ABOGADO

Abogado (gr. parákl’tos, «consejero», «mediador», «abogado»; persona llamada al lado de alguien para ayudar o aconsejar). Término que aparece una sola vez en la RVR y se re fiere al ministerio de Cristo en favor del pecador arrepentido (1 Joh 2:1; el autor quizás estaba pensando en las funciones de «intercesor», «mediador» y «auxiliador»). El término griego aparece en otros 4 pasajes (Joh 14:16, 26; 15:26; 16:7) y se refiere al Espí­ritu Santo como «Consolador». Al nombrar al Espí­ritu Santo como «otro Consolador» se sugiere que Cristo sirvió a sus discí­pulos en el mismo papel. Es difí­cil encontrar una palabra única en español para trasmitir adecuadamente la idea de las diversas funciones incluidas en parákl’tos. Abominable. Véase Abominación. Abominación. Es traducción del: 1. Heb. tôêbâh, una palabra usada con mayor frecuencia que indica violaciones de las costumbres y prácticas divinamente instituidas: aberraciones sexuales (Lev 18:22), idolatrí­a (Deu 12:31), y faltas morales y éticas (25:14-16). 2. Heb. sheqqets, «detestación», o shiqqûts, «cosa detestable» (del verbo shâqats, «detestar» algo como impuro, inmundo). Se usa principalmente para designar un í­dolo (Deu 29:17), pero también para cualquier cosa inmunda (Lev 11:10), y para los objetos del culto pagano que se debí­an detestar, porque el contacto con ellos contaminaba (Eze 5:11; 7:20; 11:18, 21; etc.). 3. Heb. piggûl, un término técnico que se usa para describir la carne de los sacrificios que llega a ser inadecuada para comer al 3er dí­a (Lev 7:18). 4. Gr. bdélugma (Luk 16:15; Rev 17:4, 5; 21:27). Abominación desoladora (heb. hapesha shomêm [Dan 8:13], shiqqûtsîm meshômêm [9:27], ha-shiqqûts meshômêm [11:31] y shiqqûts shômêm [12:11]; gr. bdélugma tes er’moseí‡s [Mat 24:15; Mar 3:14]). Literalmente: «abominación que desola» o «abominación que espanta»; por ello, algo abominable y detestable que resulta en desolación (heb. shemâmâh o shammâh) y que espanta a quienes la contemplan. El contexto de Dan 8:13 implica que la expresión «prevaricación asoladora» se refiere a lo mismo. La expresión aparece en 3 momentos definidos: en Daniel, en 1 y 2 Macabeos y en los EvangeliHos_1 En Daniel, la abominación que causa una desolación espantosa se menciona en relación con el «sacrificio continuo», y se aplicarí­a a un sistema religioso rival de hostilidad declarada a la adoración del verdadero Dios, centrada en los cultos del santuario o templo. Los 2 sistemas son mutuamente excluyentes, ya que al establecimiento de la abominación desoladora le acompaña el pisoteo del santuario (8:13) y la supresión del «continuo» 9 (11:31; 12:11). El sistema rival reemplaza el culto a Dios por sus propios cultos, con lo que el santuario queda desolado. En la profecí­a simbólica de Dan_8, dicho poder lo ejerce el «cuerno pequeño».* Al fin de los «dos mil y trescientos dí­as» el santuario se purificarí­a (v 14) por la restauración de la adoración al verdadero DiHos_2 El autor de 1 Mac. (quizá c 100 a.C.), quien registró los intentos de Antí­oco de helenizar a los judí­os y los valientes esfuerzos de Judas Macabeo y sus sucesores (1 Mac. 1:20-64; 4:36-60; 6:7; cf 2 Mac. 6:2), estaba familiarizado con el libro de Daniel. No señala que estos eventos sean cumplimiento de las predicciones del profeta, ni aparentemente aplica algunos de los perí­odos incluidos en ellas a la persecución de Antí­oco, pero destaca su duración en exactamente 3 años. Sin embargo, usa las mismas palabras griegas para «abominación», «continuo»,* «desolación», «purificación» y otras expresiones claves tal como aparecen en el libro de Daniel de la LXX, que se cree fue traducida c 150 a.C. (aproximadamente al mismo tiempo que los acontecimientos que señalamos). 3. Jesús usó la frase en relación con la inminente destrucción de Jerusalén y del templo (Mat 24:15-20; cf Luk 21:20-24). Se han sugerido diversas interpretaciones para «abominación desoladora». El historiador judí­o Flavio Josefo (escribió después del 70 d.C.) la aplica a Antí­oco IV Epí­fanes, quien quiso eliminar todo vestigio de religión judí­a: en el 168 a.C. saqueó el templo, suspendió los cultos y profanó el altar del holocausto erigiendo en su lugar un altar para un í­dolo, sobre el cual hizo ofrecer cerdos. Este estado de cosas continuó por lo menos durante 3 años completos, hasta que Judas Macabeo reunió a los judí­os y expulsó a las fuerzas de Antí­oco. Inmediatamente el templo fue «purificado»: se quitó el altar idolátrico, se construyó un altar nuevo en su lugar y se reanudó el «continuo sacrificio». Numerosos intérpretes protestantes, entendiendo que estas profecí­as de Daniel se refieren a la oposición de la Roma Papal al verdadero cristianismo, así­ como a la de la Roma Pagana a los judí­os, han aplicado el concepto de «abominación desoladora» a las prácticas de la confesión y al sacrificio de la misa (véase CBA 4:868, 869, 898-902). Bib.: FJ-AJ x.11.7; xii.5.3, 4; 7.6, 7; FJ-GJ i.1.1, 2. Abraham. Véase Abrahán.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

(gr., parakletos, ayudador). El Espí­ritu Santo es el abogado del Padre con nosotros y, por lo tanto, nuestro Consolador (Joh 14:16, Joh 14:26; Joh 15:26; Joh 16:7) quien no sólo consuela sino que fortalece, ayuda y aconseja con el tipo de autoridad que un abogado emplea con su cliente. También se habla de Cristo de esta misma manera (Joh 14:16; 1Jo 2:1). Ver OFICIOS.

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

(Defensor, intercesor).

– El Espí­ritu Santo es nuestro abogado, Jua 16:7; Rom 26:27.

– Jesús, nuestro intercesor, Rom 8:34.

– La Virgen Marí­a, nuestra intercesora ante Jesús, Jn. 2,Rom 19:25-27.

– Los Santos, Rev 5:8, Rev 8:3-4.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

El que defiende la causa de otro. En el antiguo Israel no existí­a una profesión como la conocemos actualmente. Pero el término abogar se usa varias veces en el AT y el NT. Dios aboga por su pueblo (Isa 51:22; Jer 50:34) y por la causa del alma del profeta Jeremí­as (Lam 3:58). En el NT aparecen expertos en asuntos legales, llamados doctores de la ley o intérpretes de la ley con funciones que incluí­an, entre otras cosas, algo parecido a la de un a.

Además, en el NT el apóstol Juan utiliza unas cinco veces el término griego parákletos, que en su Evangelio se traduce como Consolador, refiriéndose al Espí­ritu Santo (Jua 14:16, Jua 14:26; Jua 15:26; Jua 16:7) y en su primera epí­stola como a., refiriéndose a Cristo (1Jn 2:1). Los creyentes necesitan un a. porque tienen un acusador constante en su contra (Apo 12:10). †¢Tértulo, a quien los judí­os usaron para acusar a Pablo era un orador que en su discurso manifestó estar familiarizado con los procedimientos romanos (Hch 24:1).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, LEYE DOCT

ver, ESPíRITU SANTO Uno que toma la causa de otro, a quien uno apela en petición de ayuda, defensor (1 Jn. 2:1). La misma palabra griega se traduce «Consolador» (Jn. 14:16, 26; 15:26; 16:7). Vemos entonces que se aplica tanto al Señor Jesús como al Espí­ritu Santo. Esto también se ve en sus palabras: «Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador.» Las palabras «si alguno peca, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo» se aplican al presente oficio de Cristo ahora en la gloria; no está El abogando por los inconversos, sino por los cristianos cuando cometen pecado; y ello ante el Padre, por cuanto el que peca es hijo. El pecado del creyente quebranta su comunión con Dios, y la acción de Cristo es restaurar esta comunión. El es el Paracleto en el cielo, que intercede por el santo, y el Espí­ritu Santo es el Paracleto en la tierra, para asegurar el bienestar espiritual del pueblo de Dios. Cp. también Ro. 8:34; He. 7:25; 9:24. (véase ESPíRITU SANTO)

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

ABOGADO

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento

La palabra española «abogado» sólo aparece una vez (1 Jn. 2:1) en las versiones RV60 y VM. Es la traducción de la palabra griega paraklētos, la cual aparece cuatro veces más en el NT (Jn. 14:16, 26; 15:26; 16:7).

Etimológicamente hablando, la palabra quiere decir «aquel que es llamado al lado de otro», especialmente en un tribunal de justicia. En el NT ha perdido su sentido pasivo, significando simplemente «ayudador» (véanse las notas marginales de la VM y TA en Jn. 14:16) o «intercesor». De este modo, Jesucristo es llamado en 1 Jn. 2:1 el abogado, puesto que él intercede por el cristiano que ha caído en pecado. La eficacia de la obra que Cristo realiza como abogado descansa en su sacrificio propiciatorio (1 Jn. 2:2).

En el Evangelio de Juan paraklētos es un título dado al Espíritu Santo. A pesar de que los traductores latinos tradujeron advocatus aún en estos textos, la RV60 lo traduce «Consolador» (así también la VM).

BIBLIOGRAFÍA

Arndt; J. Behm en TWNT; E. Hoskyns y F.N. Davey, The Fourth Gospel, pp. 465–470; B.F. Westcott, Gospel According to St. John, II, pp. 188–191.

Walter W. Wessel

RV60 Reina-Valera, Revisión 1960

VM Biblia Versión Moderna

TA Biblia Torres de Amat

TWNT Theologisches Woerterbuch zum Neuen Testament (Kittel)

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (2). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología