MENSTRUACION

(ciclo mensual).

En el A.T. se considera como una impureza, con las disposiciones legales en Lev 15:19-30.

Menorragia sanada, Mar 5:25-34.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

tip, LEYE MDIC

ver, SACRIFICIO

vet, La Ley prohibí­a el contacto sexual con la mujer durante su menstruación (Lv. 15:19-24 regula la menstruación periódica, en tanto que Lv. 15:25-28 trata el tema de la menorragia irregular o patológica). En el AT se consideraba una impureza, de la misma manera que todo primogénito de hombre que abriera matriz tení­a que ser redimido por sacrificio (Ex. 13:13; 34:20). La razón estriba evidentemente en que el hombre es tenido como pecador e impuro, y que todo lo que tenga que ver con la misma naturaleza humana y con la transmisión de esta vida pecadora es considerado impuro, y precisa del sacrificio para su purificación (véase SACRIFICIO).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

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Proceso mensual de la mujer en el que se eliminan los elementos dispuestos para la gestación no usados por carencia de anidación de óvulo fecundado.

En muchos pueblos ha sido considerado como un hecho vinculado con lo religioso o con determinadas fuerzas misteriosas de la naturaleza, sin que haya ninguna motivación especial para que surja esta actitud o prejuicio, al tratarse de un fenómeno puramente orgánico.

Al darse su inicio en edades demasiado juveniles o inexpertas, es conveniente convertirlo en elemento educativo tanto en familia como en las demás instancias pedagógicas. Y puede ser ocasión de formación ética, estética y espiritual, siempre en clave de naturalidad y de espontaneidad.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Eliminación periódica del menstruo (sangre, flujo y algunos restos de tejido) procedente del útero de la mujer. La menstruación es un fenómeno fisiológico que por lo general ocurre cada cuatro semanas y que suele durar de tres a cinco dí­as. Las muchachas comienzan a menstruar en la pubertad, y esta función continúa de manera periódica hasta la menopausia.
Las Escrituras asocian la menstruación con impureza o inmundicia. (Le 12:2; Eze 22:10; 36:17.) A veces una palabra hebrea relacionada con la menstruación (nid·dáh) se traduce †œimpureza menstrual†. (Le 15:25, 26.) Una forma de otro término hebreo, da·wéh, que puede denotar enfermedad (Lam 5:17), se traduce †œmujer que está menstruando†. (Le 15:33; Isa 30:22.) La frase †œlo que es común entre las mujeres† también alude a la menstruación. (Gé 31:35.)

†œInmunda† bajo la Ley. Según la ley mosaica, a la mujer se la consideraba inmunda por siete dí­as durante una menstruación normal. La cama o cualquier otro objeto sobre el que la menstruante se acostaba o sentaba también llegaban a ser inmundos. Cualquiera que la tocara a ella o tocara los artí­culos que habí­a hecho inmundos tení­a que lavar sus prendas de vestir y bañarse, y permanecí­a inmundo hasta el atardecer. Si su impureza menstrual llegaba a estar sobre un hombre que se acostaba con ella (como cuando, involuntariamente, el esposo tení­a relaciones con su esposa al principio de la menstruación), quedaba inmundo siete dí­as, y la cama sobre la que se acostaba también se consideraba inmunda.
Asimismo, se consideraba inmunda a la mujer durante un flujo irregular de sangre o un †œflujo que durara más tiempo que su impureza menstrual†, y en ese tiempo convertí­a en inmundos los artí­culos sobre los que se acostaba o sentaba, así­ como a las personas que los tocaban. Tení­a que contar siete dí­as cuando cesaba el flujo normal y luego era limpia. Al octavo dí­a la mujer debí­a llevar dos tórtolas o dos pichones al sacerdote, que hací­a expiación por ella, y presentaba una de estas aves a Jehová como ofrenda por el pecado y la otra como holocausto. (Le 15:19-30; véase LIMPIO, LIMPIEZA.)
Si un hombre y una mujer mantení­an relaciones sexuales deliberadamente durante el perí­odo en que ella tení­a impureza menstrual, se les daba muerte. (Le 18:19; 20:18.) El prohibir el coito durante la menstruación probablemente contribuí­a a la salud y prevení­a, por ejemplo, la inflamación de la zona genital, la uretritis simple. Es posible que las normas de la Ley acerca de la menstruación y el flujo de sangre hicieran recordar a los israelitas la santidad de la sangre. Estas reglas no discriminaban a las mujeres, pues los hombres también estaban sujetos a inmundicia por causa de los flujos propios de su sexo. (Le 15:1-17.) Las reglas relativas a la menstruación destacaban la consideración de Jehová hacia las mujeres. El esposo cristiano, aunque no está bajo la Ley (Ro 6:14; Ef 2:11-16), hará bien en respetar los ciclos y cambios fisiológicos de su esposa, morando con ella †œde acuerdo con conocimiento† y asignándole honra †œcomo a un vaso más débil, el femenino†. (1Pe 3:7.)

Fuente: Diccionario de la Biblia