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Es la palabra que solía empezar cualquier formula de bendición dicha en latín, o petición de la misma por parte de alguien a un superior. Sobre todo alude al deseo de que todos «bendigan» a Dios por los alimentos recibidos y cuando se van a realizar determinadas acciones piadosas de convivencia. La expresión ha pasado a ser sinónima de deseos de bendición.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa