APOCRIFOS Y PSEUDOEPIGRAFICOS DEL AT, LIBROS

Los apócrifos (en griego †œescondidos†, †œsecretos†), son obras literarias escritas en los siglos I y II a.C. que fueron consideradas como parte del canon de las Escrituras por los católicos romanos y los griegos ortodoxos. Aunque aparecen en la Septuaginta, Jerónimo no los consideraba parte de la Biblia, pero Agustí­n sí­. La tradición protestante sigue los consejos de Jerónimo, viendo a los apócrifos como escritos que merecen lectura, pero no consideración como Sagrada Escritura. Los eruditos judí­os nunca los aceptaron como canónicos. Esto se debe, entre otras cosas, a que en algunas partes de estos libros aparecen hechos que contradicen doctrinas de las Escrituras. Se narran con aprobación episodios de clara supercherí­a, por no decir hechicerí­a, se presenta a ángeles y santos que interceden en el cielo ante Dios, se ruega por los muertos, etcétera.

Debe anotarse, sin embargo, que la literatura intertestamentaria, que incluye los apócrifos, es de particular importancia para el entendimiento de muchos pasajes del NT y que, contrario a lo que usualmente se enseña, existen pasajes del NT que aluden a asuntos que aparecen escritos en los apócrifos y pseudoepigráficos. Por ejemplo, Pablo cita los nombres de los magos egipcios que †œresistieron a Moisés† (2Ti 3:8). Se llamaban †¢Janes y Jambres. La Biblia no nos dice esos nombres, pero eran conocidos por tradiciones y escritos judí­os extrabí­blicos. En el llamado †œDocumento de Damasco†, conocido desde finales del siglo XIX pero del cual se encontraron muchos fragmentos en las cuevas de Qumrán, se mencionan estos nombres de los magos, diciéndose que eran hermanos. Estos magos son mencionados por autores gentiles no cristianos. Entre ellos Numenio, un filósofo prepitagórico, habla de dos magos con estos nombres, que se distinguieron en Egipto en la época en que los judí­os fueron †œexpulsados† de allí­. También la epí­stola de Judas denota que su autor conocí­a y usó varios libros pseudoepigráficos. En los vv. 14-15 cita especí­ficamente del †œLibro de Enoc†. También usa en el v. 9 la obra †œLa Asunción de Moisés†. En los vv. 6 y 8 hay indicaciones de que podí­a tener en mente †œEl Testamento de Neftalí­† y el †œTestamento de Aser†.
apócrifos reconocidos por la Iglesia Católica son: Tobí­as, Judit, Eclesiástico, Sabidurí­a de Salomón, I y II Macabeos, la Oración de Manasés, Baruc, la Epí­stola de Jeremí­as, unas adiciones al libro de Ester y otras al libro de Daniel, incluyendo el relato de Susana, Bel y el Dragón, y la oración de Azarí­as.
continuación los tí­tulos de algunos de los libros apócrifos no reconocidos como canónicos por los católicos, así­ como de pseudoepigráficos del AT: Carta de Aristeas, III Esdras, Jubileos, Antigüedades Bí­blicas (Pseudo-Filón), Vida de Adán y Eva (versiones griega y latina), Paralipómenos de Jeremí­as, III y IV Macabeos, Vida de los Profetas, Salmos de Salomón, Libro Arameo de Ajicar, José y Asenet, Oráculos Sibilinos, I, II y III Enoc, Ascensión de Isaí­as, Testamentos de los Doce Patriarcas, Testamento de Job, Asunción de Moisés, Testamento de Abraham, Testamentos de Isaac y Jacob, Testamento de Salomón, Testamento de Adán, apócrifo de Ezequiel. †¢Apocalí­ptica, Literatura.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano