AVE MARIA

forma latina que significa ¡Salve, Marí­a!, salutación del ángel Gabriel a la Virgen Marí­a, para anunciarle que serí­a la madre del Salvador Jesús Lc 1, 28. La oración del A. M. recoge las palabras de Gabriel y la exclamación de Isabel Lc 1, 42, mujer de Zacarí­as, cuando Marí­a la visitó, tras la anunciación, y el complemento compuesto por la tradición. La oración del A. M., tal como la conocemos hoy, fue establecida por el papa Pí­o V en 1568 . Este A., Salve, que se encuentra en muchas versiones de la Biblia, corresponde mejor al Alégrate, como también se halla en otras traducciones, de acuerdo con el llamado profético al júbilo a la hija de Sión por la venida del Mesí­as Is 12, 6; So 3, 14-15; Jl 2, 21-27; Za 2, 14 y 9, 9.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

Oración bí­blica. La alabanza más entranable y poética a Jesús, bendiciendo a su Madre, «la más bendita de todas las mujeres», y luego alabando a Jesús, poéticamente, «bendito es el fruto de tu vientre», de Luc 1:42, después de haberla exaltado, con las mismas palabras que le dijo el Arcángel de parte de Dios: «Salve, llena de gracia, el Senor es contigo.»: Tomada de la Biblia: La primera parte, de Luc 1:28 y 42. La segunda parte, de Stg 5:16, Jn. 2 y Rev 8:4. ¡Es poderosa la oración ferviente del justo! Y la Virgen Marí­a es «la más justa de todas las mujeres». Luc 1:42.

Además, es una forma preciosa de cumplir la profecí­a sobre Marí­a de Luc 1:48 y del Salmo del Rey y la Reina, Sal 45:18. Si sólo las iglesias protestantes existiesen hoy dí­a, zse estarí­a cumpliendo esta profecí­a de la Biblia, de que «todas las generaciones alabarán a Marí­a»? Luc 1:48.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

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Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

Significado de la oración a Marí­a

La oración mariana de la Iglesia tiene un doble movimiento, centrado siempre en la persona de Jesús, y apoyado «en la singular cooperación de Marí­a a la acción del Espí­ritu Santo» (CEC 2675) unirse al agradecimiento de Marí­a por los beneficios recibidos de Dios («Magnificat»), confiar a Marí­a la propia oración, uniéndola a la suya (oración de Marí­a en la anunciación, presentación, Caná, etc). La Iglesia se ha inspirado en el saludo del ángel «Ave Marí­a».

«Ave Marí­a»

La recitación de la primera parte del «Ave Marí­a» y del «Magnificat» ha sido una práctica de la Iglesia desde los primeros tiempos. La recitación era ya habitual desde el siglo XII. Otras fórmulas de oración mariana se han inspirado en esos textos bí­blicos, especialmente la segunda parte del Ave Marí­a (texto del siglo XV), recordando los contenidos de la oración de Marí­a (Magní­ficat), así­ como su intercesión en Caná (Jn 2) y su presencia en el Cenáculo (Hech 1,14). La última frase («ahora y en la hora de nuestra muerte») es del siglo XIX.

La preferencia de la Iglesia por el «Ave Marí­a» es debida al hecho de querer unirse a su oración, mientras, al mismo tiempo, se le confí­a la oración personal y comunitaria de toda la Iglesia. Por esto, «confiándonos a su oración, nos abandonamos con ella a la voluntad de Dios» (CEC 2677); «pidiendo a Marí­a que ruegue por nosotros, nos reconocemos pecadores y nos dirigimos a la Madre de la Misericordia, a la Virgen Santí­sima. Nos ponemos en sus manos «ahora», en el hoy de nuestras vidas» (ibí­dem 2677).

En comunión con Marí­a

En la oración mariana, la Iglesia vive en «comunión» con Marí­a, imitando su actitud orante. «En virtud de su cooperación singular con la acción del Espí­ritu Santo, la Iglesia ora también en comunión con la Virgen Marí­a para ensalzar con ella las maravillas que Dios ha realizado en ella y para confiarle súplicas y alabanzas» (CEC 2682). Los santos y misioneros han dado gran importancia a esa oración en todos los momentos de la vida personal y apostólica.

Referencias Angelus, Anunciación, devoción mariana, espiritualidad mariana, Magní­ficat, rosario.

Lectura de documentos MC 46; CEC 2673-2677, 2682.

Bibliografí­a AA.VV., Marie dans la prière de l’Eglise Etudes Mariales 39 (1982); H. BARRE, Prières de l’Occident í  la Mère du Sauveur (Paris 1963); J. CASTELLANO, La preghiera a Maria, en AA.VV., Maria nel Catechismo della Chiesa Cattolica (Roma, Centro Cultura Mariana, 1993) 185-210; E. LODI, Oración mariana, en Nuevo Diccionario de Mariologí­a (Madrid, Paulinas, 1988) 1487-1498; R.Mª LOPEZ MELUS, Orar con Marí­a y orar a Marí­a (Onda 1984).

(ESQUERDA BIFET, Juan, Diccionario de la Evangelización, BAC, Madrid, 1998)

Fuente: Diccionario de Evangelización