La definición del tamaño de las propiedades y la separación de los terrenos que pertenecía a diversos dueños eran asuntos tan serios que, en opinión de los antiguos, merecían ser puestos bajo la protección de los dioses. Dios mismo estableció cuáles serían los l. de la tierra para Israel (Num 34:1-12). Y en cuanto a la tierra que tocara a cada persona, ordenó: †œNo reducirás los l. de la propiedad de tu prójimo, que fijaron los antiguos† (Deu 19:14; Pro 22:28; Pro 23:10). El que cometiere ese pecado recibiría una maldición (Deu 27:17). Describiendo las acciones de los impíos, Job dice que †œtraspasan los linderos, roban los ganados…† (Job 24:2). La degeneración de Judá es descrita por Oseas diciendo que sus príncipes †œfueron como los que traspasan los linderos† (Ose 5:10).
Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano