Deu 22:10 no ararás con buey y con asno
1Ki 19:19 Eliseo .. que araba con doce yuntas
Job 4:8 los que aran iniquidad y siembran injuria
Pro 20:4 el perezoso no ara a causa del invierno
Isa 28:24 el que ara para .. arará todo el día?
Jer 4:3 dice Jehová .. Arad campo para vosotros
Jer 26:18; Mic 3:12 Sion será arada como campo
Hos 10:13 habéis arado impiedad, y segasteis
Amo 9:13 que el que ara alcanzará al segador
1Co 9:10 con esperanza debe arar el que ara
El término heb. ocurre tres veces, siempre como un verbo. En Job 39:10 se traduce rastrillará. También se traduce como ara, rompe y deshace… (Isa 28:24), y como arará… abrirá los surcos del campo (Hos 10:11). Por la raíz de la palabra parece significar rastrillar, trillar, arar o nivelar un campo (terreno).
Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano
Para llegar a algunas conclusiones en cuanto al tipo de arado que emplearon los hebreos en tiempos bíblicos, ha sido necesario examinar grabados antiguos que mostraran los arados usados por pueblos vecinos, así como los que utilizan en tiempos más recientes algunos labriegos árabes. Los había que consistían en una sencilla pieza puntiaguda de madera, tal vez rematada en metal, que iba sujeta a un timón y, a su vez, tirada por uno o varios animales. Con ese tipo de herramienta se podía hacer un corte en la tierra, pero no era posible volverla. Naturalmente, debido a la falta de datos más directos no se excluye la posibilidad de que en Israel se usaran arados más complejos.
Puesto que el ardiente sol del verano endurecía el terreno, antes de arar y sembrar la semilla, era costumbre esperar hasta que las lluvias otoñales o invernales lo ablandaran. Ni los días más fríos ni las épocas de tiempo inestable o de nubes amenazadoras desanimaban a la persona resuelta de arar en la temporada apropiada, pero al agricultor perezoso tales circunstancias le servían de excusa para no trabajar. Por ello, si alguien se había mostrado perezoso en el tiempo de arar y por consiguiente no recogía nada durante la cosecha, no había motivo para que sus vecinos se compadeciesen de él. (Pr 20:4; Ec 11:4.) No obstante, los agricultores israelitas tenían que observar el sábado aun en la época de arar. (Ex 34:21.)
No se debían uncir al mismo arado un toro y un asno, probablemente debido a la desigualdad de su fuerza y su paso. (Dt 22:10.) A menudo eran dos bueyes los que tiraban del arado. (Lu 14:19; Job 1:14.) A veces se daba el caso de que varios hombres trabajaban juntos, cada uno con una pareja o yunta de reses vacunas, arando surcos paralelos uno detrás del otro. En el caso de Eliseo, según se relata en 1 Reyes 19:19, él era el duodécimo y último, y por esta razón pudo detenerse sin interrumpir a nadie. Dejó el campo y usó la madera de sus aperos de labranza como leña para ofrecer los toros en sacrificio. (1Re 19:21.) En The Land and the Book (revisión de J. Grande, 1910, pág. 121), W. M. Thomson informa que un solo hombre podía sembrar con facilidad una zona que hubiesen arado un grupo de hombres.
Uso figurado. La conocida tarea de arar se utilizó con frecuencia como base de las ilustraciones. Cuando los filisteos persuadieron a la esposa de Sansón para que le sonsacase la respuesta a su enigma, Sansón dijo que ellos habían †˜arado con su ternera†™, es decir, habían usado para su servicio a alguien que debería haberle servido a él. (Jue 14:15-18.) Como muestra Amós, al igual que un peñasco no es un lugar para arar, era irrazonable que los cabezas de Israel corrompiesen el derecho y practicasen la injusticia y aún así esperasen obtener beneficios de tal derrotero. (Am 6:12, 13.) En Oseas 10:11 se usa el concepto de arar (una labor mucho más dura para una novilla que el trillar) con el fin de representar el trabajo laborioso o esclavizante que le sobrevendría al reino apóstata de Judá a manos de opresores extranjeros. Según Jeremías 4:3, 4 y Oseas 10:12, 13, lo que Judá e Israel necesitaban era un cambio en su modo de vivir, preparando, ablandando y limpiando sus corazones (compárese con Lu 8:5-15) como si de arar y quitar espinos se tratase, de manera que en vez de malgastar sus esfuerzos y labores en prácticas incorrectas que solo resultan en una mala cosecha, pudieran, por el contrario, recoger bendiciones divinas.
En Isaías 28:23-29 se explica el orden, propósito y sensatez de los métodos que utiliza el agricultor para arar, rastrillar, sembrar y trillar con el fin de ilustrar los caminos de Jehová, quien es †œmaravilloso en consejo, quien ha obrado grandiosamente en trabajo eficaz†. Al igual que el trabajo de arar y rastrillar no tiene una duración indefinida, pues solo prepara el terreno para la siembra, Jehová tampoco disciplina o castiga a su pueblo eternamente, sino que lo hace con el propósito, sobre todo, de ablandarlos y sensibilizarlos a su consejo y guía, los cuales producen bendiciones. (Compárese con Heb 12:4-11.) Del mismo modo que la dureza del terreno determina la intensidad de la labor de arar, así también el tipo de grano determina la fuerza y el peso de los instrumentos que hay que usar para trillar a fin de eliminar la paja. Todo esto ilustra la sabiduría de Dios al limpiar a su pueblo y librarlo de todo lo indeseable, variando sus tratos según las necesidades y circunstancias existentes. (Compárese con Isa 21:10; 1:25.)
Una ciudad †œarada como un simple campo† significaba una ciudad completamente devastada y asolada. (Jer 26:18; Miq 3:12.) Es probable que la expresión de Israel en cuanto a que habían †˜arado sobre su espalda, alargando sus surcos†™, describiera los sufrimientos de la nación bajo sus muchos enemigos, que con crueldad y de forma implacable la invadieron y maltrataron, †˜haciendo su espalda†™ †œjustamente como la tierra […] para los que pasaban†. (Sl 129:1-3; Isa 51:23; compárese con Sl 66:12.) En la profecía de restauración registrada en Amós 9:13-15, se muestra que la bendición de Jehová haría el terreno tan productivo que aún se estaría cosechando cuando llegase el tiempo de arar otra vez. (Compárese con Le 26:5.)
Al igual que Jesús, quien dijo que sus discípulos deberían aceptar alimento, bebida y alojamiento de aquellos a los que servían, puesto que el †œobrero es digno de su salario†, el apóstol Pablo también defendió el derecho de los que trabajaban en el ministerio cristiano a recibir apoyo material de otros, y lo ilustró con el hombre que ara con la esperanza legítima de participar de la cosecha a la que su trabajo ha contribuido. Sin embargo, Pablo prefirió prescindir del derecho a no trabajar seglarmente, a fin de así proveer †œlas buenas nuevas sin costo† a aquellos a quienes ministraba. (Lu 10:7; 1Co 9:3-10, 15, 17, 18.)
Jesucristo se refirió al trabajo de arar para recalcar la importancia de efectuar el discipulado de toda alma. Cuando un hombre expresó su deseo de ser discípulo pero puso la condición de que primero se le permitiese decir adiós a los de su casa, Jesús contestó: †œNadie que ha puesto la mano en el arado y mira a las cosas que deja atrás es muy apto para el reino de Dios†. (Lu 9:61, 62.) Los surcos que hiciera alguien que estuviera arando y se dejase distraer de su trabajo saldrían torcidos. De manera similar, si la persona a la que se invita al discipulado cristiano permite que se le desvíe de cumplir con las responsabilidades concomitantes, deja de ser apta para el reino de Dios. Como ejemplificó el Hijo de Dios en su propio caso, hasta los lazos familiares más íntimos deberían subordinarse al cumplimiento fiel de la voluntad divina. (Mr 3:31-35; 10:29, 30.)
Fuente: Diccionario de la Biblia
jarash (vr;j; , 2790), «arar, grabar, trabajar metales». La palabra aparece tanto en el antiguo ugarítico así como en el hebreo moderno donde tiene el sentido primario de «arar». Se encuentra 50 veces aproximadamente en el Antiguo Testamento hebreo. Un término muy adecuado a la cultura agrícola de Israel, jarash se usa a menudo por «arar» un campo, normalmente con bueyes (1Ki 19:19). La imagen de cortar o surcar el campo con arado se prestó fácilmente al uso metafórico de la palabra en el sentido de maltratar a otros: «Sobre mis espaldas araron los aradores» (Psa 129:3). En Pro 3:29, el vocablo se usa también para significar una trama (bj) contra un amigo: «No intentes mal [literalmente, «no ares el mal»] contra tu prójimo que habita confiado junto a ti». Tal vez por el mandamiento en contra de las imágenes (Exo 20:4), jarash, en el sentido de «grabar», no aparece con frecuencia en el Antiguo Testamento como hubiese sido el caso si Israel se hubiese dedicado como sus vecinos a labrar metales. El vocablo se usa en 1Ki 7:14 «Su padre, que trabajaba en bronce, era de Tiro». La primera vez que se usa jarash es en Gen 4:22 donde se habla de un «artífice de toda obra de bronce y de hierro». Es dramática la descripción del alcance del pecado de Israel, con el uso metafórico de «grabar»: «El pecado de Judá escrito está con cincel de hierro y con punta de diamante; esculpido está en la tabla de su corazón» (Jer 17:1). B. Nombre jarash (vr;j; , 2796), «grabador; artífice». Los profetas denunciaron la artesanía de los que trabajaban en metal cuando fabricaban imágenes (Isa 40:20; Hos 8:6). Un sentido más positivo del término se encuentra en 1Ch 29:5 «Oro pues para las cosas de oro †¦ y para toda la obra de las manos de los artífices. ¿Y quién quiere hacer hoy ofrenda voluntaria a Jehová?» árbol >ets (í…[e , 6086), «árbol; bosque; madera; palo; tallo». El vocablo tiene cognados en ugarítico, acádico, fenicio, arameo (>e>), y arábigo. Aparece unas 325 veces a través de todo el Antiguo Testamento hebreo. La primera vez que se usa >ets, en forma de nombre colectivo, representa todos los árboles frutales (Gen 1:11). En Exo 9:25 el término significa llanamente «árbol»: «Y aquel granizo hirió en toda la tierra de Egipto †¦ asimismo destrozó el _______________________del campo, y desgajó todos los árboles del país». Dios prohíbe a Israel destruir los huertos próximos a las ciudades asediadas: «Cuando sities a alguna ciudad, peleando contra ella muchos días para tomarla, no destruirás sus árboles †¦ porque de ellos podrás comer» (Deu 20:19). El término puede significar un solo «árbol», como en el caso de Gen 2:9 «El árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal». El vocablo también se aplica al género «árbol». Es así como Isa 41:19 menciona el «olivo» con «cipreses» y «bojes» en medio de una larga lista de varias especies de árboles. >ets puede significar «bosque», como en Deu 16:21, que debería leerse: «No plantarás para ti mismo un bosque (asera) de cualquier clase de árbol» («ninguna clase de árbol» bj). El término puede representar «madera» como un material con el que se construyen cosas o como materia prima para tallar: «Y en artificio de madera; para trabajar en toda clase de labor» (Exo 31:5). Los grandes troncos de madera de construcción están implícitos también en >ets: «Subid al monte y traed madera, y reedificad la casa» (Hag 1:8). >Ets puede indicar el producto final de la madera que se ha procesado y formado en algún producto: «Y todo aquello sobre que cayere algo de ellos después de muertos, será inmundo; sea cosa de madera» (Lev 11:32). En Eze 37:16, la palabra significa «palo» o «pedazo de madera»: «Hijo de hombre, toma ahora un palo, y escribe en él». Puede referirse a un «poste» u «horca»: «Al cabo de tres días quitará Faraón tu cabeza de sobre ti, y te hará colgar en la horca» (Gen 40:19). >Ets tiene una vez la acepción de «tallo»: «Mas ella los había hecho subir al terrado, y los había escondido entre los manojos de lino que tenía puestos en el terrado» (Jos 2:6).