NACIONES, TABLA DE LAS

En el capí­tulo 10 del Génesis se ofrece una lista de los descendientes de Noé, con indicación de las diferentes naciones que surgieron de los hijos de Sem, Cam y Jafet. Usualmente se llama a esta porción †œla T. de las N.† Muchos discuten cuál serí­a el criterio utilizado para la elaboración de esa lista, señalando algunos que debe tenerse en cuenta que no fue propósito del escritor hacer una lista de todos los pueblos y razas de la humanidad, sino de aquellos que tuvieron de alguna manera más relación con el pueblo de Israel. Muchos de los nombres han podido ser identificados gracias a inscripciones arqueológicas, pero varios son todaví­a desconocidos. Para ver más sobre el uso de estos nombres †¢Jer 46:9; Jer 51:27-28; Eze 27:1-36; Eze 39:1).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

Relación, registrada en Gn. 10, y con algunas variaciones menores en 1 Cr. 1.5–23, de los descendientes de Noé por sus tres hijos *Sem, *Cam y *Jafet.

I. La tabla

La tabla que acompaña a este artículo representa los parentescos colocando los nombres de los descendientes de un individuo debajo y a la derecha del nombre del antepasado correspondiente.

Tabla de las naciones, según G. 10, con indicación de los descendientes de Sem, Cam, y Jafet, hijos de Noé.

II. Posición en Génesis

Si el libro de Génesis se divide en secciones haciendo uso de la fórmula “estas son las *generaciones (heb. tôleḏôṯ) de …”, la tabla de las naciones aparece en la sección Gn. 10.2–11.9, pues la fórmula aparece en Gn. 10.1 y 11.10. Se sostienen distintas opiniones en cuanto a si estas fórmulas constituyen encabezamientos o colofones, pero en el presente caso no afecta al problema si la tabla de las naciones, juntamente con el relato de la torre de Babel, se considera parte de las tôleḏôṯ de los hijos de Noé (si 10.1 es el encabezamiento) o de Sem (si 11.10 es el colofón).

III. Disposición

El vv. 32 resume la tabla, indicando que enumera las familias (mišpeḥôṯ; * Familia, AT) de los hijos o descendientes (be) de Noé, de acuerdo a sus genealogías (letôleḏôṯ; * Generación) por sus naciones (beḡôyı̄m), y de estos (mē˒ēlleh, e. d. las “familias” o las “naciones” que las componen) las naciones (gôyim) se desparramaron por la tierra (˒ereṣ) después del diluvio. Mientras que este versículo forma un colofón para la tabla completa, los vv. 5, 20 y 31 forman colofones para las subsecciones vv. 2–4, 6–19, y 21–30 que registran los descendientes de Jafet, Cam, y Sem, respectivamente. Su tendencia general es la misma que la del vv. 32, pero agregan, además, que sus listas dan los nombres “con referencia a” sus familias (mišpeḥôṯ) y sus lenguas (lešōnôṯ; el colofón de Jafet varía con “cada cual según su lengua”), y en sus tierras y sus naciones (gôyim). En el colofón de Jafet estos se presentan en un orden distinto, y se declara, además, que “de éstos se poblaron las costas” (“islas”, °vrv1; “pueblos marítimos”, °nbe). Muchos comentaristas consideran que esta frase se aplica únicamente a los descendientes de Javán, ya que “pueblos marítimos” (“islas”) no corresponde a los otros miembros del grupo. Se sugiere, además, sobre la base de las declaraciones análogas en los vv. 20 y 31, que la frase “descendientes de Jafet” (°nbe) originalmente estaba colocada antes de la frase “con sus. tierras …” (°nbe) en el vv. 5, y que fue inadvertidamente omitida en la transmisión. Este parecer ha sido adoptado por °nbe. y puede ser correcto.

Dentro de los tres linajes los nombres tienen relación entre sí, ya por la fórmula “estas son las generaciones de (benê)…” o “engendró a (yālaḏ) …” (* Genealogía). Esto último no se encuentra en la lista de los descendientes de Mizraim y Canaán, y bajo Sem se usa para la sección desde Sala hasta Jobab, esto es, todos los descendientes de Arfaxad. Una excepción a estas dos fórmulas se encuentra en los filisteos que “salieron” o “fueron engendrados” (yāṣā˒) de Casluhim (v. 14). El arreglo general en tres listas de nombres se modifica por la inserción de otros versículos que ofrecen información adicional, ya sea relacionando los nombres entre sí, o dando mayor información acerca de determinados individuos. La disposición del capítulo puede resumirse como sigue:

     Encabezamiento (o colofón a la sección anterior) (1)

Descendientes de Jafet (2–4)

Detalles concernientes a Javán (5a)

Colofón (5b)

Descendientes de Cam (6–7, 13–18a)

Detalles concernientes a Nimrod (8–12) y Canaán (18b–19)

Colofón (20)

Descendientes de Sem (22–29a)

Detalles concernientes a Sem (21) y Joctán (29b–30)

Colofón (31)

     Colofón al conjunto (32)

El orden, en que Sem figura en último lugar, sigue la norma utilizada en Génesis, donde la línea elegida se considera una vez que se han tratado las líneas colaterales. La genealogía en Gn. 11 prosigue con la línea a través de Peleg hasta Abraham.

IV. Contenido

Muchos de los nombres en la tabla se han relacionado con nombres de pueblos o regiones conocidas en antiguas inscripciones, y existe suficiente acuerdo sobre una cantidad de estas como para hacer posible una idea general del alcance de las tres listas.

a. Consideración preliminar

Los nombres en la tabla son, probablemente, nombres de individuos, que con el tiempo se aplicaron a los pueblos que descendieron de ellos, y en algunos casos al territorio que estos habitaban. Es importante notar que tales nombres pueden tener distintos significados en distintos momentos de la historia, de tal suerte que la identificación morfológica de un nombre en Gn. 10 con alguna que aparece en fuentes extrabíblicas puede ser absolutamente válida solamente cuando ambas menciones sean exactamente contemporáneas. Las modificaciones en la significación de nombres de esta naturaleza se deben en gran parte a movimientos de pueblos, a la deriva, infiltración, conquista, o migración.

Existen tres características principales de un pueblo que son suficientemente distintivas como para formar una idea de su nombre. Estas son raza o constitución física; idioma, que es un componente de la cultura; y zona geográfica en que vive o la unidad política en que está organizado. Los rasgos raciales no pueden modificarse, pero pueden mezclarse, o verse dominados, a tal punto por matrimonios mixtos, que apenas puedan distinguirse. El idioma puede sufrir un cambio total, al ser remplazado el de un grupo subordinado por el de sus gobernantes, en muchos casos en forma permanente. La población de distintas zonas geográficas puede transformarse completamente como consecuencia de las corrientes migratorias. Ya que a veces una, y otras veces otra de estas características se impone en el significado de un nombre, es difícil que las listas en Gn. 10 hayan sido preparadas tomando como base un sistema único. Así, por ejemplo, no puede creerse que los descendientes de Sem hayan hablado un mismo idioma o hayan vivido todos en una misma región, o que aun hayan pertenecido todos a un mismo tipo racial, ya que los matrimonios interraciales pueden haber confundido la situación. El que esto pudo haber sido el caso quizás pueda indicarlo la presencia de nombres aparentemente duplicados en más de una lista, Asur (* Asiria), Seba, Havila, y Lud(im) bajo Sem y Cam, y probablemente Mesec (Mas en la lista de Sem; * Mesec) bajo Sem y Jafet. Aunque estos pueden indicar nombres enteramente distintos, es posible que representen puntos donde un pueblo fuerte ha absorbido a otro más débil.

Es necesario observar que algunos nombres han sido adoptados tomándolos de este capítulo para ciertos usos específicos en tiempos modernos. Así, en el estudio de los idiomas se aplican los términos “semítico” y “camítico”, el primero al grupo de idiomas que incluyen el heb., el arm., el ac., el ár., etc., y el segundo al grupo del cual el principal es el (antiguo) egp. Esta, sin embargo, es una fórmula de conveniencia, y no significa que todos los descendientes de Sem hablaban idiomas seaúticos, ni que todos los descendientes de Cam hablaban idiomas camíticos. De manera que la inclusión de Elam en la lista de Sem, y de Canaán en la lista de Cam, no es necesariamente errónea, aun cuando el elamita no fuese un idioma semítico y el cananeo sí lo fuera. Resumiendo, los nombres en Gn. 10 probablemente indicaban, en un momento, entidades geográficas, en otro momento lingüísticas, y en un tercer momento políticas, pero nunca una sola de ellas en forma invariable.

b. Jafet

En esta lista las siguientes identificaciones han recibido acuerdo general, aunque no universal: Gomer = cimerios; Askenaz = escitas; Madai = medos; Mesec = muski, pueblos que penetraron el antiguo Cercano Oriente desde las estepas septentrionales. Javán = jónicos, y sus descendientes, incluso Elisa = alasia (en Chipre) y dodanim [probablemente corrupción de rodanim; cf. 1 Cr. 1.7, °nbe “rodenses”] = Rodas, probablemente constituían un grupo occidental de los pueblos septentrionales que pasaron, atravesando Jonia, a las islas y zonas costeras (˒iyyê, vv. 5) del Egeo y el Mediterráneo. Así, al parecer, los descendientes de Jafet fueron gente que en el 2º milenio se encontraban en las regiones al N y NO del Cercano Oriente.

c. Cam

Aquí las siguientes identificaciones se aceptan en general: Cus = Etiopía; Seba = Sabá (en el S de Arabia); Dedán = Dedán (en el N de Arabia); Mizraim = Egipto; Ludim = Lidia (?); filisteos = filisteos; caftorim = cretenses; Fut = Libia; Canaán = Canaán; Sidón = Sidón; Het = heteos/hititas; amorreo = amorreos; *heveos = hurritas; hamateos = hamateos.

Bajo *Nimrod aparece una nota adicional que indica que el comienzo de su reino fue en *Sinar = Babilonia, donde gobernó en Babel = Babilonia, Erec = Uruk, Acad = Agade, y *Calne (debiendo posiblemente vocalizarse kullānâ, ‘todos ellos’), de las que las primeras tres son importantes ciudades en el S de la Mesopotamia, aunque la ubicación de Agade no se conoce aun hoy. De allí se mudó a Asur = Asiria (o “salió Assur”; cf. °vrv1) y edificó Nínive, Rehobot, Cala = Kalhu, y Resén. Nínive y Kalhu fueron ciudades reales de Asiria; los otros dos nombres son desconocidos.

Según la situación revelada en las inscripciones extrabíblicas, la afirmación de que los habitantes de Mesopotamia (Nimrod) llegaron de Etiopía, y de que los filisteos y cretenses procedían de Egipto, podría ser errónea, pero la naturaleza y los orígenes de todos los elementos en la primitiva población de la Mesopotamia no están aun clarificados, y las primitivas relaciones de Egipto con Creta y la región del Egeo indican la posibilidad de contactos realizados con anterioridad, que no han sido registrados. En general, los pueblos existentes hacia el S del Cercano Oriente son los que se indican en esta lista.

d. Sem

En la lista de Sem, en general se aceptan algunas identificaciones: Elam = Elam (la parte SE de la llanura de Mesopotamia); Asur = Asur (o Asiria) ; Hazar-mavet = Hadramaut (en Arabia del S) ; Seba = Sabá; Lud = Lidia (?); Aram = arameos. Estos nombres sugieren que la zona general ocupada por el grupo abarcaba desde Siria en el N, atravesando la Mesopotamia hasta Arabia.

V. Fuentes

El estudio del antiguo Cercano Oriente ofrece alguna idea del alcance del conocimiento geográfico del 2º milenio a.C. y épocas anteriores.

a. Mesopotamia

En el 4º milenio a.C. las pruebas aportadas por la arqueología prehistórica demuestran que a veces floreció una cultura común en toda la zona desde el golfo Pérsico hasta el Mediterráneo. Ya para el año 3000 a.C. se puede ver que hubo contactos por medio del comercio con la península arábiga, Anatolia, Irán y la India. Las anotaciones cuneiformes inician el relato en el 3º y 2º milenios. Algunos gobernantes primitivos tuvieron relaciones comerciales y contactos de otras clases con Irán, el Líbano (“Bosque de cedros”), el Mediterráneo (“Mar superior”), los Tauros (“Montañas de plata”), y Anatolia (Burus-hatum) en el N, y en el S con Bahrain (Dilmún), donde las excavaciones han descubierto un centro comercial con Arabia y la India. En el ss. XVIII a.C. una colonia de mercaderes asirios se mantuvo en Capadocia (Kültepe), y de este período, más o menos, se conoce un itinerario para mercaderes desde el S de la Mesopotamia hasta este centro comercial (JCS 7, 1953, pp. 51–72).

Ciertos movimientos durante el 3º milenio en las estepas septentrionales dieron como resultado la llegada al Cercano Oriente, durante los primeros tiempos del 2º milenio, de pueblos tales como los casitas, y más tarde los gobernantes de Mitanni, quienes probablemente llevaron consigo el conocimiento de los países del N.

b. Egipto

En tiempos prehistóricos los habitantes del Nilo inferior tuvieron contactos comerciales con el mar Rojo, Nubia, Libia, y quizás otros lugares en el Sahara, y durante las primeras dinastías del 3º milenio se hicieron expediciones regulares al Sinaí, y a Biblos en la costa de Siria. En los primeros años del 2º milenio se han comprobado, mediante el descubrimiento de distintos objetos en ambos extremos, contactos comerciales con Chipre, Cilicia, y en particular con Creta. Los egipcios acostumbraban hacer listas de nombres, y los textos de execración del ss. XVIII y las listas de ciudades y pueblos “subyugados”, de los faraones del ss. XV, evidencian un conocimiento geográfico de Palestina y Siria. En el ss. XIV el archivo de tablillas cuneiformes hallado en el-Amarna demuestra que se utilizaba un mismo idioma (el acádico) para la diplomacia en todo el Cercano Oriente, y que esto posibilitaba un buen conocimiento de otras regiones.

c. Crítica literaria

Muchos eruditos creen que la distinción entre las fórmulas be y yālaḏ en la disposición de la tabla indica paternidad literaria compuesta. Según este criterio, el marco principal, si se utiliza la fórmula be, ha de atribuirse al código sacerdotal (P), y las partes introducidas por yālaḏ, juntamente con otros materiales que proporcionan información adicional sobre algunos nombres en las listas, derivan del documento anterior y menos científico conocido como yahvístico (J), que fue entretejido en la trama por los escritores más metódicos del código sacerdotal. La división resultante es la siguiente: P = 1a, 2–7, 20, 22–23, 31–32; J = 1b, 8–19, 21, 24–30. Esta variación, sin embargo, puede, también, entenderse como licencia estilística, y a la luz del conocimiento geográfico del 2º milenio a.C. no es ya necesario suponer una fecha de composición tan reciente como la monarquía primitiva (J) y el período posexílico (P). En rigor de verdad, la ausencia de Persia en la lista sería más difícil de explicar si la tabla hubiese sido recopilada y presentada principalmente en su forma final por sacerdotes que debían atribuir su regreso del exilio a la política tolerante de los persas.

VI. Alcance

Aparte de aquellas teorías que pretenden asignarle a la tabla una fecha tardía y escasa confianza, existen dos puntos de vista principales respecto a su alcance. Algunos sostienen que esta tabla incluye los nombres de los pueblos de todo el mundo, otros que menciona solamente aquellos pueblos del Cercano Oriente con quienes los israelitas podían haber tenido contacto. Esto depende en gran parte del vocablo ˒ereṣ en el vv. 32. Esto se interpreta en las vss. corrientes en el sentido de *“tierra”, pero se trata de un término cuyo significado podría variar desde “toda la tierra”, pasando por “el mundo conocido” hasta un “país” limitado, según el contexto. La opinión generalizada que puede obtenerse de las identificaciones comúnmente aceptadas de nombres en la taba apoya el criterio de que ˒ereṣ significa aquí “el mundo conocido”; pero el hecho de que muchos de los nombres que figuran en la tabla aun no han sido identificados demuestra que el otro punto de vista no puede ser descartado del todo. La aceptación del primer parecer no supone que otros además de Noé sobrevivieron al diluvio, porque, mientras la inferencia de Gn. 9.19 es que la tierra fue poblada por los descendientes de los tres hijos de Noé (* Noé, d), la tabla no pretende nombrarlos a todos.

VII. Paternidad literaria y fecha

Los hechos mencionados anteriormente demuestran que el contenido de la tabla no hubiera estado necesariamente fuera del alcance de una persona instruida en las escuelas egp. de los ss. XV o XIV. Aquellos que defienden la idea de una fecha posmosaica lo hacen mayormente sobre la base del hecho de que pueblos tales como los cimerios, los escitas, los medos y quizás los muski no aparecen en los documentos escritos hasta el 1º milenio. Sin embargo, estos pueblos deben haber existido en forma de tribus o grupos más grandes antes de ser mencionados en los registros existentes, y es posible que primitivos invasores tales como los casitas y los gobernantes de Mitanni, que habían tenido contactos con las tribus más septentrionales, hubieran podido conservar el conocimiento de los mismos. También es creencia general que los *filisteos (v. 14) no aparecieron en el mundo bíblico hasta el ss. XII, pero distintas consideraciones indican la posibilidad de contactos anteriores con este pueblo. Del mismo modo, los pueblos del S de Arabia que se mencionan en la tabla, que no aparecen en los registros escritos hasta el 1º milenio, deben haber existido como tribus antes de esa fecha.

Resumiendo, entonces, aun cuando existen algunas dificultades para la aceptación de este punto de vista, no es imposible que la tabla de las naciones pudiese haber sido confeccionada en el ss. XIII a.C., quizás por Moisés.

Bibliografía. S. Herrmann, Historia de Israel, 1979, pp. 61–64; G. von Rad, El libro del Génesis, 1977, pp. 168–178; A. Colunga, “Introducción y comentario al Génesis”, Biblia comentada, 1967, t(t). I, pp. 149–158; D. Kidner, Génesis, 1985, pp. 124–128.

W. F. Albright, Recent Discoveries in Bible Lands, 1955, pp. 70–72; W. Brandenstein, “Bemerkungen zur Völkertafel der Genesis”, FestschriftDebrunner, 1954, pp. 57–83; G. Hölscher, Drei Erdkarten …, 1949, cap(s). 5; J. Simons, “The Table of Nations (Gen. 10): Its General Structure and Meaning”, OTS 10, 1954, pp. 155–184; D. J. Wiseman, “Genesis 10: Some Archaeological Considerations”, JTVI 87, 1955, pp. 14–24, 113–118 y POTT, pp. xv-xxi; E. A. Speiser, Genesis, 1964, pp. 64–73; la mayor parte de las perspectivas anteriores se analizan en S. R. Driver, The Book of Genesis², 1926, pp. xxvi-xxvii, 112–132; G. R. Driver, ibid., pp. 444–447; J. Skinner, Genesis², 1930, pp. 196–207.

T.C.M.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico