AHOGADO

Act 15:20; 21:25


†œNo comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre† (Lev 17:14) fue el mandamiento recibido por Israel. Por lo cual los judí­os son extremadamente escrupulosos al sacrificar animales para el consumo humano, con reglamentos muy elaborados para asegurar el cumplimiento de las reglas dietéticas. Los gentiles, en sus carnicerí­as, no se preocupaban por eso y mataban a los animales sin derramar toda su sangre. Sacrificarlo así­, para un judí­o, era †œahogarlo† y no debí­a comerse. En adición a la práctica en la vida corriente, en la primitiva comunión de los cristianos se incluí­an comidas o †¢ágapes en los cuales los creyentes judí­os tení­an problemas con la carne que se serví­a en ellas, por lo cual el llamado †¢Concilio de Jerusalén decidió pedir a los cristianos gentiles que se abstuvieran †œde a. y de sangre† a fin de que los creyentes judí­os y gentiles pudieran tener confraternidad entre ellos sin problemas (Hch 15:20, Hch 15:29; Hch 21:25).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, LEYE

ver, SANGRE Ya desde Noé, cuando por primera vez se da permisión divina al hombre para que coma de la carne de los animales (Gn. 9:3), se prohibe taxativamente la consumición de la sangre (Gn. 9:4). Es así­ una prohibición para Noé y su descendencia, para toda la humanidad; prohibición que, como tantas otras cosas, fue totalmente dejada de lado por las naciones en su apostasí­a. La ley de Moisés reafirma esta prohibición al pueblo del pacto (Lv. 3:14-19); no se trata, como vemos, de una nueva prohibición, sino de una reiteración de una antigua orden general. «Porque la vida de toda carne es su sangre; por tanto, he dicho a los hijos de Israel: No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda la carne es su sangre; cualquiera que la comiere será cortado» (esto es: muerto). De ahí­ la orden del NT a los creyentes de la gentilidad de abstenerse de animales ahogados, (esto es, cuya sangre no habí­a sido derramada al sacrificarlos), y de la misma sangre (Hch. 15:20, 29; 21:25). No se trataba meramente de un ceremonial judí­o que formara parte de aquella ley misma de Moisés, de la que quedaban totalmente exentos los creyentes procedentes de la gentilidad. No se iba con ello a respetar los escrúpulos de los judí­os creyentes, que en tantas y tan importantes cosas quedaban contrariados abiertamente con la decisión del Concilio de Jerusalén (Hch. 15:10). Es digno de señalarse que es en la misma carta en que se proclama la total libertad de los creyentes de la gentilidad de la Ley de Moisés (Hch. 15:23-30) donde se les recuerda que hay cosas que son anteriores a ella, como la «pureza sexual», la «prohibición» de la idolatrí­a, y la dicha prohibición de comer sangre (Hch. 15:28-29). Estas tres instrucciones, que se encadenan en una, llevan todo el peso de la autoridad divina y apostólica, constituyendo «cosas necesarias» (Hch. 15:28). (Ver SANGRE)

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

pniktos (pniktov», 4156), derivado de pnigo, ahogar. Aparece en Act 15:20,29; 21.25, de la carne de los animales muertos por estrangulación, sin derramar su sangre (véase, p.ej., Lev 17:13,14).¶

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento

El gr. pnikta (Hch. 15.20, 29; 21.25) se refiere a animales sacrificados sin derramar la sangre. El comer la carne en tales casos repugnaba a los judíos (cf. Lv. 17.13; Dt. 12.16, 23). Para conocer los principios generales en relación con este concepto, véase * Ídolos, Carne ofrecida a los.

J.D.D.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico