2Co 1:22; 5:5
Arras (gr. arrabon; transliteración del heb. jêrâbôn, «prenda»). Término que, tanto en el AT como en el NT, se usaba en un sentido legal para indicar una primera cuota, un depósito o una promesa con que la parte contratante sellaba un contrato y se obligaba a pagos adicionales futuros (Gen 38:17-20). Pablo afirma que el Espíritu Santo se da a los creyentes como una prenda (BJ) o garantía (NBE) de su herencia futura (2Co. 1:22; 5:5; Eph 1:13, 14; cf Rom 8:15-17).
Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico
lo que se da como prenda y señal de algún contrato. San Pablo emplea este término en sentido figurado, aplicándolo al Espíritu Santo, que nos ha sido dado, dice el Apóstol, como prenda de la gloria a la que nos tiene Dios destinados 2 Co 1, 22 y 5, 5; Ef 1, 14.
Diccionario Bíblico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003
Fuente: Diccionario Bíblico Digital
ver GARANTIA .
Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano
Lo que se da en prenda o en señal de contrato; una señal de lo que vendrá después, un depósito o «down payment». El Espíritu Santo es nuestras arras, 2Co 1:22, Efe 1:14.
Diccionario Bíblico Cristiano
Dr. J. Dominguez
http://biblia.com/diccionario/
Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano
El objeto que se entrega como garantía de que se cumplirá una promesa. Puede ser una suma de dinero que representa el primer pago para la adquisición de algo. Es una palabra utilizada en el comercio, proba-blemente introducida por los †¢fenicios. Las a. siempre implican que existe un resto, un saldo pendiente que ha de pagarse o entregarse. Así, Pablo enseña que Dios †œnos ha sellado, y nos ha dado las a. del Espíritu en nuestros corazones† (2Co 1:22). Esto permite a los creyentes vivir †œconfiados siempre†, porque †œlas a. del Espíritu† son avance y garantía de que lo mortal será †œabsorbido por la vida† (2Co 5:5-6). Esta es la promesa de Dios. Y el Espíritu Santo es †œlas a. de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida† (Efe 1:14). †¢Prenda.
Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano
tip, COST Objeto o suma de dinero que el comprador entrega al vendedor en el momento de hacer un contrato, para asegurar su ejecución. Las arras tienen un valor jurídico: son una señal externa de consentimiento prestado y una garantía de ejecución del contrato. Las arras se usaron en Israel desde los más remotos tiempos: Judá prometió a su nuera Tamar (sin saber que fuera su nuera) un cabrito si le permitía llegar a ella. Tamar accedió a condición de que le diera una «prenda»; Judá le entregó a título de arras, de garantía, su sello, el cordón que lo sostenía y el bastón (Gn. 38:17-20). El valor probativo del sello que entregó Judá es evidente y empeña la palabra del dador más que cualquier otro objeto. En el Nuevo Testamento, San Pablo habla tres veces de las «arras del Espíritu» (2 Co. 1:22; 5:5; Ef. 1:14). El apóstol recuerda la fidelidad de Dios en cumplir todas sus promesas, y luego añade que, en prueba de que cumplirá su promesa, nos ha dado el Espíritu a modo de arras. El Espíritu Santo es la garantía de que el creyente tiene la salvación, de que ya posee la herencia del reino de Dios, y sus dones y carismas son clarísima evidencia de que esta herencia empieza a dar sus frutos. Las arras del Espíritu son una prenda del cumplimiento de las promesas divinas.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado
arrabon (ajrjrJabwvn, 728), originalmente prenda en dinero depositado por el comprador, y que se perdía si la compra no se efectuaba. Fue probablemente una palabra fenicia, introducida en Grecia. En su uso general vino a denotar una prenda del tipo que fuera. En el NT se usa solo de aquello que Dios asegura a los creyentes. Se dice del Espíritu Santo como la prenda divina de toda su futura bendición (2Co 1:22; 5.5); en Eph 1:14, en particular de su herencia eterna.¶ En la LXX, Gen 38:17, 18, 20.¶ En griego moderno, arrabona es el anillo de compromiso.
Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento
La palabra griega arrabōn aparece en 2 Co. 1:22; 5:5; Ef. 1:14 y su equivalente hebreo en Gn. 28:17, 18, 20. Un término comercial de origen fenicio que se usaba para los compromisos matrimoniales; cuota inicial en la compra de una vaca; un pago adelantado que se entregaba a las bailarinas («cantidad que se descontaba del precio total» MM). Puede por lo tanto, designar una prenda que luego es devuelta (Gn. 38:17ss.), un pago inicial que valida un contrato, o una primera entrega que asegura (y forma parte de la naturaleza de) una terminación posterior. Siempre es un hecho que compromete a la persona a una acción futura. En la literatura patrística, la Carta de Policarpo 8:1 habla de la muerte de Cristo como «las arras de nuestra justicia». En el NT, el Espíritu Santo se da a los cristianos como el arrabōn de Dios: su garantía y/o primera entrega (Ro. 8:23) de una futura redención prometida. Significativamente, 2 Co. 1:21s., usa las palabras arrabōn y bebaiōn («establecer») juntas (véase también Sello); el último es también un término comercial que significa «establecer un compromiso legal». Su uso combinado refuerza el concepto de Pablo que representa «la relación de Dios con el creyente bajo la semejanza de una relación legalmente indisoluble» (A. Deissmann, Bible Studies, T & T Clark, Edinburgh, 1903, p. 108s.).
- Earle Ellis
Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (57). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.
Fuente: Diccionario de Teología
(
En este sentido Pablo indica que el don del Espíritu constituye las arras de la herencia del cristiano (Ef. 1.14; 2 Co. 1.22; 5.5), garantía (
En sentido más general, arrabōn significa cualquier prenda o depósito, de cualquier naturaleza que sea, que se entrega como señal de que más adelante se hará un pago mayor; así es como aparece en la
Bibliografía.O. Becker,
Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico
En 1025 se sostuvo un concilio en Arras, en contra de ciertos (Manichaean) herejes que rechazaban los sacramentos de la Iglesia. La Fe Católica en la Sagrada Eucaristía fue proclamada con especial insistencia. En 1907, dos concilios, presididos por Lambert de Arras, lidiaron con preguntas concernientes a monasterios y personas consagradas a Dios.
Mansi, Coll. Conc., XIX, 423; XX, 492; Actes de la province de Reims (1843); Chevalier, Topo-bibl. (Paris, 1894-99), 224.
THOMAS J. SHAHAN
Transcrito por William D. Neville
Traducido por Alonso Teullet
Fuente: Enciclopedia Católica