CALAMIDAD

v. Adversidad, Aflicción, Angustia, Dolor, Malo, Miseria, Padecimiento, Quebrantamiento, Sufrimiento, Tribulación
Psa 11:6 sobre los malos hará llover c; fuego
Pro 1:26 yo me reiré en vuestra c, y me burlaré
1:27


Fuente: Diccionario Vine Antiguo Testamento

ananke (ajnagkhv, 318) denota; (a) una necesidad, impuesta ya sea por circunstancias externas (p.ej., Luk 23:17), o presión interna (p.ej.,1Co 9:16); (b) extremidad, angustia, «calamidad» (Luk 21:23); en el v. 25: «angustia», traduce a sunoque, véase ANGUSTIA;1Co 7:26; 1Th 3:7; las dos últimas citas se refieren a la carencia de cosas materiales. Véanse NECESARIO, NECESIDAD.

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento

La familia humana se ve con frecuencia afligida por desgracias colectivas y siempre queda sorprendida por su carácter repentino, su amplitud, su determinismo ciego. El eco de este *sufrimiento resuena en toda la Biblia: *guerra, *hambres, *diluvio, *tormentas, *fuego, *enfermedad, *muerte. Al hombre que no puede contentarse con dar a estos fenómenos una explicación natural, le revelan los apocalipsis su dimensión misteriosa, y así­ revelan el hombre a él mismo.

1. La calamidad en el designio de Dios. Tanto en profundidad como en superficie es la calamidad un desequilibrio. Emparentada con el *castigo, en cuanto que en último término proviene del *pecado del hombre, se distingue, sin embargo, de él por-que afecta a la *creación entera y porque manifiesta más claramente el rostro de *Satán, al que el *mundo está sometido durante el tiempo de la *prueba (Job 1,12; Mt 24,22). La calamidad es un «golpe)) («agá, golpear) colectivo que manifiesta hasta qué punto el pecado está en acción en la historia humana (Ap 6; 8, 6-11,19).

Guerra, hambre, peste, muerte: el Apocalipsis no presenta estas plagas como un mero componente del tiempo. En efecto, si por sus relaciones literarias nos remontamos a los apocalipsis anteriores, nos encontramos con una corriente que, desde los últimos libros del judaí­smo (Sab 10-19; Dan 9,24-27; 12,1), pasando por los salrnos (Sal 78; 105) y los profetas (Ez 14; 21; 38; ls 24; Sof 1,2s), llega hasta a las plagas de *Egipto (Ex 7-10). Entonces aparece claro el sentido de la calamidad: es una pieza del gran *juicio que constituye la *pascua. La *libe-ración escatológica que vivimos está figurada en la liberación de la primera pascua y del primer *éxodo.

La calamidad revela su secreto si se la considera a esta luz pascual: el momento en que triunfa en ella el poder de muerte del pecado señala el comienzo de su derrota y de la *victoria de Cristo. Por parte del amor de Dios que actúa en la *cruz, la calamidad cambia de sentido (Rom 8,31-39; Ap 7,3; 10,7). 2. El hombre ante la calamidad. Si la calamidad es tal, la actitud del hombre debe ser una mirada de verdad. No debe blasfemar (Ap 16,9) ni volverse hacia algún *í­dolo que le libre de ella (2Re 1,2-17; Is 44,17; 47.13). Debe reconocer en ella un signo del *tiempo (Lc 12,54ss), la expresión de su *esclavitud del pecado y el anuncio de la *visita muy próxima del Salvador (Mt 24,33). La calamidad, anticipación del *dí­a de Yahveh, es un ultimátum con miras a la *conversión (Ap 9,20s), una invitación a *velar (Mt 24,44). Pero sobre todo es el comienzo de nuestra *liberación total: ((Cuando estas cosas comenzaren a suceder. cobrad ánimo y levantad vuestras cabezas, porque se acerca vuestra redención» (Lc 21,28).

En esta misma lí­nea escatológica es normal que la calamidad acompañe al desenvolvimiento de la *pa-labra en el mundo (Ap 11,1-13), puesto que traduce a su manera :el des-envolvimiento paralelo del misterio del *anticristo. Pero sobre todo debe ser vivida por el cristiano en la certeza de que es amado (Lc 21,8-19) y en el *poder de Cristo (2Cor 12,9). El estado de ánimo propiamente escatológico que debe mantener en nosotros la calamidad, es entonces el de la espera; la calamidad, en efecto. es indicio del alumbramiento de un *mundo *nuevo y del trabajo del *espí­ritu, que encamina la *creación entera hacia la redención total (Mt 24,6ss; Rom 8,19-23).

-> Castigos – Ira – Diluvio – Prueba – Hambre y sed – Fuego – Guerra – Dí­a del Señor – Juicio – Enfermedad – Muerte – Tormenta – Sufrimiento.

LEON-DUFOUR, Xavier, Vocabulario de Teologí­a Bí­blica, Herder, Barcelona, 2001

Fuente: Vocabulario de las Epístolas Paulinas