BEHEMOT

Job 40:15.


bestias. Job lo menciona, refiriéndose con el término al ® hipopótamo, cuya fuerza descomunal no puede dominar el hombre sino Dios, Jb 40, 14-24.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

ver ANIMALES

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

(Bestias). Animal descrito en Job 40:15-24. Inmediatamente después se habla también del †¢leviatán, por lo cual en las tradiciones judí­as se mencionan casi siempre juntos. Lo que se dice del b. hace pensar que es una referencia al hipopótamo (Hippopotamus amphibius), un paquidermo enorme que llega a pesar hasta tres ton. Por un tiempo se pensaba que la expresión †œaunque todo un Jordán se estrelle contra su boca† era una licencia poética, pero se han descubierto recientemente esqueletos de hipopótamos que demuestran su existencia en Israel en tiempos remotos. La literatura judí­a, sin embargo, le ha dado siempre el tratamiento de un animal mitológico, quizás porque se pensaba que no existió en la Tierra Santa. El apócrifo 1 Enoc 60:7-10 habla de B. como femenino y Leviatán como masculino. †¢Animales de la Biblia.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, CUAD REPT FAUN

vet, Se trata de un gran animal, descrito en Jb. 40:15-24. Una opinión bastante generalizada es que se trata del hipopótamo. Sin embargo, un examen riguroso del texto no apoya esta idea. Si se reconoce la contemporaneidad de los dinosaurios con el hombre, descartando la hipótesis de un largo desarrollo transformista de la vida sobre la tierra, la descripción concuerda admirablemente con la de un brontosaurio, gran reptil vegetariano. Cp. especialmente la descripción de su cola (Jb. 40:17). Bibliografí­a: Morris, H. M., y John C. Whitcomb: «El Diluvio del Génesis» (Clí­e, Terrassa, 1981); Bible Science Newsletter, suplemento marzo 1973, vol. 3, nº 2, «Job and Science» (Minneapolis, Minn.).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

(-> Leviatán). Figura simbólica de carácter monstruoso, que puede tomarse como un tipo de hipopótamo o bestia enorme, a la que los hombres no pueden domesticar. Sólo aparece en la Biblia una vez, en la narración de Job 40,15-24, cuando Dios responde a las cuestiones del hombre sufriente presentándole los dos animales simbólicos, de tipo numinoso y de carácter ambiguo, que el hombre no puede dominar. Uno es Leviatán, el otro es el nuestro: «Mira a Behemot, al que hice como a ti. Come hierba como buey. Mira: su fuerza está en sus lomos, y su vigor en los músculos de su vientre. Mueve su cola como un cedro… Sus huesos son fuertes como bronce, y sus miembros como barras de hierro» (Job 40,1518). Siguiendo el ejemplo de Job 40-41, la literatura parabí­blica ha vinculado las figuras de Leviatán* (monstruo femenino de las aguas) y de Behemot, al que ha tomado como monstruo del desierto, interpretándolas como signo de poderes numinosos, incontrolables (cf. 1 Hen 60,79; cf. 4 Esd 6,49-52; 2 Bar 29,4). Por otra parte, el mismo Hobbes, que habí­a vinculado a Leviatán con el poder polí­tico, ha interpretado el sistema económico precapitalista con el signo de Behemot, que devora toda la hierba del campo y no deja comer a los restantes animales.

PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007

Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra

El término †œBehemot†, que aparece en Job 40:15, ha sido considerado: 1) un derivado de una palabra egipcia cuyo significado literal es †œbuey acuático†, 2) una palabra posiblemente de origen asirio que significa †œmonstruo† y 3) un plural intensificado del vocablo hebreo behe·máh (bestia; animal doméstico) que, según se cree, significa †œbestia grande† o †œbestia gigantesca†. En la Versión de los Setenta griega la palabra the·rí­Â·a (fieras) traduce la palabra hebrea behe·móhth. Sin embargo, es evidente que Behemot se refiere a un solo animal, pues la descripción que se da de él no está en plural, sino en singular; por lo general se considera que este animal es el hipopótamo (Hippopotamus amphibius). De hecho, la mayorí­a de las traducciones de la Biblia (EMN, LT, NBE, NM, RH, BJ y otras) usan la palabra †œhipopótamo† en el texto principal o en las notas al pie de la página para identificar a esta criatura de la que habla Dios.
El hipopótamo es un mamí­fero paquidermo de gran tamaño que habita en los rí­os, lagos y pantanos. Son caracterí­sticas sus patas cortas, las enormes mandí­bulas y su gran cabeza, que puede llegar a pesar una tonelada. Tan grande es la fuerza de su mandí­bula y dientes que es capaz de agujerear de un bocado la acorazada piel de un cocodrilo. Un ejemplar adulto puede alcanzar los 4 ó 5 m. de longitud y pesar hasta 3.600 Kg. El hipopótamo es una criatura anfibia que, a pesar de su enorme tamaño, puede desplazarse con relativa rapidez tanto dentro como fuera del agua. Se alimenta de plantas de agua dulce, hierba, juncos y matorrales, ingiriendo cada dí­a más de 90 Kg. de vegetación en su estómago, cuya capacidad oscila entre los 150 y 190 l.
Su piel, en especial la del vientre, es muy dura y resistente a los golpes y rozaduras a que se ve sometida cuando el animal arrastra su cuerpo sobre los juncos y piedras de los lechos de los rí­os. El hipopótamo tiene la nariz colocada estratégicamente en la punta del hocico, y los ojos, en la parte alta de la cabeza, de modo que puede respirar y ver mientras se encuentra sumergido casi por completo. Las orejas y la nariz, parecida a una válvula, se cierran cuando se sumerge. Cuando el dióxido de carbono de la sangre alcanza cierto nivel, el animal emerge automáticamente para respirar aire fresco y se sumerge de nuevo, y esto ocurre incluso mientras duerme.
En un tiempo se encontraban hipopótamos en la mayorí­a de los grandes lagos y rí­os de ífrica, pero debido a la caza de que le ha hecho objeto el hombre, ha desaparecido de muchas regiones y se cree que ya no quedan ejemplares al N. de la catarata de Jartum, en el Sudán. Es posible que en tiempos antiguos hasta haya frecuentado el Jordán. De hecho, en diversas partes de Palestina se han encontrado colmillos y huesos de hipopótamos.
El capí­tulo 40 del libro de Job ofrece una descripción gráfica de este enorme mamí­fero. Se dice que es herví­boro (vs. 15). Luego se indica que su tremendo poder y energí­a residen en sus †œcaderas† y en †œlas cuerdas musculares de su vientre†, es decir, en los músculos de su espalda y abdomen (vs. 16). La cola del Behemot se asemeja a un cedro. Puesto que es bastante corta —tan solo mide de 46 a 51 cm.—, es probable que esta expresión signifique que el animal puede levantar su gruesa cola y mantenerla rí­gida, como si fuese un árbol, o balancearla. †œLos tendones de sus muslos están entretejidos†, es decir, la fibra y los tendones de los músculos de sus muslos están entrelazados como fuertes cables (vs. 17). Los huesos de sus patas son tan fuertes como †œtubos de cobre†, siendo así­ capaces de soportar el enorme peso del cuerpo. Los huesos y las costillas son como †œvaras de hierro forjado† (vs. 18). También se alude al inmenso consumo de alimento del Behemot (vs. 20) y se hace mención de cómo se echa debajo de los espinosos árboles de loto o se oculta en un lugar pantanoso, bajo la sombra de los álamos (vss. 21, 22). Esta criatura no se asusta ni siquiera cuando se desborda un rí­o, pues todaví­a puede mantener su cabeza por encima del nivel del agua y nadar contra la fuerza de la inundación (vs. 23). Jehová le preguntó a Job: †˜En vista del poder del Behemot y su impresionante boca, ¿se atreverí­a alguien a enfrentarse con tal monstruo cara a cara y tratar de agujerear su nariz con un anzuelo?†™ (vs. 24).

Fuente: Diccionario de la Biblia

Morfológicamente se trata del plural heb. de behēmâ, que aparece nueve veces en el AT (Dt. 32.24; Job 12.7; 40.15; Sal. 49.12, 20; 50.10; 73.22; Jer. 12.4; Hab. 2.17), y en todos estos casos, salvo uno, aparentemente el significado que se le asigna es “bestias”, “fieras”, “animales”, o “ganados”. En Job 40.15, empero, la referencia se limita de tal modo en los versículos siguientes que pareciera que se quiere sugerir algún animal específico, y generalmente se considera que el plural aquí tiene sentido intensificador, “gran bestia”, y que se refiere al hipopótamo (así °vm mg), que es el animal que responde mejor a la descripción. Se ha sugerido una derivación sobre la base de un hipotético término egp. p˒.iḥ.mw, ‘el buey del agua’, pero el hecho de que el egipcio tiene otras palabras para hipopótamo hace que esto resulte improbable. Si bien se han propuesto otras teorías, la equiparación con el hipopótamo puede aceptarse provisoriamente dado el estado actual de los conocimientos. La LXX usa aquí la palabra ktēnos. (* Bestia )

Bibliografía. °DTAT, t(t). I; °EBDM, t(t). I; J. M. Martínez, Job, la fe en conflicto, l975; La Sagrada Escritura, t(t). III (Libro de Job), 1969; L. Alonso Schökel, Job.

S. R. Driver y G. B. Gray, The Book of Job, ICC, 1921, 1, pp. 351–358; KB, pp. III; para otra teoría, véase G. R. Driver en Z. V. Togan (eds.), Proceedings of the Tweny-Second Congress of Orientalists … Istanbul … 1951, 2, 1957, pp. 113; G. S. Cansdale, Animals of Bible Lands, 1970, pp. 100; J. V. Kinnier Wilson, VT 25, 1975, pp. 1–14.

T.C.M.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico