ELAM, ELAMITAS

tip, BIOG REGI HOMB HOAT

sit, a8, 314, 253

vet, = «alto». (a) Un hijo de Sem (Gn. 10:22). (b) La región habitada por sus descendientes, después llamada Persia y situada al oriente del Tigris y de Babilonia. Su capital fue Susán o Susa. Fue el asiento de un imperio antiquí­simo (Gn. 14:1-11). Entre loas años 3100 y 2400 a.C. estuvo bajo la dominación de Babilonia, pero Elam la conquistó en el siglo XII a.C. Después de repetidas campañas estuvo subyugada bajo Sargón, Senaquerib y Assurbanipal. Los elamitas prestaron servicio militar a los asirios en la invasión de Judá (Is. 22:6). Con la captura de Ní­nive por los babilonios y la caí­da del Imperio Asirio, Elam se unió a Media para capturar Babilonia (Is. 21:2). Más tarde fue una provincia, y Susán una capital del Imperio Persa (Dn. 8:2). Los elamitas se opusieron a la reconstrucción del templo y de la ciudad de Jerusalén (Esd. 4:9). Algunos elamitas judí­os estuvieron presentes en el dí­a de Pentecostés (Hch. 2:9). (c) Nombre de tres judí­os (1 Cr. 26:3; 8:24; Neh. 12:42).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

Antiguo nombre de la llanura de Juzistán, regada por el río Kerja, que se une al Tigris inmediatamente al N del golfo Pérsico. La civilización en esta zona es tan antigua como las culturas de la baja Mesopotamia, con las cuales está relacionada. Poco después de la invención de la *escritura en Babilonia apareció un tipo de escritura pictográfica local. No es posible asociar con seguridad a los elamitas con ninguna otra raza conocida, aunque su idioma puede relacionarse con la familia davídica. La referencia a Elam como hijo de Sem (Gn. 10.22) bien puede reflejar la presencia de semitas primitivos en esta región, y hay indicios arqueológicos de su influencia sobre la cultura local en la época de Sargón I (ca. 2350 a.C.) y sus sucesores. Las esculturas en roca muestran típicas figuras acádicas, y llevan inscripciones en el mismo idioma, aunque fueron esculpidas para gobernantes elamitas. La región montañosa hacia el N y el E era conocida como Ansán y, desde épocas primitivas, formaba parte de Elam. Los habitantes sumerios y semíticos de las planicies consideraban estas montañas como morada de espíritus malignos, y hay epopeyas primitivas que describen el terror que acosaba a los que las cruzaban en busca de la riqueza mineral de los estados que se encontraban al otro lado (véase S. N. Kramer, History Begins at Sumer, 1958, pp.57ss, 230ss).

Su control de las rutas comerciales a la meseta irania y al SE hizo que Elam fuera blanco de constantes ataques desde las llanuras mesopotámicas. Estas, a su vez, ofrecían considerable riqueza al que las conquistara. Alrededor del 2000 a.C. surgió una poderosa dinastía elamita, en la que el rey fue sucedido por su hermano y luego por su hijo, y que logró subordinar a varias ciudades de Babilonia, destruyendo el poder de los gobernantes sumerios de Ur y saqueando la ciudad (véase ANET, pp. 455ss, 480s). En este período de supremacía elamita probablemente deba ubicarse a *Quedorlaomer (Gn. 14.1). Hamurabi de Babilonia expulsó a los elamitas ca. 1760 a.C., pero la dinastía “amorrea” a la que pertenecía cayó ante los ataques hititas y elamitas ca. 1595 a.C. Las invasiones de los casitas, que provenían de los montes Zagros centrales (* Babilonia), empujaron a los elamitas de vuelta a Susa, hasta que un resurgimiento de su poder les permitió conquistar y gobernar Babilonia durante varios siglos (ca. 1300–1120 a.C.). Entre los trofeos que llevaron a Susa en esta época figura la famosa estela de la ley de Hamurabi. La historia elamita es oscura entre ca. 1000 a.C. y las campañas de Sargón de Asiria (ca. 721–705 a.C.). Senaquerib y Asurbanipal subyugaron a los elamitas y deportaron a algunos a Samaria, llevando israelitas a Elam (Esd. 4.9; Is. 11.11).

Después del derrumbamiento de *Asiria Elam fue anexada por los indoeuropeos, que gradualmente habían adquirido poder en Irán después de sus invasiones ca.1000 a.C. Teispes (ca. 675–640 a.C.), antepasado de Ciro, detentaba el título de “rey de Ansán”, y finalmente Susa se convirtió en una de las tres ciudades principales del imperio medopersa.

Isaías pide a Elam que destruya Babilonia (Is. 21.2), lo que posteriormente se llevó a cabo (cf, Dn. 8.2). Pero Elam sería destruida a su vez, y aun sus famosos arqueros sufrirían la derrota (Jer. 25.25; 49.34–39; cf. Is. 22.6; Ez. 32.24). La multitud que se había reunido en Pentecostés (Hch. 2.9) incluía personas que habían venido desde lugares tan lejanos como Elam, y que presumiblemente formaban parte de las comunidades judías que habían permanecido en el exilio en el estado semiautónomo de Elimaida, aunque usaban el arameo, último vestigio de independencia elamita. (* Arqueología; * Medos; * Persia; * Susa. )

Bibliografía. C. F. Pfeiffer, “Elam”, °DBA, pp. 245–246; M. Noth, El mundo del AntiguoTestamento, 1976; °AHWB, pp. 26, 29; A. Parrot, Summer, 1961.

W. Hinz, The Lost World of Elam, 1972; E. Porada, Ancient Iran, 1965.

A.R.M.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico