(gr., akropolis, de akros, el más alto, y polis, ciudad). La parte más alta de la ciudad, ciudadela o castillo de un municipio griego, en especial la ciudadela de Atenas, donde estaba la tesorería. Durante su estadía en Atenas (Act 17:15—Act 18:1) Pablo se afligió mucho al ver las estatuas de dioses y héroes que llenaban la Acrópolis. Muchas de las ciudades del NT tenían una Acrópolis que servía como centro cívico y religioso de la comunidad.
Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano
La acrópolis (†œel punto alto de la ciudad†) en la antigüedad griega era el nombre que se aplicaba a cualquier plaza o ciudadela fortificada que dominaba un área poblada. Una acrópolis era primordialmente un lugar de refugio y defensa. Por esta razón se fortificaba y se construía en un promontorio o elevación. La ciudad normalmente se extendía alrededor de la base de su acrópolis.
Cuando las ciudades crecían, algunas veces se edificaban murallas para la defensa y la acrópolis perdía entonces su importancia militar. Bajo tales circunstancias, templos y edificios públicos podían erigirse en la acrópolis como sucedió en la antigua Atenas.
Aunque hay restos micénicos ( ca. 1500 a. de J.C. ) en la acrópolis de *Atenas, su período de grandeza fue la edad de Pericles (siglo V a. de J.C. ) cuando fue adornada con templos y edificios cívicos importantes. Un camino procesional en forma de serpentina conduce desde la base de la acrópolis ascendiendo hacia el límite occidental donde estaba el impresionante propileo. El camino pasaba entonces por la estatua de Atenas, la diosa protectora de Atenas y el templo de Atenas antes de alcanzar el Partenón. Al norte estaba el Erecteo y al sudoeste el templo de la Victoria Aptera. En el flanco sur estaba el *Odeum de Herodes Atico y el *Teatro de Dionisio. El plan de la acrópolis ateniense fue iniciado por Pericles y llevado a cabo por Fidias.
Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico