Idioma semítico que se utilizaba en gran parte del Oriente Medio, especialmente en la región desde el Líbano en el O hasta el río éufrates en el E, y desde los montes Taurus en el N y hasta Damasco en el S. Todavía en el día de hoy es utilizado como dialecto en algunos lugares. Los eruditos identifican varias etapas en el desarrollo de este idioma, partiendo del a. más antiguo, del cual se han encontrado en Siria inscripciones que datan del 700 a.C.; el a. oficial, del cual hay ejemplos en algunas escrituras del AT; el a. medio, que fue el que se esparció por todas las tierras conquistadas por los persas, a partir de la primera mitad del siglo VI a.C.; y el a. posterior, que incluye los dialectos que se hablaban en Galilea y Samaria en tiempos del Señor Jesús.
Pequeñas porciones de Esdras y Daniel y otros libros del AT aparecen escritas en a. oficial (Gen 31:47; Esd 4:8 al 6:18; 7:12-26; Jer 10:11; Dan 2:4 al 7:28). Es utilizado también en los documentos de †¢Elefantina. Algunos de los manuscritos del mar Muerto ( †¢Qumrán) aparecen en a. medio, así como algunas palabras que se utilizan en el NT. El vocabulario del a. es el que más se parece al hebreo entre todas las lenguas semíticas, y sus fonemas consonantes son casi iguales a los del hebreo.
Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano
tip, ABEC La lengua aramea es una lengua semítica (noroccidental), originariamente el dialecto semítico de las tribus arameas que hacia el año 1200 a.C. penetraron en la región de cultura siropalestinense, fundando allí varias ciudades. El arameo evolucionó en formas y dialectos diversos y se subdivide en arameo antiguo, medio y moderno. La lengua, siendo una rama de las semíticas, se caracteriza por el triliteralismo y por la importancia de las consonantes respecto de las vocales. El arameo se habla en el segundo milenio antes de Cristo. En la Biblia queda un indicio de que Labán hablaba arameo en el nombre Jegar Sahaduta que dio al monumento erigido para recordar la alianza con Jacob, al que este último llamó en hebreo Galaad (Gn. 31:47). Ya en el siglo VIII antes de Cristo el arameo es una especie de lengua común, especialmente por la influencia del Imperio Persa. Estos difunden el arameo por toda la Mesopotamia, y de esta época nos quedan documentos escritos en los monumentos y en distintas formas. En la época griega los judíos usaban el arameo y lo intensificaron en la vida diaria con el fin de resistir la cultura y costumbres helénicas. De esta época datan varios comentarios de las Escrituras judías. Como dialecto se usa todavía en ciertas poblaciones del Antilíbano. En el Nuevo Testamento aparecen varias expresiones arameas que no han sido traducidas al griego y que se encontrarán en su respectivo artículo. Una es: «ELí, ELí, ¿LAMA SABACTANI?» y otra es: «MARANATA».
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado