ADMINISTRACION DE LA JUSTICIA

En la Biblia, en el nacimiento del pueblo de Israel como nación independiente, aparece Moisés administrando la justicia, como árbitro supremo en las contiendas y litigios. Pero el mismo Moisés eligió de entre el pueblo hombres capaces, temerosos de Dios, í­ntegros, insobornables, imparciales, que administraran con toda honestidad la justicia (Ex 18,13-23). Fue el rey Josafar (2 Re 19,5-7) el primero en nombrar los jueces propiamente dichos y el primero en instituir en Jerusalén un tribunal supremo (2 Re 19,18-19) integrado por sacerdotes, levitas y laicos (Dt 17,9). El rey era siempre la última instancia judicial, que podí­a directamente resolver los litigios y conceder, por sí­ mismo, la gracia del indulto (2 Sam 14,1-11; 15,2-4; 1 Re 3,16-28). En (a época de la dominación romana, el procurador romano tení­a también este derecho (Mt 27,11-12). Los juicios se celebraban siempre en audiencia pública. Incluso el mismo pueblo participaba también en la decisión judicial. Los juicios solí­an celebrarse tanto en el salón del trono real como en la plaza pública o en la puerta de la ciudad, donde se resolví­an y se trataban los asuntos de la cosa pública. El acusador llevaba al acusado ante el tribunal. Uno y otro aportaban testigos, al menos dos o tres (Dt 17,6; 19,15). Los falsos testimonios eran causa de duros castigos, a pesar de lo cual no pocas veces los testigos declaraban en falso (Dan 13,43; Mt 26,60-61). Aunque el proceso solí­a llevarse con un método instituido y bajo una normativa, no existí­a en realidad un estado rí­gido de derecho. Por eso es frecuente la violación del derecho y frecuentes también las diatribas de los profetas contra los jueces que conculcan, bajo soborno, ese derecho; que no hacen justicia al pobre y al desvalido; que por recibir regalos «absuelven al culpable y niegan su derecho al inocente» (Is 5,23). Este injusto proceder del que por profesión se debe a la justicia lo fustigó Jesús en la parábola del juez inicuo (Lc 18,28). —>instituciones; justicia.

E.M.N.

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret