[710]
Es el que sufre una anomalía de cualquier orden. En la terminología vulgar se asocia con la deficiencia intelectual o mental. Se suelen clasificar en niveles: profundos o severos a los que no se pueden bastar por sí mismos para su subsistencia; medios a los capaces de adquisiciones básicas y que pueden recibir ayudas significativas con apoyos externos adecuados; y ligeros a los que muestran retrasos leves y pueden en muchos terrenos acomodarse a la marcha normal de los demás.
En catequesis se presentan especiales problemas sobre las exigencias y posibilidades espirituales (morales, intelectuales, sociales) de los portadores de anomalías. Pocas soluciones o criterios generales se pueden aportar a las diversas situaciones, salvo la de recordar que, sea cual sea la situación de una persona, tiene derecho radical a una educación religiosa adecuada a su situación, como lo tiene a una educación suficiente.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa