CURSILLOS DE CRISTIANDAD

Movimiento Católico de seglares y Jerarquí­a, enfatizando lo «Fundamental Cristiano»: Vivir la «vida de la gracia» consciente: (piedad), creciente: (estudio) y difundida: (acción). vivirla en la Iglesia, y difundirla en todos los ambientes: Hogar, trabajo, diversión, pueblo, nación. ¡De Colores!: Quiere decir que estando en gracia, se vive siempre gozoso, ¡de colores!, pase lo que pase, sin miedo a nada ni a nadie, porque ¡Cristo y yo, mayorí­a aplastante!: (Fil.4: t3). El Movimiento gira alrededor de la Gracia: (Jn.4), el Cuerpo Mí­stico de Cristo: (Jn.15, 1 Cor.12), y los Sacramentos: (Mat 28:19, Jua 20:23, 1Co 11:23-30, Hch.2, Mt.19, Stg 5:14).

Hay más de 50 millones de personas envueltas, en más de 200 naciones.

La Virgen Marí­a es la «Reina de los Cursillistas», porque en todo reinado la madre del rey es la Reina Madre.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

[971]

Movimiento de vida cristiana, preferentemente juvenil en sus comienzos, de amplia difusión posterior por todo el mundo. Nació de la Juventud de Acción Católica de Mallorca. En el año 1948 la Juventud de Acción Católica Española realizó una gran peregrinación a Santiago de Compostela con jóvenes con 100.000 peregrinos.

Los jóvenes de Mallorca, como fruto de la peregrinación, celebraron luego una convivencia o retiro de varios dí­as.

La fecha de comienzo, el 7 de Enero de 1949 en el Santuario San Honorato de Randa, quedará como fecha fundacional de esta realidad, movimientos y experiencia religiosa. El Obispo de Mallorca, Mons. Juan Hervás, apoyó la idea y publicó un libro, «Manual de Dirigentes», muy usado en el Movimiento y sí­ntesis de las consignas y del espí­ritu.

Luego los Cursillos empezaron a extenderse en el mundo entero. En 1953 se celebraron diversos grupos en Colombia, Argentina, Perú, Venezuela, México… Y pocos años después se habí­an difundido por los paí­ses anglófonos desde Estados Unidos y por los francófonos.

El Movimiento fue aprobado por Pablo VI, que le dio a San Pablo como patrón en 1963. El mismo Papa presidió la primera «Ultreya» mundial en Roma en el año 1966, con 4.000 participantes.

Veinte años después de su fundación, los cursillos se habí­an esparcido en los cinco continentes. Incluso comunidades protestantes perfilaron sus propios Cursillo según su metodologí­a, especialmente los Anglicanos y los Episcopalianos que lo adoptaron í­ntegramente. Los Metodistas, Presbiterianos y Luteranos, modificaron ciertos aspectos y adoptaron por ello nombres diferentes.

Al terminar el siglo XX se calcula que más de 30 millones de personas, en los cinco continentes, han vivido la experiencia de un Cursillo de cristiandad. De manera orgánica funciona en más de 60 paí­ses y se halla presente en unas 1500 Diócesis del mundo.

La espiritualidad de los Cursillos de Cristiandad es recia y sólida, cristalizada en un fuerte amor a Cristo y en una revisión de vida que conduce a la conversión y a vivir la gracia y el amor de Dios. Como se dice en la terminologí­a cursillista, conduce a «ponerse de colores».

La metodologí­a se basa en la palabra y en el testimonio. Los encuentros (ultreyas) al final de cada convivencia se convierten en fiestas del Espí­ritu Santo, en donde cada uno narra las maravillas de Dios en su alma. El lema de «vivir y compartir lo fundamental del cristianismo con los demás» es cautivador y la práctica de formar grupos posteriores de mantenimiento y animación evangélica entra en la metodologí­a del cursillista.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Origen histórico y expansión

La experiencia de «cursillos de cristiandad» tuvo origen en cí­rculos de Acción Católica (Mallorca), y se profundizó con ocasión de la peregrinación juvenil a Santiago de Compostela (1948). La espiritualidad del «peregrino» se concreta en la vivencia de la gracia santificante para ser anunciadores de esa vida nueva que es vida en Cristo. Es un camino emprendido personal y fraternalmente, en plan espiritual y apostólico, que, en el Espí­ritu Santo, por Cristo, va hacia el Padre (cfr. Ef 2,18). La experiencia de los «cursillos» se extendió rápidamente a otras naciones, a partir de 1953. Pablo VI proclamó a San Pablo apóstol, patrono del movimiento el 14 de diciembre de 1963.

Es un movimiento eclesial que propone vivir personal y comunitariamente los principios fundamentales del cristianismo, dando origen a grupos cristianos que sepan comunicar a otros esa misma vivencia. Las estructuras de servicio son las indispensables para organizar los «cursillos», las «ultreyas» o encuentros de perseverancia y formación, los secretariados y la escuela de responsables. Se prefiere que los miembros cursillistas se integren en los cuadros apostólicos laicales de sus respectivas diócesis y parroquias.

Dinámica y contenidos

Para conseguir este objetivo, se organiza un encuentro o «cursillo» de tres dí­as completos, a modo de «camino» («método»), en el que se viven intensamente los datos fundamentales del cristianismo, a la luz de la Palabra de Dios y en ambiente de oración y convivencia Dios, Cristo, Iglesia, fe, sacramentos, hombre, mundo. La Eucaristí­a, celebrada especialmente al terminar el cursillo, es un factor fundamental.

Durante la celebración del cursillo se intenta llegar a una fuerte configuración con Cristo, bajo el influjo de la gracia, que luego tendrá que alimentarse continuamente, valiéndose especialmente de las «ultreyas». El encuentro se realiza en ambiente de espiritualidad y de convivencia gozosa, con la ayuda de un equipo animador (formado especialmente por laicos y un sacerdote director espiritual), la escucha de las conferencias («rollos»), la lectura del folleto «Guí­a del peregrino» y la redacción de la hoja de compromisos o servicios asumidos.

Los grupos de amistad y de apostolado

Se tiende a crear grupos de amistad basados en la escucha de la Palabra de Dios, para afianzar la propia conversión a Cristo presente en los sacramentos y en los hermanos. Serán grupos de perseverancia («postcursillo») que se reunirán semanalmente (en las «ultreyas»). En el grupo se comparte gozosamente la vivencia de este encuentro con Cristo (presente en la Eucaristí­a).

En los «cursillos de cristiandad» se vive la gracia del bautismo para colaborar en la misión de la Iglesia. La expresión «cristiandad» tiene sentido de ser, con responsabilidad y en espí­ritu de comunión eclesial, fermento evangélico en medio del mundo.

Referencias Acción Católica, cristiandad, cristianismo, Ejercicios espirituales, gracia, laicado, movimientos eclesiales.

Lectura de documentos
(v. Acción Católica, laicado)

Bibliografí­a J. CAPMANY, Presencia del cristiano en el mundo (Madrid 1976); J. CAPO, Cursillos de Cristiandad. La verdad sobre su origen histórico (Madrid 1968); J. y J. CAPO, Hacia una renovación de los Cursillos de Cristiandad (Madrid, Euroamérica, 1971); J. HERVAS, Los Cursillos de Cristiandad, instrumento de renovación cristiana (Madrid, Euramérica, 1968); C. MANTICA, Para caminar en Cursillos de Cristiandad (Madrid 1979); F. SANCHEZ, F. SUAREZ, Los Cursillos de Cristiandad abiertos al futuro (Madrid, Euroamérica, 1971); (Secretariado Nacional de Cursillos de Cristiandad), Esquemas de los rollos y meditaciones de Cursillos de Cristiandad (Madrid 1975); Idem, Ideas fundamentales del movimiento de Cursillos de Cristiandad (Madrid 1975).

(ESQUERDA BIFET, Juan, Diccionario de la Evangelización, BAC, Madrid, 1998)

Fuente: Diccionario de Evangelización