ALFARERIA

La alfarerí­a es una de las artesaní­as más antiguas en las tierras bí­blicas. En toda la Biblia se encuentran referencias, tanto literales como figuradas, al alfarero y sus productos. Además de su taller, el alfarero necesitaba un campo (Mat 27:7) para estacionar la arcilla, mezclarla con agua y pisarla para hacerla apta para su tarea. Para los utensilios de cocina, a la arcilla se le agregaba arena o piedra molida para templarla. El alfarero amasaba la arcilla durante varias horas hasta quitarle todas las burbujas de aire. Para modelarla, utilizaba una rueda o simplemente sus manos. Si quedaban impurezas en la arcilla o si no se la habí­a amasado lo suficiente, al trabajar la pieza en la rueda ésta podí­a estropearse. Si esto ocurrí­a, el alfarero hací­a nuevamente una bola con el material y modelaba un objeto menos elegante (Jer 18:3-4). Una vez seca, la pieza se volví­a a colocar en la rueda para cortar la arcilla sobrante. Luego, el alfarero algunas veces lo revestí­a con barbotina, una arcilla de consistencia cremosa, que a menudo tení­a un agregado de colorante mineral. Después la pulí­a, o frotaba la superficie con una piedra suave para darle brillo, o le pintaba algún motivo. Finalmente, el recipiente se cocí­a, calentándolo a una temperatura de entre 700º y 1.050º en un fuego abierto o en un horno.

Dios, quien formó (yatsar) a Adán del polvo (†™afar) de la tierra (Gen 2:7), es nuestro Alfarero, quien nos modela según su voluntad (Job 10:8-9; Job 33:6; Isa 29:16; Isa 45:9; Isa 64:8; Lam 4:2; Rom 9:20-23; 2Ti 2:20-21). El vencerá a los malvados de la misma forma que se aplasta una pieza de alfarerí­a (Psa 2:9; Jer 19:10-11; Rev 2:27).

Los recipientes de cerámica han ido cambiando de forma a través de los siglos de la existencia humana. En 1890, el egiptólogo Flinders Petrie catalogó la secuencia de los recipientes de cerámica rotos, basándose en las distintas formas y decorados que se encontraron en Tell el-Hesi en el sudoeste de Palestina. Logró determinar las fechas de diversos perí­odos que él habí­a establecido en este arte, identificando ciertas piezas con otras que habí­an sido descubiertas anteriormente en tumbas egipcias de las que se conocí­a su antigüedad. En la actualidad, si un arqueólogo no descubre pruebas más precisas (p. ej., inscripciones en tablas de arcilla, monumentos, o monedas), depende de los estilos de alfarerí­a dominantes en el estrato perteneciente a un perí­odo de ocupación de una ciudad antigua, para obtener alguna clave que permita asignar fechas. En 1953, la Expedición Arqueológica Wheaton comprobó que Dotán estuvo ocupada en la época en que vivió José (Gen 37:17), al desenterrar jarras lustradas, de color naranja y negro, y una jarra de dos asas, del mismo estilo de las jarras de la era de los hicsos, que se habí­an encontrado en la década de 1930 en Meguido.

Dependiendo de la exactitud de los métodos de fijar la fecha y de algunas suposiciones, se puede ubicar la alfarerí­a (siempre manual) aprox. en el año 4500 a. de J.C. La siguiente lista de perí­odos puede ser de ayuda:
I. Era Neolí­tica ([?] – 4000[?] a. de J.C.)
II. Era Calcolí­tica (4000[?] – 3100 a. de J.C.)
III. Era Temprana de Bronce (3100 – 2100 a. de J.C.)
IV. Era Media-I de Bronce (2100 – 1900 a. de J.C.)
V. Era Media-II de Bronce (1900 -1550/1480 a. de J.C.)
VI. Era Tardí­a de Bronce (1500 – 1230 a. de J.C.)
VII. Era de Hierro I (1230 – 925 a. de J.C.)
VIII. Era de Hierro II (925 – 586 a. de J.C.)
IX. Era de Hierro III (538 – 333 a. de J.C.) X. Era Helení­stica (333 – 63 a. de J.C.)
XI. Era Romana (63 a. de J.C. – 325 d. de J.C.)

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano