra, con un interés. En Palestina circulaban monedas emitidas por muchos gobiernos; también los judíos tenían que convertir su moneda en siclos para el impuesto del templo. No era el comercio en sí, sino el lugar donde lo ejercían lo que condujo a Cristo a sacarlos fuera del atrio del templo (Mat 21:12; Mat 25:27; Mar 11:15; Joh 2:14-15).
Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano