El hombre es hecho a la imagen de Dios y tiene, por lo tanto, la capacidad de reaccionar con indignación frente a la maldad y la injusticia. Esa capacidad, sin embargo, ha de ser ejercida siempre sujeta a la virtud del dominio propio. Pablo enseñaba: †œAiraos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro e.† (Efe 4:26). De manera que la i. no es necesariamente pecaminosa. Las Escrituras enseñan, sin embargo, que así como Dios es paciente, sus hijos deben serlo también, imitando su longanimidad. Por lo tanto, no es bueno airarse con rapidez. †œEl que tarda en airarse es grande de entendimiento† (Pro 14:29). †œMejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad† (Pro 16:32). †œTodo hombre sea … tardo para airarse† (Stg 1:19).
Las explosiones de i. por lo regular son pecaminosas porque casi siempre se producen, precisamente, por la falta de dominio propio. Después del cuidado que debemos tener en cuanto a como comienza nuestra i., lo próximo será controlar también su duración (†œNo se ponga el sol sobre vuestro e.†). Dios dice: †œNo guardaré para siempre el e.† (Jer 3:12). Eso deben imitarlo sus hijos. También es importante la forma en que se expresa la i. El apóstol Pablo aconsejaba: †œQuítense de vosotros toda amargura, enojo, i., gritería y maledicencia† (Efe 4:31; Col 3:8).
algunas ocasiones la i. se levanta como consecuencia del celo por Dios, en situaciones en las cuales se ofende su santidad. Eso fue lo que aconteció a †¢Finees, que fue alabado por su actuación en el caso de †¢Baal-peor, †œpor cuanto tuvo celo por su Dios e hizo expiación por los hijos de Israel† (Num 25:1-15). El Señor Jesús echó violentamente a los mercaderes del †¢templo. Aquella no fue una explosión de ira, pues él hizo previamente †œun azote de cuerdas†, lo cual indica que fue una acción bien premeditada (Jua 2:13-17). Pero es muy fácil que nuestro corazón nos engañe pretendiendo que actuamos impulsados por el celo divino. Por eso, lo recomendable es recordar siempre la exhortación de la Escritura: †œDeja la i., y desecha el e.; no te excites en manera alguna a hacer lo malo† (Sal 37:8). †œPorque la i. del hombre no obra la justicia de Dios† (Stg 1:20).
Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano