GADARENOS

Habitantes de †¢Gadara. El Señor Jesús y sus discí­pulos †œarribaron a la tierra de los g.†, †œque está en la ribera opuesta a Galilea†. Allí­ tuvo lugar un encuentro con †œdos endemoniados que salí­an de los sepulcros† a los cuales sanó enviando los demonios a †œun hato de cerdos† (Mat 8:28-34; Mar 5:1-20; Luc 8:26-39). †¢Cerdo.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

Ver GADARA.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

(De [Pertenecientes a] Gadara).
El nombre aplicaba a los habitantes de una zona donde Jesucristo expulsó demonios de dos hombres. Según los mejores manuscritos, Mateo utilizó originalmente la expresión †œpaí­s de los gadarenos†, mientras que Marcos y Lucas cuando relataron este acontecimiento, emplearon †œpaí­s de los gerasenos†. (Mt 8:28; Mr 5:1; Lu 8:26.)
De ambos paí­ses se dice que estaban situados †œal otro lado†, es decir, en la parte oriental del mar de Galilea. La designación †œpaí­s de los gadarenos† posiblemente aplicaba al distrito que tení­a como centro la ciudad de Gadara (moderna Um Qeis), situada a unos 10 Km. al SE. del mar de Galilea. Las monedas de Gadara solí­an tener la representación de un barco, lo que da a entender que este territorio se debió extender hasta el mar de Galilea y por lo tanto pudo haber incluido al menos una parte del †œpaí­s de los gerasenos†, al E. de aquel mar interior. Los eruditos que favorecen este punto de vista relacionan el †œpaí­s de los gerasenos† con la región que estaba alrededor de Kursi, ciudad situada cerca de la costa E. del mar de Galilea, a unos 19 Km. al N. de Gadara; sin embargo, otros creen que la expresión †œel paí­s de los gerasenos† puede referirse al gran distrito cuyo centro se encontraba en la ciudad de Gerasa (Jarash), a unos 55 Km. al SSE. del mar de Galilea, y piensan que se extendí­a al E. de aquel lago abarcando el †œpaí­s de los gadarenos†. En cualquier caso, el relato de Mateo no estarí­a en absoluto en conflicto con el de Marcos y Lucas.
Cerca de una ciudad del paí­s de los gadarenos de la que no se da nombre, Jesucristo se encontró con dos endemoniados excepcionalmente violentos. Estos hombres viví­an entre las tumbas, ya fueran excavadas en la roca o bien cuevas naturales usadas con ese propósito. Después que Jesús expulsó a los demonios, les permitió entrar en una gran piara de cerdos, que acto seguido se precipitó por un despeñadero al mar de Galilea. Este acontecimiento perturbó tanto a los habitantes del lugar que instaron a Jesús a salir de sus distritos. (Mt 8:28-34.)
Con relación al milagro antes mencionado, Mateo habla de dos hombres, mientras que Marcos (5:2) y Lucas (8:27) centran la atención solo en uno, probablemente debido a que su caso fue más notable. Es probable que fuera más violento y hubiera sufrido durante más tiempo el control demoniaco que el otro hombre. Sin embargo, quizás solo él quiso más tarde acompañar al Hijo de Dios. Jesús no se lo permitió, pero a cambio le animó a proclamar todo lo que Dios habí­a hecho por él.
Esta instrucción de Jesús difirió de las que normalmente daba: que no se anunciasen sus milagros. Más bien que buscar publicidad ostentosa y permitir que la gente basara sus conclusiones en informes sensacionalistas, al parecer lo que Jesús querí­a era que las personas determinasen con el debido fundamento que él en realidad era el Cristo. Esto también cumplió las palabras proféticas habladas por medio de Isaí­as: †œNo reñirá, ni levantará la voz, ni oirá nadie su voz en los caminos anchos†. (Mt 12:15-21; Isa 42:1-4.) No obstante, la excepción que Jesús hizo en el caso del endemoniado fue apropiada. Podí­a dar testimonio a las personas con las que el Hijo de Dios solo habí­a tenido un contacto limitado, en particular en vista de que se le pidió que se marchase. La presencia de este hombre darí­a testimonio acerca del poder de Jesús para hacer el bien, y contrarrestarí­a cualquier informe desfavorable que pudiera circular por la pérdida de la piara de cerdos. (Mr 5:1-20; Lu 8:26-39; véase CERDO.)

Fuente: Diccionario de la Biblia