BETSABE

Se baña a la vista de David, 2Sa 11:1-4; da a luz a Salomón, 2Sa 12:24; intercede por el derecho de Salomón al trono, 1Ki 1:15-21; pide por Adonías, 1Ki 2:19-25.


Betsabé (heb. Bath-sheba, «hija del juramento» o «hija del séptimo [dí­a; o sea, del sábado]»). Hija de Eliam y esposa de Urí­as, un soldado heteo en el ejército del rey David. Atraí­do por su belleza, cometió adulterio con ella durante la ausencia del esposo, con lo que quedó embarazada. Como el rey David fracasó en su esfuerzo por conseguir que Urí­as visitara su hogar como para que creyese que el hijo era suyo, David hizo exponer a su fiel soldado para que fuera muerto durante el sitio de Rabá. Después del acostumbrado perí­odo de duelo, se casó con Betsabé; el 1er hijo murió y el 2º fue el rey Salomón (2Sa 11:1-12:24). Una vez se la llama Bet-súa,* hija de Amiel (1Ch 3:5). El nombre Amiel contiene los componentes de Eliam en orden inverso. Cuando Adoní­as estuvo a punto de asumir el trono real (1Ki 1:11-31), Betsabé, aconsejada por el profeta Natán, indujo al rey a coronar de inmediato a su hijo Salomón. Más tarde trató de obtener el consentimiento de su hijo para que Adoní­as se casara con Abisag, la criada de David. Sus esfuerzos fracasaron, y por causa del pedido, considerado como pretensión al trono, Adoní­as perdió su vida (2:13-25). De acuerdo con 1Ch 3:5, Betsabé tuvo 3 hijos, además de Salomón: Simea, Sobab y Natán (cf 2Sa 5:14; 1Ch 14:4). Betsabé está incluida en la genealogí­a de Cristo que da Mateo: «La que fue mujer de Urí­as» (Mat 1:6).

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

hija de la opulencia. Hija de Eliam, y mujer de Urí­as, uno de los soldados mercenarios hititas del ejército de David. El rey se enamoró de B., cuando ésta se bañaba, la sedujo y la embarazó. Por esto, dio orden a Joab, jefe del ejército, que estaba en campaña contra Rabbá, que pusiera en primera fila de la batalla a Urí­as, a fin de que muriera, como sucedió. David, tras el luto, tomó por mujer a B., y ella le dio un hijo, 2 S 11. El profeta Natán, enviado de Dios, le reprochó al rey su conducta, y fue castigado con la muerte del hijo que le dio B. David se arrepintió de su pecado, Sal 51 (50). B. concibió y le parió otro hijo a David, Salomón, 2 S 12, 1-25. Siendo ya David anciano, su hijo Adoní­as, apoyado por Joab, jefe del ejército, y el sacerdote Abiatar, se levantó y se proclamó rey. Pero B., a instancias del profeta Natán, fue donde el rey David y éste le juró que el sucesor al trono serí­a Salomón y David ordenó que se le ungiera como tal 1 R 1, 5-40. En las luchas por la sucesión al trono B. actuó como consejera, 1 R 1, 11-53; 2, 13 25. Muerto David, Adoní­as pidió a B. que fuera donde Salomón para que le concediera a Abisag por mujer. Esto le costó la vida a Adoní­as, 1 R 2, 13-25.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

(heb., bathsheva, hija de Sheba). Ella era la esposa de Urí­as el heteo, soldado del ejército de David. Durante la ausencia de Urí­as en las guerras, David cometió adulterio con ella (2 Samuel 11). Luego Urí­as fue asesinado traicioneramente por orden de David (2Sa 11:6 ss.). Ella se convirtió en la esposa de David y vivió con él en el palacio. Tuvieron cuatro hijos, incluyendo a Salomón (2Sa 5:14; 1Ch 3:5), después que el primer niño murió (2Sa 12:14 ss.). Con la ayuda del profeta Natán, ella frustró la conspiración de Adoní­as para usurpar el reino y logró que David escogiera a Salomón como su sucesor. Sus hijos Natán y Salomón fueron ambos ascendientes de Jesucristo (Mat 1:6; Luk 3:31).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

(Hija del juramento). Esposa de †¢Urí­as, luego de David. Madre de Salomón. Estando Urí­as ausente peleando en el sitio de †¢Rabá, David se enamoró y tuvo relaciones ilí­citas con ella, quedando encinta. Lo hizo saber a David, que mandó a buscar a Urí­as y trató de que éste durmiera en su casa, para que no se supiera que el niño no era suyo. Al fallar en su intento, David ordenó el asesinato de Urí­as y luego tomó a B. por mujer (2Sa 11:1-27).

Aunque el niño concebido en esa forma murió, más tarde B. tuvo cuatro hijos con David: †¢Salomón, †¢Simea, †¢Sobab y †¢Natán (1Cr 3:5). B. tuvo un papel importante en la ejecución de lo que David habí­a prometido sobre la sucesión del trono, y ocupaba como reina madre un lugar especial junto a su hijo Salomón, que fue el escogido. En esa función intercedió frente a su hijo para que †¢Abisag fuera dada por esposa a †¢Adoní­as, lo cual causó la muerte de éste (1Re 1:11-53; 1Re 2:13-25).

B. era nieta de †¢Ahitofel (2Sa 23:34). Algunos rabinos y otros eruditos piensan que este consejero de David participó en la rebelión de †¢Absalón por su resentimiento a causa del incidente de Urí­as. = †¢Bet-súa.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, BIOG MUJE MUAT

vet, = «hija de un juramento». Hija de Eliam, o Amiel, y esposa de Urí­as heteo. David cometió un execrable doble pecado, adulterando con ella, y procurando después la muerte de Urí­as para que no se descubriera lo sucedido. Después de la muerte de Urí­as, David la tomó como mujer, y fue la madre de Salomón y de otros hijos de David. Cuando Adoní­as intentó proclamarse rey, Betsabé, impulsada por Natán, apeló a David para que éste cumpliera su promesa de que Salomón fuera su sucesor. Cuando Salomón era rey, Adoní­as le rogó a Betsabé que usara su influencia para conseguirle a Abisag como esposa para sí­ (2 S. 11:3; 12:24; 1 R. 1:11-31; 2:13-19; Sal. 51, «tí­tulo»). También recibe el nombre de Betsúa (1 Cr. 3:5); la misma palabra hebrea se traduce «hija de Súa», la esposa de Judá (Gn. 38:12; 1 Cr. 2:3).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

[012]
Mujer del hitita Urí­as, jefe del ejército de David. David pecó con ella y, al no conseguir engañar a Urí­as, hizo que muriera en un asalto guerrero para quedarse con la mujer. (2 Sam. 11. 1-26). El profeta Natán le echó en cara semejante crimen y David se arrepintió con los sentimientos del Salmo 50, que compuso con este motivo.

El hijo nacido del adulterio murió y David consoló a la nueva esposa con otro hijo, que serí­a el rey Salomón. (Ver Mujer 3.1)

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Esposa de Urí­as, con la que el rey David cometió adulterio, tras lo cual el mismo David ordenó que Urí­as fuera expuesto al peligro en la batalla para que muriera; y, en efecto, murió, con lo que David pudo tomarla por esposa. Salomón fue hijo de David y de Betsabé (cf. 2 Sam 11-12), la cual aparece en la genealogí­a de Jesús como «mujer de Urí­as» (Mt 1,6).

E. M. N.

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

(-> genealogí­a). Es la cuarta de las mujeres de la genealogí­a de Jesús, según Mt 1,6, pero no aparece con su nombre, como las tres anteriores (Tamar*, Rahab y Rut), sino sólo como «la mujer de Urí­as», de la que David engendró a Salomón. Según 2 Sm 11-12 y 1 Re 1-2, ella ha jugado un papel irregular e importante en la historia de las genealogí­as de Israel, lo mismo que las otras tres mujeres. El texto la presenta como hija de Eliam (2 Sm 11,3) y pertenece con toda probabilidad a la aristocracia preisraelita de Jerusalén. Está casada con Urí­as, un soldado significativo, del ejército de David, un hitita, de origen probablemente cananeo, anterior a la conquista de Jerusalén por David. Urí­as podrí­a ser un mercenario, que ha venido del extranjero para servir a David; pero es más probable que forme parte de la aristocracia cananea de Jerusalén, asimilada por David tras la conquista de la ciudad (cf. 2 Sm 5,6-9). Posiblemente tampoco Betsabé es israelita; pero al texto no le importa eso, sino la manera como ella ha sabido aprovechar las circunstancias (su adulterio, el asesinato de su marido) para ascender en la corte del rey. En las historias de la primera parte de su vida (2 Sm 11-12) ella parece pasiva; no sabemos nada de lo que piensa, ni siquiera sabemos si tiene hijos de su matrimonio anterior ni si tiene la esperanza de que el hijo que engendra con David llegue a ser rey. El texto la presenta bañándose en la terraza de su casa, posiblemente para purificarse después de la impureza menstrual. Este detalle es significativo, pues nos hace saber que el hijo que espera, tras haberse acostado con David, no puede haber sido engendrado por Urí­as, que está luchando lejos, al servicio del rey que se acuesta con su mujer. Para el narrador de la historia, ella seguirá siendo la mujer de Urí­as, probablemente una extranjera (cf. 2 Sm 12,9.10.15; Mt 1,6). Todo eso cambia en la última parte de su vida (en 1 Re 1-2), cuando David está muriendo y Adoní­as, otro de sus hijos, nacido de otra mujer (cf. 2 Sm 3,4), quiere tomar el poder y se corona como rey. En este momento, Betsabé aparece como gebí­ra*, mujer poderosa, madre del que va a ser monarca. Es ella la que con Na tán, el profeta, trama y dirige el golpe palaciego, convenciendo a David para que proclame a Salomón como sucesor sobre su trono. Ella influye también en su hijo Salomón, para que mate a Adoní­as, su hermano de padre, que sigue queriendo ocupar el trono. Así­ aparece como una mujer intrigante y poderosa, que influye sobre David (como David habí­a influido sobre ella al principio), dirigiendo dramáticamente los destinos de Israel, en los momentos básicos del cambio de reinado de David a Salomón, el nuevo rey, que aparece así­ como mestizo, hijo de David y de la mujer de un extranjero (una extranjera). El evangelio de Mateo ha querido poner bajo su luz la figura y obra de Marí­a, la madre de Jesús.

PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007

Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra

«Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: «Es Betsabé, hija de Eliam, mujer de Urí­as Heteo»» (2a de Samuel 11:3).

Lease: 2a Samuel 11:2-5, 26, 27; 12:15-24; 1a Reyes 1:11-40. El nombre de Betsabé va unido al terrible pecado cometido por David. Es tan terrible que nos asombra que pudiera ser cometido por un hombre de quien Dios se habí­a agradado. Representa tres transgresiones distintas. En primer lugar, un acto de adulterio ignominioso. Segundo, David hizo embriagar a Urí­as, en un esfuerzo para disimular su propia culpa. Finalmente, intrigó y dispuso las cosas de forma que Urí­as muriera en el ataque a una ciudad. Dio órdenes expresas de que se le dejara en la estacada.

Dios no hace acepción de personas y estos hechos son relatados en la Biblia. David el elegido de Dios fue culpable de una conducta vergonzosa. Pero también hemos de observar la conducta de Betsabé. Como es natural, al hablar de este asunto siempre hablamos de lo que hizo David, pero hemos de pensar en lo que hizo Betsabé también.

David se fijó en Betsabé al verla bañándose, mientras él se paseaba por el terrado de su casa. Hemos de suponer que Betsabé debí­a darse cuenta que se estaba bañando en un lugar en que podí­a ser observada. Probablemente, era en el terrado, que se halla en la mayorí­a de las casas en oriente en lugar del tejado. Allí­ pasa el aire y es un lugar agradable para estar, especialmente al atardecer. Betsabé no debí­a haberse expuesto y, por tanto, tenemos que hacerla responsable de su falta de pudor. En modo alguno se intentan estas palabras como una disculpa para David. Sobre este punto no se necesitan más comentarios.

No se nos dicen las circunstancias de la entrevista de Betsabé con David cuando éste la mandó llamar. Sólo sabemos los resultados. «Cuando llegó, David se acostó con ella… La mujer quedó embarazada.» No sabemos si podí­a presentir el motivo de la llamada, pero sí­ que tení­a que haberse resistido a los requerimientos del rey. Si Betsabé rió hubiera consentido bajo ninguna circunstancia, como era su deber, David no habrí­a tenido oportunidad de cometer este pecado y ella tampoco. Por tanto, hemos de considerar a Betsabé como cómplice en el adulterio.

El resto de la historia es bien conocido. Urí­as era un hombre leal, sincero e incapaz de pensar la traición que habí­an cometido contra él su esposa y el rey. Los dos. Muerto Urí­as Betsabé, ocupó el lugar de una de las esposas de David. Cuando dio luz al hijo ella ya se hallaba en el palacio.

Las Escrituras no nos dicen nada con respecto a la forma en que ella juzgó su propia conducta. Sólo se nos habla de David. El relato nos muestra el pecado y arrepentimiento de un gran hombre. También el castigo que sufrió por el mismo. Finalmente, nos habla de su restitución. Porque David pagó toda su vida las consecuencias de estos pecados. Betsabé es responsable con el rey. La historia es un aviso, a toda mujer que juega con su hermosura fí­sica, de los graves peligros en que incurre. Dios exige que todos nuestros caminos sean rectos en su presencia.

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión:
1. ¿En qué forma revela la misericordia de Dios un estudio de la historia de Betsabé?
2. ¿En qué fue poco prudente Betsabé? ¿Podemos aplicar esto a los tiempos en que vivimos?
3. ¿Somos justos limitándonos a poner la culpa de este suceso exclusivamente en David? ¿ Era Betsabé también responsable?

Fuente: Mujeres de la Biblia

(llamada, en 1 Cr. 3.5, “Bet-súa hija de Amiel”). Era hija de Eliam (2 S. 11.3), y, si se trata del “valiente” de 2 S. 23.34, nieta de Ahitofel. David la tomó cuando su marido, Urías heteo, estaba al frente del ejército que estaba sitiando Rabá, la capital amonita. Esto condujo al asesinato de Urías, al ingreso de Betsabé al harén real, y a la amonestación del profeta Natán a David (2 S. 12). Cuando David era ya viejo, Betsabé se alió con Natán para asegurar la sucesión de Salomón y hacerse ella reina madre. Peticionó ante Salomón para que Abisag, concubina de David, le fuera dada a Adonías (1 R. 2.19–21). Esto se interpretó como un intento de asegurar el trono, y trajo aparejada la muerte de Adonías.

M.B.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico