CALDEOS/AS

Caldeos/as (heb. kasdîm; aram. kaí‘da’în; gr. jaldáios [todos términos transliterados del ac. kaldu]). 1. «Ur de los caldeos» (Gen 11:28, 31). Véase Ur 1. 2. Tribu de la baja Mesopotamia emparentada con los arameos. Aparecen por primera vez en los registros asirios del tiempo de Asurnasirpal II (884-859 a.C.), los que muestran que fueron los fundadores de varias tribus, de las cuales la más conocida era la de Bît-Yakin (establecida en la margen occidental del Tigris, cerca del Golfo Pérsico), que continuamente amenazaba a Babilonia. Los caldeos tuvieron éxito varias veces en lograr el control de Babilonia antes de fundar el Imperio Caldeo. Por ejemplo, como rey de Babilonia se erigieron Ukinzer (732/31-729 a.C.) y 2 veces Marduk-apalidina (el Merodac-baladán de la Biblia; 721-710/09 y 703-702 a.C.). Nabopolasar (626-605 a.C.), el fundador del Imperio Neobabilónico, era caldeo. Cuando la Biblia habla de la nación caldea o los caldeos (cÆ’ 2Ki 24:2), se refiere a este Imperio Neobabilónico o Caldeo (Jer 21:4; Eze 1:3; etc.). Bib.: R. P. Dougherty, The Sealand of Ancient Arabia [Las tierras marí­timas de la antigua Arabia] (New Haven, Conn., 1932). 3. Nombre que se daba a los eruditos, hechiceros, astrólogos y magos del Imperio Neobabilónico (Dan 2:2, 4, 5; etc.). Como los caldeos (1:4) ocupaban todos los altos cargos, incluyendo el sacerdocio, el nombre étnico habrí­a llegado a ser la designación del trabajo y del cargo sacerdotales, los que incluí­an las artes de la adivinación. El término caldeo, con este sentido, no sólo se encuentra en Daniel sino también en las obras de Herodoto, Estrabón y Diodoro Sí­culo, y en las inscripciones de Palmira.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico